Intento número: Diecisiete.
El sonido de la música retumbaba en todo el lugar haciendo vibrar cada célula del cuerpo humano. El lugar a penas se estaba empezando a llenar, sin embargo el calor ya se sentía en el aire. Camino hasta una de las mesas del bar que daba una buena vista a la entrada principal del establecimiento, esperando a que llegaran Leyna, Aria y su hermana. ¿Cómo lo había logrado? Con algunas llamadas –muchas–, insistiéndole a Leina que lo ayudará con otra oportunidad de acercarse. No sabía cómo había hecho ella para convencer a la castaña de ir allí, pero lo importante en sí, era que había aceptado.
Varios minutos habían pasado cuando las mujeres entraron al establecimiento, todas tres iban muy bien vestidas, pero entre todas destacaba Aria. Ni siquiera las luces y los reflectores lograron distorsionar el vestido color gris lleno de flores hechas con cuencas al igual que sus mangas hasta las muñecas que ella llevaba puesto, los tacones la hacían lucir un poco más alta y lucir esas piernas torneadas. Las mujeres fueron hacía el otro extremo. El corazón le comenzó a latir fuertemente y sin saber como se puso de pie siguiéndolas. En el poco trayecto, noto como se robaban las miradas de algunos hombres, y él los comprendía a la perfección. Las jóvenes tomaron asiento, Leiny y quien suponía era la hermana de Aria quedaron en frente suyo, Aria le daba la espalda. Thiago se detuvo a menos de tres metros de ellas, no sabía si acercarse o quedarse de pie ahí, esperando de nuevo a que llegara el espíritu santo a iluminarlo. Leiny con una leve inclinación de cabeza le pidió que se acercara, pero él no hacia ningún movimiento temiendo a que otra vez fuera rechazado. « ¿Por qué sigo insistiendo?» Él no sabía la respuesta. Finalmente, al cabo de algunos segundos de estar de pie como un estúpido y de que Leiny lo mirara mal, decidió a acercarse, eso sí, se dijo internamente que esta sería el último intento.
Un puff se encontraba al lado de Aria y tranquilamente lo fue corriendo sentándose a su lado, diciendo:
—Pero que casualidad —les sonrió.
Aria que conversaba con su hermana se giró inmediatamente mirándolo sorprendida.
— ¿Qué haces aquí? —Le dijo molesta.
—Las he visto pasar y he decido venir a saludarlas —explico, tratando de sonar casual. Aria lo miro mal.
Leiny para tratar de deshacer ese muro invisible que había creado su amiga, lo presento formalmente a Leim.
—Kalleim te presento a Thiago. Thiago, ella es Kalleim la hermana de Ari. —Ambos se dieron la mano con una cálida sonrisa de por medio y diciendo sus nombres—. Y pues con ustedes dos, no es necesario hacerlo.
E irónicamente, en un lugar donde la música hacía vibrar hasta al corazón mas muerto reino el silencio entre ellos. Las mujeres no sabían que decir y Thiago mucho menos.
— ¿Y ustedes de donde se conocen? —Pregunto finalmente Leim, mirando a Thiago.
—De la universidad. —Respondió Leiny.
—Que bien. ¿Y tú que estudias Thiago?
—Negocios internacionales. ¿Quieren algo de beber? Yo invitó —fue lo único que se le ocurrió decir.
—Sí. —Dijeron Kaleim y Leyna.
—No. Gracias. —Respondió Aria, que ni se atrevía a mirarlo.
— ¿Qué quieren que les traiga?
—Dos shot's de piña colada, por favor —pidió Leim—. ¿Y tú Ari? ¿En serio no quieres nada?
—No. —dijo seria.
Thiago fue hasta la barra del bar a comprar los shots para las mujeres y una bebida fuerte para él. Allí, dejo que todo el aire que estaba conteniendo hacía algunos segundos saliera dejándolo respirar con tranquilidad. Algunas mujeres se le acercaron, pero él las ignoro. « ¿Por qué ella no podía ser así como esas mujeres que tan solo vivían el momento como él? » Odiaba que fuera así, pero le atraía demasiado que se comportara de esa manera, lo retaba. Bebió completamente la copa de alcohol que había comprado y pidió otra, después se dirigió a llevar las bebidas.

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Solo Ella ©
RomansaAria y Thiago, son dos personas demasiado diferentes para encajar en el mundo del otro. Ella fuerte físicamente, pero frágil por dentro. Él, duro como una roca y sin miedo a destruir el corazón de cualquier mujer. Algo en común, ambos habían sido en...