Eran las cinco y treinta de la tarde cuando aterrizó el avión, tomo su equipaje de mano, descendió por las escaleras para llegar a la terminal a recoger sus maletas, espero algunos minutos y después se dirigió a Migraciones, le pidieron de nuevo el pasaporte, luego de eso se dirigió a la Aduana, coloco en una pequeña vasija algunas de las pertenencias que cargaba con ella. Luego, arrastrando la maleta, salió hasta la parada de taxis con destino a su apartamento.
Había estado cuatro meses fuera del país, extrañaba su ciudad, pero mucho más a su novio Chris, al que por cierto, no le había dicho que llagaba hoy, sino dentro de dos días. Llegó a su apartamento cuarenta y cinco minutos después, y con impaciencia abrió la puerta, entró a su hogar que para una sola persona era demasiado grande. Constaba de una cocina muy bien equipada, una sala grande con muebles en U color blanco, televisión, dos habitaciones, dos baños y una terraza. Llevó su maleta hasta la habitación y la colocó a un lado de la cama. Luego, se recuesta en la cama y mira fijamente hacia el techo el cual tenia pinturas en el. Sonríe, era lo que más le gustaba de ese lugar, la hacían sentir completa. Rápidamente se da una ducha, se viste con un hermoso vestido, azul rey y por último se maquilla. Antes de salir toma su cartera y después se dirige a casa de su novio de su novio, a darle la grata sorpresa.
Parquea el automóvil en el estacionamiento subterráneo del edificio, y como ya era conocida en la edificación el portero la deja pasar fácilmente. Se sube al ascensor con una sonrisa bobalicona que empieza a formarse en sus labios. Había extrañado tanto a Christofer, durante todos esos meses quería abrazarlo y sentir sus labios. En el largo tiempo que estuvo por fuera del país, ambos se llamaban y se veían por Skipe todos los días, pero no era lo mismo. Las puertas del ascensor, se abren, llegando hasta el noveno piso, mira al espejo y se dirige hacia el apartamento novecientos cuatro, toca a la puerta tres veces y espera inquieta por ver el rostro de su novio al verla allí presente. Pasan algunos minutos y nadie abre, de nuevo toca.
« ¿Será que Chris no está en casa?» Se preguntó.
Tanta cosa para nada, su sorpresa se arruinaría. Cuando él la llame dentro de pocas horas, le tendría que decir que estaba en la ciudad. Aunque no llevaba mucho tiempo con él, más o menos, unos once meses, era el tiempo más largo con el que había compartido con una persona. Y no es que ella fuera una chica fácil y estuviera con el uno y con el otro, no, es sólo que ella no tenía suerte con respecto al amor, sí no la engañaban con otra, le mentían y si no era eso, es que se iban lejos.
De nuevo tocó a la puerta sin mucho ánimo. «Lo más probable es que no esté nadie, como para que tardarán tanto en abrir». Cavilo. Espero. Nadie abría. « ¿Y ahora qué haré?» Tendría que llamarlo y preguntarle donde se encontraba, para ir a buscarlo y dañar la sorpresa de su llegada. Se da vuelta dispuesta a irse, pero luego escucha la voz de él.
—Un momento, por favor. —Ese era Chris, su novio.
Al poco tiempo la puerta se abre, y el medio cuerpo y despelucado cabello de su pareja aparece por la puerta. Al verla allí, Christofer abre los ojos con desmesura cual hubiera visto un espanto o vaya a saber qué.
—¡Aria, amor! —Dice en un tono demasiado alto— ¿Qué haces aquí? —Trata de sonreír.
—He decidido adelantar el vuelo para darte una sorpresa. ¡Sorpresa! —Grita ella entusiasmada.
Aria intenta abrir la puerta para pasar y abrazarlo, pero él la detiene.
—¿Ocurre algo? —Le pregunta ella. La actitud de Chris, su novio le parece demasiada extraña. ¿Por qué su novio no la dejaba pasar?
—No a– amor, no pasa nada. Es sólo que me encuentro un poco mal —le habló nervioso y tartamudeando.
Eso la preocupo, así que intento de nuevo pasar pero él no se lo permitió. Su paciencia estaba llegando al tope, y su instinto le decía que algo andaba mal.
— ¿Entonces por qué no me dejas pasar?
Christofer continuaba ahí parado, ni siquiera era capaz de mirarla a los ojos como sí estuviera escondiendo algo. Así que rápidamente Aria empuja la puerta utilizando su fuerza, entra en el apartamento; en un plano panorámico, que era la cocina y la sala de estar, no vio nada extraño. Hasta que escucha un ruido proveniente de la habitación de Christofer, se acerca hasta allí, empuja levemente el rectángulo de madera y se encuentra con la figura de una morena sentada en la cama, terminándose de vestir. La mujer la mira asustada. Aria por su parte da la vuelta buscando la mirada de Christofer, esperando alguna explicación.
—No es lo que parece. —Le dice.
Ella sube las cejas asombrada por lo que acaba de escuchar. Observa a Christofer, quien tan sólo va vestido con una camisa, que por cierto, estaba al revés y con un pantalón al cual ni le había dado tiempo de cerrar bien la bragueta.
— ¿Qué es entonces Christofer? ¿Estabas jugando a la Barbie, probando que ropa le quedaba mejor? —Ella le sonríe hipócrita esperando su respuesta.
Los ojos cafés del hombre la miran nerviosos, él abre la boca para tratar de decir algo, pero no es capaz. ¿Y quién no estaría así con esa inesperada sorpresa? Christofer no dijo nada en ese pequeño lapso de tiempo y esa era la respuesta que Aria necesitaba escuchar. Nada.
—Hasta nunca —dijo con una voz dura, y salió tranquilamente del lugar.
Hola, espero les haya gustado el primer capítulo de esta historia. De ser así, házmelo saber por favor.
►En galería Aaron Bruckner como Christofer.Sky Dawn
ESTÁS LEYENDO
Solo Ella ©
Lãng mạnAria y Thiago, son dos personas demasiado diferentes para encajar en el mundo del otro. Ella fuerte físicamente, pero frágil por dentro. Él, duro como una roca y sin miedo a destruir el corazón de cualquier mujer. Algo en común, ambos habían sido en...