Salió sonriente del salón, acompañada de Leiny y algunos compañeros más de clase. En esa primera hora, les había ido muy bien exponiendo a su profesor algunas de sus ideas para la creación de un documental que varios de sus amigos tenían pensado hacer para un proyecto final del semestre.
—Creo que sería genial grabar algunas escenas en casa de la abuela —agrego, Leiny.
—No sé si ese sea el lugar indicado —comentó Matías, compañero del proyecto y quien sería el director de fotografía.
— ¡Sí! —Contesto emocionada Aria—. ¿Por qué no se me ocurrió antes?
Les explico a los demás, como ese lugar era el indicado para muchas de las escenas del documental, describiéndoles lo magnifico del campo y también, les narro algunas anécdotas de Leiny, su hermana y ella, cuando eran nada más unas pequeñas niñas. Pasaron por la cafetería sin detenerse, y sin mirar a ningún lado, riendo acerca de la historia de cómo Kalleim cuando eran unas chiquillas, le había arrojado en medio de una rabieta, unos cuantos huevos a la cabeza a Leiny, por no dejarla sobar una de las gallinas de la abuela.
Sin Aria darse cuenta, en una de las bancas de la cafetería casi en frente suyo, estaba Thiago observándola reír de lo dichosa que era que era su vida e ignorando por completo su existencia. Sintió como la impotencia embargaba todo su cuerpo y un agudo dolor se instalaba en todo su estómago creando un vacío inexplicable. ¿Por qué se sentía de esa forma? ¿Por qué quería salir tras ella y exigirle una explicación?
El día anterior se había vestido velozmente para recoger a sus sobrinas y llevarlas al pequeño parque de diversiones, pero había llegado tarde y su hermana le había recalcado lo irresponsable que era por ilusionar a sus hijas, y de una extraña manera eso le recordó a ella. Después de sobornar a las niñas –lo cual no fue difícil–, las llevó en el auto a comprar un helado y a montar columpio. Amaba cuidar de esos pequeños ángeles que eran gemelas, y las cuales jugaban con él, haciéndolo confundir a cada instante, ya que era difícil reconocer cual era cual, y además si ambas llevaban puesta la misma chaqueta tapando así lo único que hacía posible reconocerlas. Hasta ese momento todo marchaba bien, mantenía su mente entretenida balanceando arriba y abajo a las hermanas, pero todo acabo cuando Valeria o Victoria, pregunto:
—Tío, mamá ha dicho que no ibas a llegar por nosotras, ¿cierto, Vic? —Le dijó a su hermana.
—Dijo que estabas muy ocupado perdiendo la noche y limpiando el polvo —habló entonces Valeria, con un tono demasiado casual para el tema.
—No perdí la noche —se defendió, con una pequeña sonrisa. Recordó que tan sólo hace unas pocas horas, Aria estaba acostada junto a él—. Estaba con una hermosa mujer —les sonrió.
A las pequeñas se les ilumino el rostro y saltaron hacía su tío, gritando: "Tiene novia, tiene novia, mi tío Thiago tiene novia".
El resto de la tarde y un poco de la noche la pasó con sus pequeñas sobrinas. Sin embargo, ese tiempo que estuvo con sus sobrinas, todo le correspondió a ella. No había sido capaz de dormir bien, pensando en sí debería de acercarse o ser el mismo imbécil de siempre. Esa misma noche había tomado una decisión, pero claramente a la mañana siguiente fue otra la que tuvo que tomar al verla como caminaba con algunos de sus compañeros y ni se fijaba en él. ¿Qué había cambiado ella en él para que estuviera así? Sintió frustración, enojo, y otra cantidad de sentimientos más, que lo estaban carcomiendo. Se suponía que sería como con las demás, sólo algo pasajero, una noche nada más.
Pasó algunos minutos sentado en la banca que ya estaba un poco desgastada por el frío y el calor del lugar, pensando en que debía de hacer, sin llegar a ninguna decisión concreta, una que facilitará el extraño vacío que estaba creciendo en su caja torácica. Hasta que luego caviló: Si ella lo había ignorado, era porque realmente no le había importado, entonces, ¿por qué debía de importarle a él?
El día continuó, Aria estaba lo suficientemente ocupada como para contarle a Leiny lo que había sucedido la noche del sábado, y esperaba que el momento no se diera. No quería quedar como una estúpida más, que cayó en el juego de Thiago. Sabía que no la había pasado mal con él, había sido amable y divertido cuando estaban en la discoteca. A decir verdad, le había encantado que le pidiera permiso para besarla, y sabía que no estaba lo suficiente con alcohol en las venas como para no saber lo que hacía. Recordaba todo con absoluta precisión, y aunque no lo había confrontado aún, sabía a la perfección que para él no había significado nada. ¿Cómo lo sabía? Lo confirmo, después de salir de la biblioteca y ver cómo él ni le había importado su presencia al pasar "casualmente" por su lado.
Con cada paso que daba, la decepción albergaba más y más su pecho. « ¿Qué más podría haber esperado de él?» Se pregunto. « ¿Qué más?» En el fondo sabía que eso sucedería, pero lo que en sí no se esperaba, era que eso le molestara y la hiciera sentir mal. Era consciente que jamás Thiago le había prometido una relación sería; o que después de esa noche ella significaría algo más para él; o que después de que se vieran, harían como si nada hubiera acontecido. Él nunca le pinto pajaritos en el cielo, ella sola se había encargado de eso, al pensar que todo sería diferente.
► En galería Gigi Hadid como Aria
►Como vídeo, una canción de Alan Walker llamada Faded
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Solo Ella ©
RomanceAria y Thiago, son dos personas demasiado diferentes para encajar en el mundo del otro. Ella fuerte físicamente, pero frágil por dentro. Él, duro como una roca y sin miedo a destruir el corazón de cualquier mujer. Algo en común, ambos habían sido en...