Javy y yo somos puntuales. Son las diez y dos cuando llegamos al punto de encuentro, que es en una pequeña plaza cerca del centro de Condado. Moisés y Laura ya están ahí. Ellos son pareja, su historia de amor comenzó cuando entramos a la universidad. Hoy en día viven juntos y probablemente pronto se casen. No se ha hecho oficial, pero Laura ha estado tirándole indirectas a Moisés desde hace meses. Hace unas semanas, Moisés nos comentó a Javy y a mí, que estaba pensando pedirle matrimonio, probablemente dentro de un mes cuando consiga el dinero para el anillo.
Todos tenemos más o menos la misma edad. Así que compartíamos intereses y gustos.
Moisés es un chico alto y de cuerpo robusto (un poco más que Javy y yo), piel blanca, cabello negro y corto, y ojos claros. Viste una camisa negra y un pantalón crema. Laura, es una chica alta, no tanto como su novio (más bien era de mi misma estatura, quizá una o dos pulgadas menos), está en su peso ideal, tiene piel blanca (aunque, un poco más oscura que la de Moisés), ojos claros y por cabellera tiene una melena de risos dorados. Viste un traje negro que es pegado en su busto y suelto a la mitad de su abdomen. Ella es una joven hermosa.
Javy y yo vestimos similarmente, es muy común. Jeans y camisas de botones manga larga con las mangas enrolladas, la diferencia es el color de las camisas, la mía es gris, y la de él es azul marino.
–Hola chicos– saluda Laura con una sonrisa mientras se acerca agarrada del brazo de Moisés.
Nos hemos detenido cerca de una fuente.
–¿Qué tal?– pregunto mientras saludo a Moisés con la mano.
Laura saluda primero a Javy. Luego, me saluda a mí, mientras Moisés saluda a Javy.
–Estamos aquí desde las 9:45– menciona Moisés como si hubiese tenido que esperar por horas.
–Bueno, habíamos quedado a las 10:00– dice Javy con el ceño fruncido.
–Lo sabemos– dice Laura mientras le ofrece a Moisés una mirada amenazadora.– Lo que pasa es que alguien por aquí es un poco desesperado.
Moisés la mira mal. Ella le contesta agarrándolo por un brazo y recostando su cabeza en su hombro con mucho amor. Laura suele hacer eso. Cuando Moisés se molesta con ella, solo basta con darle un poco de amor y el pobre hombre queda rendido a sus pies. No lo culpo, Laura es una mujer hermosa, aunque, debo aclara que no es mi tipo.
–Es imposible que te enojes con ella– digo mirándola, ella me guiña un ojo.
–Sí, es imposible– admite Moisés mirándola con ojos de enamorado.
Nos reímos.
–¿Dónde anda Juan?– pregunto al notar que no está.
–No ha llegado– dice Laura.– Hace como veinte minutos que me escribió diciéndome que estaba en camino.
–Perfecto, ya tiene que estar por llegar– dice Javy mientras mira el reloj.
Juan vive en el Viejo San Juan, así que debe estar muy cerca.
El móvil de Javy suena y este se aleja de nosotros para contestar.
–¿Zara vendrá?– pregunta Laura cuando deja de perseguir a Javy con la mirada.
–Sí, seguramente ya llego– contesto.
–Qué bueno, no seré la única chica– contesta Laura con emoción.
Cuando estábamos en la universidad, Laura no era la única chica, en nuestro grupo había dos más, Elena y Sofía, pero, ambas se fueron a hacer su maestría en el extranjero y terminaron consiguiendo trabajo allá mismo.
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Rosas Blancas y Café
Storie d'amoreJared Gale es un diseñador gráfico que vive en la ciudad de San Juan, Puerto Rico. Esta es la historia que cuenta como se enamoro de Alice Rose, una hermosa artista que pinta hermosos cuadros realistas, y a su vez, trabaja en el Café de su padre...