Cap. 13 (a)

5 1 0
                                    

Estabamos ambos en la sala, cuando llamaron a la puerta, así que me dispuse a ir a abrirla.
Abrí la puerta, y esas manos con su perfecta manicura me empujo, haciéndose paso hacía el salón.

- ¿¡Tu crees que me puedes vacilar!? *Le grito a Jhair*

- Sophi, bajame el tonito. *Respondió, su rostro reflejaba enojo*

- ¿Sabes que tu novio es un imbécil? Que mientras estaba su hermana en el hospital, estaba tonteando con todas, haciéndome ilusiones. *Dijo mirándome muy sería*

- Veté, veté de mi casa. *Señalé a la puerta, mientras la miraba firme*

- No, no termine. Es un cabrón que grabó a mi hermana y lo difundió. Es el típico chulo, que le gusta ser el centro de atención entre todas las chicas.

- Fuera, no te lo repetiré de nuevo, y mucho menos en este tono. *Le dije tranquila, controlando mi enojo*

- ¿No dices nada Jhair?

- ¿Para que Sophi, para que quieres que hable? Tú dices una cosa que no es cierto y lo que tenga que decir se lo diré solo a Dayra, que para eso es mí novia.

- ¿Crees que se seguirá contigo? *Dijo con una sonrisa de lado malvada, y victoriosa*

- No sé que es verdad o que es mentira. Pero me da igual. Quiero que te vallas de mi casa. Inmediatamente o llamo a las autoridades. *Dije por primera vez caminando al lado de Jhair*

- Jhair me contó lo de tu hermana, él me cuenta todo, así que por favor veté, mi paciencia se esta acabando.

No dijo nada y camino enojada hacía la salida, dando un portazo en la puerta al salir.

- ¿Es cierto? *Pregunté a Jhair*

- Ya te conté lo de su hermana, y sobré lo de cuando mi hermana hospitalizo es mentirá, estaba todo el día en el hospital, solo iba a ducharme y a dormir un poco a mi casa, puedes preguntar a mis amigos, a mi hermana, madre, abuela, padre, a todos. Y antes de conocerte, pues como todos mis amigos si que queriamos que las tipas estuvieran atrás nuestra.

- Vale, te creó. Por que siempre que hablábamos estabas en el hospital. Y aun que fuera cierto, no éramos nada.

- Para mí ya eras. *Me acarició mi mejilla, mirando a mis ojos fijamente* Me robaste el corazón desde el primer instante. *Me besó con dulzura* Dayra, amor ¿Te casas conmigo? Tu y yo sólos con nuestros padres de testigos, una boda íntima, rápida.

- Amor, sí. Pero yo quiero un traje de novia.

- Claro amor, mañana hablamos con ellos.

- También tu abuela y hermana amor deben estar. ¿Si?

- Claro amor. Te amo mucho.

Pasaron los días. Jhair tenía ya la fecha para casarnos, y yo había mirado el vestido. Estaba que los nervios me comían, y mí embarazó comenzaba ha darme la lata, tenía mareos, y fatiga muy seguido, pero Jhair hacía que me sintiera mejor con su compañía. Pero hoy estaba en un hotel, con jacuzzi en la habitación. Sólo me faltaba Jhair, pero no podía verlo, me prohibieron verlo una semana antes de la boda. Son unos exagerados todos, es el día antes de la boda, no la semana antes. Pero bueno estaba en un lugar bastante hermoso.

Llevaba dos horas en la habitación, ya no sabía que hacer, andaba de un lado al otro, me había metido en el jacuzzi, había estado en la cama echada, no soportaba tanta soledad, y eso que llevaba mi tiempo viviendo sola, pero ya ahora sentía tanta soledad. Cogí el teléfono y marqué a Jhair.

- Pi... Pi... *Sonó los toqué y descolgaron* Mi amor. ¿Te ocurre algo?

- Quiero estar contigo. Este lugar no se difruta sola.

- Te adoró mi vida. Tú espera allá un rato, no salga y voy a verte.

- ¿Sólo a verme? *Hice puchero, aunque él no lo veía*

- No amor, sólo espera un poco y no pienso dejarte nunca sola.

- Vale, pero no vengas hasta que te avisé, recién me acorde que tengo cita en el médico.

- Vale, tu me avisas cielo.

- Si, mi amor. Te amo Jhair.

- Y yo a ti, mi reina.

Colge, me arregle. Ya que hablando con Jhair, recorde que tenía cita para ver lo de la ETS y al bebé. Le mandé un mensaje a mi madre para recordarle la cita y me quede en el sillón sentada esperándola, leyendo historias en internet.

La cita fue favorable en todos los sentidos, estaba sanada y mi bebé estaba tan bien, se veía bien linda la eco, sus latidos, y odiaba mi pancita, el vestido era de premama, y de color verde agua, con flores rojas y azules, ya quería ir a casarme por ese juzgado, ser su esposa. Lo necesitaba, el estuvo cada día, en cada momento complicado a mi lado. Volver a estar sola en esta habitación, era lo único que de este día no me gustaba.

- Toc, toc... *Se oyó la puerta* Amor, ¿Estas?

- ¡Mierda! *Exclamé, se me olvidó avisarlo* Voy, ya abro. *Dije, llendo a la puerta*

- ¿Te olvidas de mí? *Dijo al ver mi cara*

- Perdón *Me disculpé dejándole paso* mi amor, te amo.

- Te amo mas mi vida. *Me agarró por la cintura y me beso* Te queda genial mi amor el blusón este de premama, me gusta como te queda el color crema.

- ¿Quieres enamorarme?

- Sí, claro amor.

- Ya lo estoy mi cielo.

Jhair, me cogió como una princesa y me acostó en la cama, me beso el cuello, mientras él estaba acostado de costado a mi lado, acariciando mi mejilla.

- Eres lo mas hermoso que existe mi niña hermosa. Te amo tanto.

Me comenzó a besar mi clavícula, quitando la blusa.

- Espera, no, no podemos amor.

- ¿Que pasa princesa? *Se detenio*

- El bebé. El bebé esta aquí. *Me señalé la barriga*

- No le pasará nada mi vida.

- ¿Seguro?

Se sentó en la cama, a mi lado mirándome sonriendo, como si fuera un caso perdido, con su sonrisa de medio lado.

- Amor, da igual. Vamos a comer algo al bar del hotel, tengo un hambre atroz. Y tengo dos opciones, comerte a ti o comer otra cosa, así que tú decides.

- Quisiera que fuera a mí, pero me da miedo que le pase algo al bebé.

- Amor, ni yo. Pero, bueno no voy a seguir con esto, vamos a comer algo, y quizás al rato, se te vaya esa idea absurda.

Enamorame... Si es que puedes... ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora