Capítulo 2

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Equipo 7

Alejados de los demás, pero aún manteniéndose en el territorio de la academia, ambos Uchiha se miraban frente a frente. Ninguno mostraba alguna emoción de estar con otro miembro de su clan.

—Supongo que los dos tenemos la misma pregunta. —habló la pelinegra.  —Así que preguntaré yo, ¿cómo sobreviviste a la masacre? Se suponía que él había matado a todos.

—Ese no es punto, lo que quiero saber es, ¿cómo es que hasta ahora sé que hay otra persona del clan?

—Me fui de la aldea un par de días después, decidí regresar ayer. No quería estar aquí, pensando que estaba completamente sola.

Ninguno pronunció palabra alguna, sabiendo que su conversación había finalizado. Cada uno tomó un camino, aún contaban con varios minutos libres. Frente a sí, caminaba la misma chica que había visto en el salón de curioso color de cabello, no tenía mirada muy amistosa.

—Oye, ¿qué hacían tú y Sasuke-kun? —se notaba algo molesta, sus brazos estaban cruzados.

—Hablamos, nada más. ¿Acaso te molesta? —posicionando una mano en su cintura, la miró con una sonrisa sarcástica.

—¡Por supuesto que sí!

—Pues ese ya es problema tuyo, yo no tengo nada que ver en eso. Ahora, si me disculpas... —pasó a un lado de ella, ignorando que aún se quejaba a sus espaldas. No era nada más que una chiquilla enamorada.

Su sorpresa fue más grande al saber que ese día se impartirían los exámenes para ser Genin. Al parecer, el Hokage confiaba en que de verdad se haya preparado lo bastante bien como para aprobar ese examen. Los profesores ya deberían de estar al tanto de todo. No había motivo por el cual preocuparse.

Fueron llamando a cada uno poco a poco, en algunos casos se escuchaba la manera en que celebraban, como respuesta a que habían aprobado sin problema. Al ser su turno, sintió un poco de nervios, todos allí sabían lo que debían de hacer, ella no.

Su tranquilidad vino al saber que lo único que debía de hacer era el Jutsu: Clones de Sombra. Recordaba a la perfección las veces que lo había practicado con su padre, todo lo puso en práctica el tiempo que estuvo afuera. No tenía oportunidad de fallar.

Con banda en mano, observó a las familias en las puertas de la academia celebrando con los alumnos que ya habían aprobado. Sintió algo de nostalgia, lo mejor sería pasar de largo de todos ellos. Al pretender marcharse nuevamente a su departamento, su mirada captó a un rubio sentado en un columpio, observaba a la multitud de personas con una clara tristeza. Él parecía estar igual de solo que ella, así que un poco de compañía no le haría daño a nadie, ¿no?

—Hola. —guardó su banda en uno de los bolsillos, sonrió cuando el chico la miró.  —
Soy Naoko, ¿tú?

—Naruto. —sí le veía bastante desanimado, y al no ver una banda ninja por ningún lado, suponía que había reprobado. Además de que no había nadie con él.

—¿Qué haces aquí tan solo? —apoyó su espalda contra el árbol que sostenía el columpio.

—Nada en particular.

—¿Sabes? Es extraño ver como en el salón eras tan expresivo, y aquí tan callado. No pareces ser la misma persona. —trató de animarlo un poco, y la pequeña sonrisa que le brindó la hizo sentir segura de ello.

—Es solo que no aprobé el examen. —confesó, luego de soltar un suspiro.

—Bueno, en el salón te escuchabas muy seguro de ser el mejor. No creo que estar tan desanimado te ayude a serlo. —puso una de sus manos sobre el hombro del rubio. —Sé que puedes hacerlo. Nos vemos después.

Se retiró del lugar sintiéndose bien con ella misma. De niña, le hubiese encantado que alguien la animara cuando se sentía mal, no estaba de más hacerlo con alguien que de largo se notaba que lo necesitaba.

Al otro día sentía su cabeza casi explotar, y todo por la voz, a su parecer irritante, de la pelirosa. Todos estaban reunidos en su salón de clases, a la espera de que Iruka nombrara los equipos. Se estaba hartando de esa chiquilla, le sorprendía como el otro Uchiha no hacía nada al respecto, teniendo en cuenta que el afán era con él. La puerta se abrió de golpe, dejando ver a Naruto con una resplandeciente sonrisa. Naoko lo miró sorprendida, se suponía que no había aprobado el examen, y ahora estaba delante de ellos con una banda en su frente. Se sentó en su habitual espacio, irradiando felicidad. Solamente pudo sentirse feliz de verlo allí, sin saber cómo es que lo logró.

A los pocos minutos entró Iruka, todos hicieron silencio, ansiosos de saber quienes serían sus compañeros. Poco a poco fueron nombrando a los equipos, según su conocimiento de clanes, estaban algo balanceados en cuanto habilidades.

—Equipo 7: Naruto Uzumaki, Sakura Haruno... —rió bajo a ver al rubio festejar, a la distancia se le notaba que la escandalosa le atraía. —Sasuke Uchiha... —bueno, esta vez los papeles se invirtieron. Sentía algo de pena por el Uchiha. —Y Naoko Uchiha.

No pensó quedar en un equipo de cuatro personas, siendo el límite tres. Casi podía sentir que estaba sobrando.

—Sensei, ¿por qué nuestro equipo es de cuatro? Se supone que deberíamos de ser solo tres. —la pelinegra levantó una ceja, no había que ser muy listos para saber que a Sakura ella no le agradaba mucho.

—Los equipos se formaron de modo que estén balanceados, y de todas formas habría uno que quedaría de cuatro personas. El Equipo 7 era la mejor opción. —Sakura ya no respondió más. Iruka terminó por nombrar el resto de los equipos. —Bien, después del almuerzo deben regresar para que conozcan a su nuevo sensei.

Iruka se retiró del salón, varios alumnos lo imitaron. Esta vez salieron en grupos, a lo mejor para empezar a conocerse. Naoko se acercó al rubio, de verdad sentía curiosidad de saber cómo había conseguido llegar a Genin. Al menos tendrían algo en qué entretenerse mientras esperaban a que llegara su nuevo sensei.

Mi Alma Gemela (Sasuke Y Tú) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora