Capítulo 15.

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Intento número: Dieciséis.

El celular le vibro en el bolsillo del pantalón, lo saco rápidamente y observo en la pantalla del teléfono que era Leyna, la amiga de Aria.

—Hola, Leyna —la saludo, bajándose del ascensor.

—No es Leyna, es Leiny. Lei–ny —le recalca la joven, ya cansada de que la nombrara de esa vil manera.

—No te han dicho antes, que no tienes rostro de Leiny sino de Leyna. —Busca las llaves del apartamento en su otro bolsillo, introduce la llave y abre la puerta. 

— ¿Qué? No. Si me vuelves a llamar así, no te ayudare con Ari, ¿okay? —lo amenaza.

—Okay. No lo haré. Pero suena sexi.

—Ah... contigo no se puede. Esta noche saldré con Aria y su hermana, así que quería saber si te animabas a venir.

Thiago lo medito por un breve segundo. Esa noche, ya había quedado con Fernando y otros amigos más, para ir a jugar billar a un bar cercano. Además, estaba el hecho de que ella podría irse en cuanto lo viera o podía ignorarlo como hacía siempre. Y realmente estaba cansado de que ella lo tratará como si fuera lo peor, sin saber quién era, y sin darle la más mínima oportunidad.

—No lo sé... —dudó.

—Esta es una buena oportunidad. Aria habitualmente no es así Thiago, la han desilusionado muchas veces.

— ¿Y por qué crees que yo no lo haré? —Le preguntó con seriedad.

Su ayudante no respondió por algunos segundos. 

—Yo no he dicho eso —dijo ella.

—Está bien, iré.

—Eso era lo que quería escuchar.

—Me daré una ducha primero. Déjame en un mensaje la dirección. Ah... Y Leiny gracias —La joven no dijo más y colgó.

Tendría que llamar a sus amigos para avisarles que no los podría acompañar por "causas mayores". Solo esperaba que Fernando no se diera cuenta porque si de nuevo Aria lo ignoraba o le hacía algo peor, ya no podría aguantar sus constantes burlas, acerca de que por fin alguien lo había puesto en su lugar.

Fue a la pequeña oficina que tenía en casa, para organizar una documentación para su hermana Elizabeth quien le había pedido que la ayude con el negocio familiar. Después de eso, se fue directamente a tomar una ducha, al salir, se atoro la toalla a la cintura, busco gel para el cabello en uno de los cajones del recibidor del baño y empezó a pasar sus manos por el cráneo tratando de darle forma. Miro su celular, y efectivamente Leyna le había mandado la dirección del lugar en el que ellas estarían. Fue hacia su cuarto busco ropa formal para la ocasión, y cuando ya estaba buscando las llaves del carro para marcharse, escuchó el sonido del timbre.

Fue abrir y ahí, en todo el pasillo, frente a él, en su hogar, estaba ella con su cabellera negra colléndole por los hombros, posó su miarada café suplicándole que no la echara de allí. Era una mujer hermosa y el vestido blanco que llevaba puesto, hacia lucir esas largas y esbeltas piernas que en un tiempo atrás volvieron loco a Thiago.

—Bárbara, ¿qué tal? Pasa —le dijo él, en un tono amable. « ¿Que hace aquí?» 

Ella lo miro con los ojos abiertos, no podía creer que la hubiera acabado de invitar a pasar a su apartamento. Thiago se hizo a un lado y ella cohibida paso observando el lugar que era bastante bonito y clásico. Imaginaba que se lo había ayudado a decorar Ana.

Solo Ella ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora