Padre Dios, en el nombre de Jesús cierro toda puerta demoniaca que se ha abierto para estorbar mi vida de oración.
Ato las preocupaciones del mundo y el orgullo de la vida. Leviatán es atado de mi cuello, y Behemot no tiene lugar en mis lomos. El orgullo y el engaño son mis enemigos y no mis amigos. Rompo todo pacto de oscuridad que se haya establecido contra el llamado de Dios en mi vida. Soy liberado de toda cosa pecaminosa que se deslizaba por los corredores de mi vida espiritual.
Renuncio a todas las ataduras del alma que distraían mi mente de mi tarea de oración. Ato todas las distracciones financieras, emocionales, físicas, relacionales y profesionales contra mi tiempo privado con Dios y mi tarea de oración en el muro. Renuncio a cualquier hechicería o forma de manipulación que se haya infiltrado en mi vida espiritual. Es atado el espíritu de enfermedad, el espíritu de sueño, el espíritu de indolencia, el espíritu de desesperanza, de codicia y de egoísmo son atados y quitados de mi para siempre. Soy incitado por el espíritu del Dios Altísimo a ayunar, vigilar y orar, a estudiar la palabra y hacer guerra espiritual en el nombre de Jesús.
Señor, demuéstrame cualquier persona, lugar o cosa que hayan sido puestos estratégicamente en mi camino para cegar mis ojos, cerrar mis oídos y cerrar mi boca en el espíritu. Aplico la sangre de Jesús sobre mis ojos, mis oídos y mi boca. Serán usados por Dios en esta hora. Renuncio a la idolatría abierta y subliminal que pudiera estar afectándome. No soy mío, y no me apoyo en mi propio entendimiento. Mi vida espiritual es prospera, y ninguna cosa buena me será quitada.
Echo fuera de mi casa al espíritu que viene contra mi vida de oración. Toda pesadez y depresión se va de mi y de mi familia. Me visto con toda la armadura de Dios, todo dardo de fuego del enemigo es quitado de mi mente y echado fuera de mi corazón. Mis lomos están ceñidos con la verdad, y toda mentira contra mi intercesión o relación con Dios es derrotada. Mis pies están calzados con el apresto del evangelio de la paz. Llevo la unción de la intercesión o relación en mi vientre. En una mano tengo la espada del espíritu y en la otra el escudo de la fe. La palabra de Dios está cercana de mí, y decretare y declarare los oráculos de Dios ante los hombres y detrás de las puertas cerradas. La Palabra de Dios irá de logos a rema mientras la declaro en oración. Las cosas que digo en oración se arraigaran y harán lo que el señor les ha ordenado por medio de mi boca.
Me doy cuenta de que mis oraciones pueden cambiar mi familia, mi ciudad y mi nación. Soy consciente de que las almas pueden perderse so no soy obediente en oración. No perderé el llamado de Dios en mi vida, y me arrepiento por ceder la carne para que sea perezosa en la oración. Desde ese momento en adelante, rindo y someto mi vida de oración al Espíritu Santo. En el nombre de Jesús.
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Como desatar tu potencial
RandomEs un libro de auto ayuda, para desatar el potencial de los jóvenes y adultos