Cap. 9 (a)

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Despertarme y ver a mi lado a Jhair tan tiernamente dormido no puede evitar sonreír. Abrió lentamente los ojos.

- Buenos días nena. *Dijo con su voz adormilada, y sensual*

- Buenos días nene. *Contesté dulcemente* ¿Cuando le digo a mi madre que nos mande los billetes para irnos a Brasil?

- Púes nada más quieras le dices. *Respondió mientras se incorporaba en la cama*

- ¿La llamó y que nos mandé el primer vuelo para Brasil?

- Nena no me preguntes, y haz lo que quieras. Ya almorzamos con mi familia y es mas llevamos unos días aquí.

- Creía que te gustaría celebrar la navidad aquí.

- Te aburrirías amor, aquí solo quedará mi abuela, los demás lo celebran en familia, pero con la familia de sus maridos. Así que ella quedá sola.

- Creó que nos quedamos con tu abuela en Navidad y en fin de año iremos a Brasil. Hay estará mi abuela, abuelo, algunas tías con sus maridos y primos.

- Amor ¿Estas segura? *Preguntó para de inmediato besar mi frente*

- Jhair, nene. Estoy muy segura.

- Entonces sólo quedá preguntar a Jasmine sí se irá con mis padres o se quedará.

- Sí, exactamente. Por cierto, ¿Y no quieres ver a tu padre?

- Dayra, realmente él no es mi padre, pero lleva 5 años tratándonos como un padre, lo mejor que puede. Mí verdadero padre falleció cuando tenía 13 años, y a los meses mi madre comenzó con él. La verdad que ese hombre era un gran amigo de mi padre y se apoyaron mutuamente, tanto que acabaron juntos.

- Nene, lo siento. ¿Y no quieres verlo?

- Si, ya te digo que es como mí padre.

- ¿Vives muy lejos de aquí?

- No, no está lejos mi casa de la de mi abuela. Podemos ir al rato, cuando mi madre vaya para la casa.

- Vale nene. ¿Como se llama?

- Mi padre se llama Max.

- ¿Cual de ello? *Dije confusa*

- El que conocerás, mi verdadero padre se llamaba Adán.

- Aah, es que me lié un poco nene.

- No te preocupes nena. ¿Bajamos a desayunar?

- Sí, pero antes me visto. *Le lance una sonrisa, a la que el respondió con una sonrisa aun mas grande y encantadora de lo habitual* Te quiero.

- Te amo. *Sé levantó de la cama y se fue de la habitación*

Quedé sola para vestirme, y bajar a desayunar, con la familia de Jhair, bueno con parte de ella. Parecía que sería el último día que estaríamos juntos todos.
Estaba metiéndome en mis jeans elástico azul marino, cuando entro Ian, al verlo y querer terminar de subir mi pantalón caí al suelo. La escena era vergonzosa, aun con medio culo afuera y en sujetador, al menos mi tanga y sujetador iba a conjunto con el pantalón, era la mujer de negro, el pensar eso fue gracioso y no pude evitar reír.

- Valla caída has pegado. *Dijo parado delante de mí, ofreciendo su mano para que me levantará del frío suelo*

- Me asustaste. ¿No sabes llamar antes de entrar? *Dije algo incómoda*

- Sí lo hubiera echó no te vería así y menos tu caída. *Dijo mirándome fijamente*

- Muy gracioso. *Su actitud me había enojado*

El me lanzó una sonrisa de lado y yo rechacé su ayuda. Me levanté sola y terminé de subir mi pantalón, agarre el chaleco de lana con el cuello largo y me lo coloqué. Me dirigí a la maleta a sacar unas botas negras y unos calcetines ultra calentitos rojos, me los puse de forma que el calcetín de pelo saliera por encima de la bota y se viera un poco. Después de maquillarme y peinarme bajo la mirada de Ian, salí de la habitación sin decirle nada.
Entré en la cocina y Saray estaba muy pegada a Jhair, eso me molestó.

- ¡Grr! *Gruñi por lo bajito, para luego fingí una tos* ¿Os interrumpí? *Mi voz era entré unos celos de muerte con el tono sarcástico*

- Amor, como vas a interrumpir. *Dijo con un vaso de chocolate en la mano* Toma amor. *Me ofreció el vaso, yo lo cogí mientras miraba a Saray, la cual tenía cara de enfado* Cuidado no te quemes. *Me advirtió con una sonrisa en su rostro*

- Gracias amor *Acentúe mi pronunciación en la palabra amor* Luego vamos a tu casa ¿Verdad?

- Sí cielo, claro que sí. Ya lo hablamos antes. *Me lanzó una sonrisa y agarró otro vaso con chocolate a la taza. * Vamos a la mesa que hay churros.

- Vale nene. *Hice un gesto para que pasara delante de mí, yo lo seguí con pasos coquetos*

Debo reconocer que lo observe muy bien, tenía un buen culo, y ese pantalón vaquero le sentaba mejor que bien, y su chaleco rojo era tan pegado al cuerpo que se le notaba su figura atlética.

Éste hombre es mío y no me lo quieta nadie. Pensé mientras caminaba tras él. De pronto sonó mi móvil. Era un WhatsApp, lo abrí. Y no podía ser.

WhatsApp:
Conversación con desconocido:

--- De verdad crees que te librarías de mí
Ilusa
Te recuerdo que soy hacker
Ya conseguí tú número una ves
Por que no dos veces
Jejejejeje!
Muñeca, espero que me extrañaras mucho

Mi móvil callo al suelo, junto al vaso de chocolate a la taza, note una presión en el pecho, el aire me faltaba, todo se volvió borroso, oí las voces de los demás como si estuvieran bien lejos de mí y lo último que recuerdo es pensar mientras sentía como mi cuerpo se desplomaba era en como consiguió mi número ahora el jodido hacker.
Me sentía muy pesados los párpados, no podía abrirlos ni un poco. Perecía que mis ojos fueron pegados con pegamento. Oía murmullos, pero no lograba descifrar lo que decían, ni quien lo decía. Oí unos pasos aproximándose y una vez paro de oírse, una mano agarrando la mía. Fui a pregunta que pasaba, pero me fue imposible, no me salía ni un fino hilo de voz. Eso me hizo poner nerviosa, debió ser por eso que la máquina comenzó a pitar. Oír como llamaba al médico, pero no sabía quién, era incapaz de oír bien la voz, aún que se me parecía a la de John. De pronto muchos pasos se oyeron, voces de muchas personas a mi alrededor, después de eso sólo me entró un gran sueño.


Enamorame... Si es que puedes... ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora