Cap. 8 (c)

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Nos sentamos a comer todos. La carne estaba deliciosa. La abuela cocinaba mejor que bien.

- Os voy a contar una cosa. *Murmuró Jhair, haciendo que todos le prestara atención* Dayra y yo vamos a ser padres, y ya os digo que no es un error, ni nada. Es más lo hablamos antes de nada. *Mintió* Por tanto nuestro hijo es con toda intensión.

- Voy a ser bisabuela. *Dijo muy emocionada*

- Si abuela, seras bisabuela. Y cuando nazca nuestro hijo y todo va bien entre nosotros espero que nos casemos.

- Jhair, pero cuando sea grande el niño o niña y pueda ir a nuestro lado. *Dije imaginando esa escena*

- Claro que sí. *Él beso mi mejilla*

La comida paso muy tranquila hablando de que nombres y dónde iríamos, la madre de Jhair estaba muy silenciosa, aun no la oír hablar mucho, pero sonreía muy dulce y la cara de ella a saber que sería abuela fue espectacular, su sonrisa y mirada de emoción era grandiosa, ni mis padres pusieron esa cara, aun que mis padres sabían la verdad.
Cuando acabamos me quedé con su madre en la cocina fregando y recogiendo las cosas.

- Perdona ¿Usted por que no habla y cuando lo hace es en tono muy bajo? *Pregunté soltando un plato en el escurridor, mientras ella me entregaba otro para que lo enjuagara*

- Tengo problemas en las cuerdas vocales, pero nada mas me operen hablaré como loro. Me encanta hablar. *Hizo una mueca de asimilación*

- Esperó que salga todo bien. *Sonreí cariñosamente*

- Por cierto, me alegró mucho de que mí niño encontrará una mujer así, se te ve muy buena. *Dijo con cierta dificultad* Y otra cosa enhorabuena por el embarazo.

- Te duele mucho al hablar, se te nota. Ya me callo para no hacer te esforzar la garganta. Y gracias, intentaré hacer feliz a tu hijo hoy y siempre. *Esas palabras me salieron solas, realmente quería hacerlo feliz, al igual que el a mí*

- Gracias nenita. *Me sonrió y seguimos con el fregado en silencio*

Una vez acabamos fuimos al salón agarradas del brazo.

- Mamá no me robes a mi chica. *Reía mientras lo decía, su madre negó con una sonrisa en su cara*

- Jhair, cielo quiero ir a comprar palomitas. Dime donde puedo hacerlo. *Su mamá se soltó de mi brazo y tomó asiento*

- Amor, vamos al supermercado y las compramos.

Ambos salimos de la sala y nos pusimos en marcha al supermercado, andamos rápidos ya que eran casi las diez, y a esa hora cerraban los supermercados.
Llegamos y corriendo fuimos a por las palomitas y de camino unos refrescos, una vez en la caja, cuando la chica nos dijo cuánto era la compra, Jhair sacó la cartera para pagar y yo me opuse a ello, agarre sus manos y le tendí el billete a la muchacha. Jhair cogió las bolsas y fuimos caminando tranquilamente a la casa. Agradecí que no me hablará sobre el por que le prohibí pagar, pero no me parecía bien. Ya que el me acogió en su casa y si olvidar que me da un cariño inmenso.

- Ve a sentarte amor con todos, yo pongo estoy en el microondas y nada mas estén echas voy con ustedes.

- Vale, yo me llevo la bebida. ¡Ah! No olvides traer vasos. *Dije yendo al salón*

- Sí, ya voy. *Habló con un tono algo elevado para que lo oyera*

Trajo los vasos, nos echó la bebida y por último trajo las palomitas, nos sentamos y pusimos una película de acción que echaron en la televisión. Sufrí en varías escenas, creía que el chaval se mataba en varías ocasiones con su auto.
Después de la película yo subí a la habitación, me puse mi pijama rojo con galletas de navidad y me recoste en la cama para leer un poco.

- Cielo *Dijo abriendo la puerta* ¿Que haces?

- Estaba leyendo, pero pasa. *Solté el libro de Martín Lutero en la mesilla*

- Lo siento. ¿Que leías? *Se sentó en la orilla de mi cama*

- A Martín Lutero, que fue un teólogo y fraile católico agustino que comenzó e impulsó la reforma religiosa en Alemania, y en cuyas enseñanzas se inspiró la Reforma Protestante y la doctrina teológica y cultural denominada luteranismo.

- Ah, muy bien. *Digo algo confuso*

- Perdón nene, te conté mucho.

- Perdona nena, pero no se quien es y mucha información de golpe. Me dejaste choqueado.

- ¿Me das un beso de buenas noches? *Señalé con el debo índice mis labios*

- ¿Vas a dejar de pedirlos? Tu solo darlo y ya.

- No se como puedes besarme. *Suspire*

- ¿Por que no he de querer besarte?

- Por que me... *Jhair me hizo callar dándome un beso casto*

- Perdona mi lentitud, pero no seas tonta, nunca puedes darme asco por lo sucedido. Te amo mi niña.

- Te quiero guapo, y quiero que pase el tiempo. *Mordí mi labio inferior*

- ¿Por que no ahora? *Dijo pícaro*

- Por que aún estoy con el tratamiento y aun que lo acabé son 7 días más sin hacer nada. No me escuchas cuando hablo.

- Si te escuchó, sólo que se me olvido eso.

- ¿Te da igual? *Arrugue las cejas*

- Como me va ha dar igual que te violará. *Apretó la mandíbula* Pero no me das asco, ni nada de lo que te pasa por la cabeza.

- ¿Por que no? Eso no lo entiendo.

- Te amo, y me da igual todo eso. Me importas demasiado para ponerme a pensar en chorradas como que te ha pegado una enfermedad o de que puede que no sea mío el bebé que esta en tus adentro. *Agarró mi mentón para que nuestras miradas conectarán* De verás amor que todo eso me da igual, me molestaría si fuera a posta, ya sabes si hubieras querido, pero no lo fue.

Jhair se aproximó lentamente a mí para besar mis labios delicadamente, como si ellos fueran de cristal, del cristal mas frágil del mundo. Se retiró lentamente.

- ¿Puedo dormir a tu lado nena?

- Si, claro que si nene.

Abrí la cama y él entró en ella, nos acostamos y bien tapados, mientras nos abrazábamos nos quedamos dormidos.


Enamorame... Si es que puedes... ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora