18 - Parte II. Strange met.

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Harry lo condujo por los grandes prados de hierba, algunos grandes ramos de flores secas se amontonaban delante de esas pesadas piedras. 

 - ¿Ahora este sitio es cliché? - Cuestionó el más alto.

- Reconozco que es tan tétrico como poco cliché. Me perturba. - Confesó Louis.

- Tú me perturbas. - Harry sonrió.

 - ¿Debería halagarme? - Louis inquirió.

 - Creo que sí. - Harry le vaciló.

 - Osea que soy tan perturbador como un cementerio. - Louis rió.

 - Oh, vamos, es un sitio precioso, de los más bonitos.

 - ¿Me vas a enseñar la lápida de algún antepasado tuyo o sólo estamos aquí por las vistas?

 - Por las vistas.

 - Interesante.

 - Además aprovecha, está todo lleno de plantas. ¿No te gustan?

 - No, porque se te acercan los bichos y te pican y eso no es demasiado agradable, que digamos.

Harry cambió la cara, por una expresión de decepción por sí mismo y tristeza. - ¿En serio?

 - Es broma, en un bonito sitio. - La cara de Harry cambió. 

Louis se acercó y juntó sus labios, colocándose de puntillas, para llegar a Harry. Se separaron, ambos sonrojados, pero con grandes sonrisas ocupando sus caras.

 - Ven, acompáñame. - Harry sujetó la muñeca de Louis y lo arrastró hasta un claro rodeado de varios árboles que Louis no sabría identificar, y bueno, Harry menos todavía. Harry colocó un mantel redondo en el suelo y sacó la comida en envases de plástico y los cubiertos del mismo material.

 - ¿Tu madre sabe que has llevado un mantel de su cocina?

 - No. ¿Por qué lo preguntas?

 - No es un mantel de picnic.

 - ¿Y cómo lo sabes?

 - Nunca vi un mantel de picnic redondo.

 - Lo cosió mi abuela hace por lo menos cincuenta años, ya es hora de que se vaya desgastando. - Rió Harry.

 - Supongo.

 - ¿Trajiste sándwiches precocinados? ¡Qué romántico! - Se burló Louis.

 - Gracias. Han sido muy duros de preparar, es una receta muy complicada. 

Ambos rieron.

Quizás lo de Louis no era sólo gustar.

Los galopes de su pecho.

El rubor de sus mejillas.

El esfuerzo por hacerlo reír.

El esfuerzo por ser amable.

El intento de control de no sonreír como un bobo.

El intento de no robar cada segundo un beso a Harry.

Y el intento de no sonreír cuando veía el esfuerzo de Harry en hacerlo feliz.

Definitivamente eso no era gustar.

Pero, sin embargo, no parecía asustarle




Ass /L.S./Donde viven las historias. Descúbrelo ahora