Capítulo 29.

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¡Toc, toc!

Un fuerte ruido se escuchaba en su cabeza.

¡Toc, toc!

Aria abrió los ojos asustada. Trato de agudizar su oído, pero no escucho nada, por lo que se acomodó en la cama para seguir durmiendo. Segundos después:

¡Toc, Toc!

Definitivamente estaban tocando a su puerta, se levantó asustada, busco las sandalias debajo de su cama y como pudo salió de su habitación corriendo, rápidamente abre la puerta, no ve a nadie por lo que asoma su cabeza y observa que la persona se estaba yendo.

— Buenos días —dijo con voz ronca.

La persona giro su cuerpo al escucharla, era el portero de la unidad.

— Señorita, buenos días. Ya me iba —le sonrió— ¿Cómo se encuentra usted?

Aria miro fijamente al portero, era un señor alto de tez morena, ojos negros de mirada amable que vestía su habitual uniforme azul oscuro.

— Muy bien don Jorge... —bostezo llevándose la mano a la boca— Muchas gracias, ¿Y usted?

— Bien, bien... Es que hace una hora más o menos dejaron esto para usted —. Hizo un ademán con su mano, señalando una bolsa café grande de papel que contenía algo. Ella no recordaba haber pedido algo en semanas anteriores. —Intentamos comunicarnos por el citófono, pero como no respondió, me enviaron a traerlo.

— Ah... Muy amable don Jorge, muchas gracias. —Le sonrió con amabilidad. El portero se despidió de ella y cuando él había caminado algunos metros se acordó de algo—. Don Jorge, ¿usted sabe quién lo trajo? —Le preguntó.

— No, no sabría decirle quien era, lo dejaron en portería avisando que era para usted.

Aria no comprendía, estaba segura que no había pedido nada por internet o en alguna tienda virtual. Además, era domingo y las empresas de envíos no solían trabajar en este día.

— Ah, bueno don Jorge. Hasta luego —. Comenzó a cerrar la puerta.

— Con gusto señorita —. Respondió a lo lejos el portero.

Empujo la puerta con la mano, cerrándola. Camino hasta la cocina y puso en el mesón central de la cocina la bolsa, estaba atada con una cinta de color blanco, así que con rigurosidad las abrió, después observo lo que había dentro de ella, se trataba de una caja blanca que inmediatamente se le hizo familiar, solo que esta era mucho más grande a las que había revisado con anterioridad.

— ¿Qué es esto? —Le preguntó a la nada.

Retiró la caja de la bolsa y rápidamente quito los seguros de sellado, la abrió y observó lo que contenía, en ella había un sanduche, un jugo de naranja, un yogurt griego, decía en la etiqueta y un paquete de frutos secos. Además, había otra caja blanca muy, muy pequeña, la abrió. Se trataba de nuevo del pequeño papel que le había llegado antes, solo que estaba vez no tenía un plástico protegiéndolo, retiro la hoja acercándola para poder leer bien, estaba impresa en una letra tipo Times New Román que decía:

"What a wicked game you play to make me feel this way,
What a wicked thing to do to let me dream of you..."

Era otra canción, lo sabía, sin embargo no sabría decir con exactitud cuál era. Reviso si esta vez indicaba quién era el remitente, pero de nuevo no había nada. Puso el papel en el mesón y rápidamente fue a la habitación por el portátil, regreso a la cocinalos abrió, le dio al botón de encender, espero algunos segundos, "Baldovi", apareció en la pantalla indicando su nombre de usuario, le dio aceptar y de nuevo espero a que cargara.

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⏰ Última actualización: Feb 01, 2021 ⏰

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