Cap. 13 (C)

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Llevaba en planta desde las 5 de la mañana, entré maquillarme, peinarme y vestirme, para no llegar tarde a mi boda, estaba echa un manojo de nervioso. En una hora cuando el reloj marcara las 9 de la mañana sería su esposa. Estaba temblando, mis unas de color rojo, un rojo intenso, como mis labios resaltaban, mi vestido blanco en forma de sirena, con un escote en forma de corazón, con una linda flor celeste en el lado derecho del pecho, esa flor era similar a una rosa, y su color era un poco solo mas escuro al de mi lencería. Mis tacones me mataban los píes, era muy alto y la plataforma me hacía aun parecer mas alta, el recogido con minis flores de adorno de color azul y blanco, los detalles azules de última hora lo hacen tan único a mi look que me veo mas como una reina, que como una novia, o quizás sea por mi mini coronita de color plata, mi gargantilla de plata, con unas pulseras y pendientes a juego hacía que se ne viera lujosa y en breve en mi dedo solo estarían dos anillos, uno el de compromiso y otro el de boda.

- Hija, ven. Deja de mirarte al espejo. Debo ponerte el velo y debes sentarte que no llego. *Me llamo mi midre con la voz de orden*

- Voy, voy. *Le respondí caminando hacia ella*

Me senté en el sillón y me colocó el veló, el velo era simple, ya que yo me nege, ya que solo lo usaria para entrar en la iglesia. Y por último me dio el ramo de rosas blancas y rojas, era simple también, solo lo componía 12 rosas en total, y un lazo azul lo mantenía unidas las rosas.

Llegué a la iglesia. Entre por esa enorme puerta y todos voltearon a verme, mi futuro esposo, en su esmoquin gris, con su corbata azul y la camisa negra como sus zapatos. Dio un paso hacía mí, y su madre lo detuvo, se me escapo una sonrisa hacía ese gesto, comencé a acaminar con mi padre del brazo. Al llegar a su lado, él agarró mi mano, nuestras manos entrelazadas para dar el «Si quiero».

Una vez término la ceremonia, fuimos a celebrarlo. Todos tocaban mi panzita, y me preguntaba como iba todo, y bailaban como locos, yo en cambio estaba a lado de mi esposo muy cansada. Así que nos retiramos, sin que nadie nos viera, agarro el auto y en unos minutos estabamos en mi casa, me cogió en brazos y me subio a mi habitación.

- ¿Qué vas ha hacer? *Pregunte viendo como salía de la habitación*

- Voy a decirles a todos que estas cansada, y que se diviertan ellos.

- Sí, esta feo irse sin despedirse.

- Lo sé, pero te ibas a quedar dormida sentada en la silla.

- Amor, manda un mensaje mejor y dirle que no me siento bien, por que tengo molestia, quizás le pasa algo al bebé.

- Cielo, vamos al hospital y salimos de dudas pequeña.

- Te amo, vamos por que es de verdad. Me duele el vientre.

Nos montamos en el auto, y fuimos al hospital. No duraron en pasarme a consulta, me hicieron una ecografía, me reconocieron y algunas cosas más. Para luego dejarme ingresada para vigilar al bebé.

- Grandiosa noche de bodas amor.

- Princesa, no te preocupes, relajate. *Me acarició el cabello*

- ¿Que te ha dicho el doctor?

- Que te estresas mucho. *Me miraba tiernamente, mientras me agarraba la mano*

- ¿Está en peligro?

- Dayra, amor. Para. No pienses así, por favor. Descansa mi reina.

Después de eso preferí cerrar mis ojos y dormir.

Unos meses después.

Jhair estaba a mí lado plácidamente dormido, y Shayra echada sobré mi pecho, llenandome de babas, y con su puño metido en la boca. Miré a ambos, y vi un lunar que ambos tenían iguales, a los dos meses de vida de mi hija, sabía que no sólo era mía, sino nuestra, sin pruebas de paternidad, tan sólo con algo que compartían. Me sentí tan aliviada de que no fuera de aquella persona que me hizo pasar el peor rato de toda mi vida.

- Muñeca, ya despierta. *Dijo abriendo sus ojos y acariciando a la pequeña*

- Sí, ya se despertó. Creó que quiere babear un rato a su papi.

- Yo creó que también, ya que te tuvo meses ingresada antes de nacer, ahora quiere darme la lata a mí.

- Sí, el día de nuestra boda, hasta que al fin nació, un mes y medio antes de lo que le tocaba.

- Sí, menos mal que estáis bien ambas. Me muero sin ustedes.

- Ya sé que para cuando busquemos un hermanito para Shayra, que debo comer más y no estresarme, para que este mas fuerte.

- Sí cielo, si hubiera estado mas fuerte la nena podría haberla dejado nacer antes. Pero la próxima vez no te habrá afectado el ETS. *Se incorporó y me beso castamente*

- Cierto. Ya eso no pasará. *Le pase a Shayra y me levanté* Voy a vestirme y vamos a buscar guardería, y yo un nuevo trabajo, y tu a estudiar.

- Yo estudio y trabajo mi vida, no soy un mantenido.

- Vale sigue con tu trabajo. Creo que volveré al Gym de siempre también y llevaré la empresa de mi padre al final, por que recién recordé que me dijo si yo quería llevarla dentro de 52 días, y le dige que necesitaba trabajar ya, pero bueno no es tanto tiempo. ¿Que te parece?

- Genial, ahora vistete, me visto y la vestimos, para ir a dar un paseo. Ya que solo tenemos que buscar guardé.

- Sí, recuerda que cuando la nena tenga 6 meses vamos a ver a tu abuela, y a tus padres, y de allá para ver a mi familia completa.

- Si, ya lo sé, en mis vacaciones nos vamos.

- Exacto. *Sonreí feliz*

Tenía todo, mis padres algo lejos, como los suyos. Ya que volvimos a la ciudad donde comenzó nuestra historia.

Las cosas cada vez nos iba mejor, los años pasaban, y éramos felices, con Shayra y su hermanito Jhoan, que se llevaban 2 añitos, mis dos hijos que eran excelente niños, y la primaría se le daba muy bien, y entre ellos ni una bronca. Tenía la familia perfecta, y aún más desde el día que tuvimos a Jhoan ya que le dije que Shayra también es suya, lo sabía por el lunar que compartian.
Sin duda Jhair era el hombre de mi vida, y ahora con la cara menos aniñada era aun más atractivo, nuestros hijos eran calcos nuestros, a nuestras edades, Jhoan es igual a mi esposo y Shayra es igual a mí... Mi Felicidad de pende de ellos tres.

👣Fin👣

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        Código de registro: 1605107480961

Fecha de registro:
10-may-2016
11:16 UTC

Enamorame... Si es que puedes... ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora