Intento número: Tres.
Salió de la clase de sonido I, cuando al instante sintió una presencia a su lado. Miro hacia la derecha y ahí estaba de nuevo él, el hombre de imponente mirada. « ¿Se ha equivocado de nuevo?» Se preguntó. Continuó caminando hacia la salida, él caminaba a su lado siguiéndola.
— ¿Necesita ayuda con algo? —Le pregunta fastidiada, deteniéndose.
Él sonríe de lado observándola por un instante, y con las manos metidas en los bolsillos del pantalón, le dice:
—Sí, ¿cuál es tú nombre? —Le pregunta Thiago mirándola fijamente.
Aria se queda callada varios segundos sin darle respuesta mirándolo fijamente, algo dentro de ella se removía era como un pequeño escalofrió que recorría todo su cuerpo. Dudaba en si decirle cual era su verdadero nombre o decirlo otro, la situación era demasiada extraña.
—Soy Aria y mi apellido es deja de molestarme. —Dice fuertemente.
Continua con su camino hacia la cafetería, trata de agudizar sus oídos tratando escuchar pasos detrás de ella pero no, no hay nada, debió haberle bastado con lo que le dijo. Se sintió un poco mal, no negaba que eso le había gustado, era extraño, ¿cómo eso le podía gustar alguien? Y Ese alguien era ella. De camino a la cafetería saludo a algunos compañeros con los que había estudiado semestres anteriores, y después se dispuso hacer la pequeña fila para pedir su desayuno.
—¡Aria! —Escucho la voz de un hombre que la llamaba, miro hacía todos lados y no vio a nadie—. ¡Aria! —Trato de seguir de donde provenía el llamado, guiándola hacia un quiosco a escasos metros de ella, y allí lo vio. Lo miro sin comprender « ¿Me está llamando a mí?» Él se quedo mirándola dándole a entender que efectivamente si era ella a quien llamaba. «¿Cómo se me pudo ocurrir decirle mi verdadero nombre?» Se hizo la desentendida y continuó ahí, haciendo la fila como si no hubiera escuchado nada. A los pocos segundos, sintió un leve apretón en su brazo que empezaba arrastrarla sin mucho esfuerzo, guiándola a alguna parte. Miro quien era el causante y era él, ¿qué más podría haber sido?
— ¿Pero qué te pasa? — Trato de sonar enojada din gritarle. Aria no quería que se armara un escándalo. Él se detuvo sin soltar su agarre, y mirándola a los ojos le respondió:
—Hace dos días te dije que te iba a invitar a desayunar y te fuiste, así que lo tomé como si fuera para el día de ayer, pero cuando te fui a buscar, me ignoraste. —Aria sonrió al recordar ese pequeño suceso, la verdad era que le había causado mucha gracia, hasta llego a pensar que él se había equivocado de persona—. Y he decidido que hoy si lo haría.
Respiro profundo observando a su seguidor, iba vestido con una camisa color blanco, un jean azul clásico, junto a unas botas. Sus ojos aun mostraban frialdad y eso le daba desconfianza. Tenía una pequeña cicatriz en el lado derecho de su rostro que le rozaba una ceja, de alguna manera la cual ella no comprendía, la cicatriz destacaba haciéndolo lucir más hermoso. Llevaba una barba de pocos días y olía muy bien.
— ¿Ya es suficiente, Aria? —Le pregunto él sonriendo. Aria respira apenada, sabía perfectamente a que se refería, pero no iba a caer en su juego. Él comenzó a caminar asegurándose de que ella lo siguiera. Se acomodo en la banca y después, él lo hizo frente a ella.
—No se si deba decirlo, pero no desayuno muy a menudo con desconocidos, yo creería que muy pocas veces —le dijo. Estaba nerviosa, ¿de que se trataba todo esto? ¿Y porque ella estaba aceptando desayunar junto a él?—, y cabe recalcar que no me gusta mucho, así que no me hables mientras ingiero estos alimentos porque me iré —lo amenazó.
—Claro, no hay problema. —Le respondió serio.
Ambos empezaron a consumir los alimentos. Aria trataba de no llevar su vista al frente para no encontrarse con la mirada de él. Quería saber cual era su nombre, pero como no quería parecer interesada, decidió no preguntar nada, después lo averiguaría con la ayuda de una compañera o alguien. El desayuno continuó sin que los dos se dirigieran la palabra, y eso le gusto a Aria, que respetará lo que le había dicho. Cuando concluyó, se puso de pie y tratando de ser amable miro a Thiago, y por un breve momento pensó que se iba a quedar sin aire.
—Muchas gracias —habló demasiado rápido—. El... El... — «¿Cómo se llama? ¿Cómo se llama? » ¿Cómo se le pudo haber olvidado una palabra de tan sólo cuatro sílabas?
—Desayuno —termino él, sonriendo con picardía.
—Sí, eso. Estaba delicioso, gracias. —Y rápidamente salió de ese lugar, casi huyendo de él.
El corazón le latía rápidamente hasta lo podía escuchar, sentía un calor inmenso albergando su rostro. Con desesperación busca con la mirada hacia donde ir para buscar un baño cerca, camina algunos segundos dobla a la derecha y allí estaba, se adentra en el y se mira fijamente en el espejo, estaba sonrojada y hasta un poco sudorosa. No entendía que había pasado hace tan solo dos minutos, ¿cómo había permitido que él la manipulara así? ¿Acaso eso era manipulación? Apoya la mano izquierda en el mesón y con la mano derecha abre la llave toma un poco de agua con la mano y la lleva a su boca sorbiendo. Sentía mucho calor. Levanta la mirada mirándose nuevamente al espejo y sonríe, se sonríe así misma. ¿Qué le estaba ocurriendo? Que alguien por favor le dijera.
Intento número: Tres. FALLIDO.
Hola, espero les haya gustado este capítulo, y se lo dedico a, @Gisselita007 Gracias por votar y comentar en todos los capítulos, te lo agradezco inmensamente.
► En Galería Thiago como Toni Mahfud.
Sky Dawn

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Solo Ella ©
RomanceAria y Thiago, son dos personas demasiado diferentes para encajar en el mundo del otro. Ella fuerte físicamente, pero frágil por dentro. Él, duro como una roca y sin miedo a destruir el corazón de cualquier mujer. Algo en común, ambos habían sido en...