Capítulo 28. "Dime que sí"

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-¿Qué paso?
-No te diré nada -dijo fría-

-Bueno... Si no es por las buenas... Será por las malas -la cargue en mi hombro, sus largas piernas colgaban en mi pecho y su cabeza en mi espalda, empezó a patalear con fuerza y a gritar, baje las escaleras y vi que mi madre seguía ahí-
-¡Michael baja a Clara! -dijo mi madre un poco enojada-
-Le daré una sorpresa. Llegamos como en dos horas más o menos -Las dos me miraron confundidas pero asintieron, yo fui hasta mi Ferrari y la subí en los asientos de atrás, luego subí yo poniéndole seguro a las puertas-
-¿QUÉ QUIERES DE MÍ? Esto es como... ¡¡COMO SI ME RAPTARAS!! -dijo enojada-
-Shh no necesitas gritar -le digo tranquilo-
-¡Michael si no paras el carro salto!
-Las puertas tienen seguro -dije juguetón-
-¡Saldré por la ventana!
-También tienen seguro -solte una risita-

Ella se cruzó de brazos y se calmo, se arreglo un poco el cabello y la ropa ya que por cargarla había quedado despeinada y su ropa algo mal.

Maneje hasta un muy elegante restaurant, se que a ella le gusta lo clásico y lo sofisticado así que le dare una cena propia y bailaremos un poco.
Bajé y abri la puerta, ofrecí mi mano para que bajara pero hizo como si no viera mi mano extendida y bajo sola.

-¿En dónde estamos?
-En Estrellas del Cielo el mejor restaurant de la ciudad.
-¿Qué hacemos aqui?
-Vamos a cenar -tome su mano-
-¡No! Yo no iré ahí... Es muy caro y no traje dinero.
-¿Quién dijo que tu pagarías?
-No puedo aceptar que tu pages... Yo... -la interrumpí-
-Solo tomalo como un regalo.

La jale hasta la entrada, no quería entrar, se que para entrar los hombres deben de tener traje y las mujeres vestido pero todo se soluciona, este restaurant es del papá de Christian, así que no hay problema, entramos y nos sentamos en una mesa, había una pista de baile con una orquesta que tocaba melodías preciosas, algunas personas bailaban, disfrutaban y reían, el restaurant era hermoso, los manteles de las mesas era rojo fuerte con detalles de dorado, adornado con unas velas al centro, todo perfecto.

-¿Qué desean ordenar? -dijo un mesero-
-Pues yo quiero spaghetti a la francesa. ¿Y tu? -mire a mi ogrita-
-Lo mismo.

El mesero se fue, dejandonos solos, ella miraba hacia abajo, creo que está incomoda.

-Ahora me puedes decir ¿Por qué llorabas?
-No -dijo fría-
-Ok -dije un poco enojado-
-Michael -me miro- lo lamento -dijo en un susurro-

Se que es muy difícil dejar de ser orgullosa y por eso la entiendo, odio su carácter, cree que siempre sabe todo, que tiene la razón... Pero está equivocada, tome su mano y la mire.

-No te preocupes -suspiré-
-Enserio... Perdón por tratarte así... -me miro triste- he sido muy... Injusta... Tu me tratas muy bien y yo ¿cómo te lo agradezco?
-Tu forma de agradecerme es viviendo... Sin ti no sería nada.

Ella solo se quedo callada, el mesero trajo nuestros platos y se retiró, ella comía callada, ni siquiera me miraba, después de varios minutos terminamos, ella no sabía que hacer así que me levante y le ofrecí mi mano.

-¿Me concede esta pieza?
-Yo... -la interrumpí-
-Di que si por favor... He estado esperando esto toda la noche.
-Esta bien.

La lleve hasta el centro de la pista, estaba empezando una canción lenta, la tome por la cintura, ella solo paso sus manos a mi cuello, empezamos a movernos lentamente, su cuerpo pegado al mío, se sentia la conexión, ambos cuerpos se movían a un compás, hundí mi cabeza en su cuello.

-Te tengo que preguntar algo -la apreté más a mi cuerpo-
-Dime.
-Tu.... ¿Quieres ser mi novia? -ella se separo un poco y me miro extrañada... Yo lo que hice fue abrazarla nuevamente- Di que si por favor- le rogué. ¡Amo a esta chica y si no me acepta juro que me mato!

-Yo... No se que decir.
-Solo di que si.

Mis brazos la envolvieron rogandole que dijera un sí.

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