Capítulo 3

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Malos Recuerdos

Los primeros días para el equipo 7 no fue del todo malo, excepto por el hecho de que su sensei era el que tenía fama de no aprobar a nadie, y eso sin contar que también los devuelve a la academia. El primer día juntos fue únicamente para presentación, no habría nada especial. El segundo día fue el que casi acaba hasta con la última gota de energía de sus cuerpos; al principio, su tarea pintaba ser sencilla, solamente tenían que arrebatarle al sensei un cascabel, no sonaba como algo del otro mundo. El problema fue cuando todos lo atacaron por aparte y con sus propios medios, unos más calculados que otros, llevándolos directamente al fracaso. Lo peor fue que cada uno siguió las ordenes de Kakashi, ya que se suponía que no debían de desayunar.

Cuando parecía que habían reprobado, su sorpresa fue que se les brindó una segunda oportunidad. Como recomendación, extrañamente, de Sasuke, decidieron trabajar en equipo. Siendo esta la clave del éxito, sin necesidad de tener que volver a luchar por los cascabeles, fueron aprobados.

Después se avecinó lo frustrante para casi todos los miembros del equipo, ya que no sentían que debían de estar a la altura de una miserable misión de rango D. Ellos debían de estar capacitados para algo más que eso, jamás se imaginaron paseando perros, limpiando jardines o cazando un condenado gato.

Aunque todo parecía estar en orden, en lo que cabe, no lo era del todo para la integrante de cabello oscuro. Era nada más y nada menos que su cumpleaños, hacía tiempo que dejó de sentir emoción por una fecha así, considerando que ya no tenía con quien celebrarlo. Así después de su última misión del día, su idea sería encerrarse en su departamento y esperar a que el día llegara a su fin, pero no contaba con que uno de sus compañeros interfiriera con un repetitivo plan de cada año.

—¡Naoko! —detuvo su andar y miró a sus espaldas, Naruto corría hacia ella con una sonrisa.

—¿Sucede algo?

—Escuché por ahí que hoy es tu cumpleaños, así que estaba pensando en que podríamos festejarlo en equipo. —la muchacha sintió como su pecho se comprimía, mantuvo la cara en alto.

—¿Quién te dijo eso?—preguntó curiosa, recordaba jamás haber mencionado un dato así.

—Eh... nadie en específico. —rió nervioso. —¿Qué dices? ¿Aceptas?

 Estuvo a punto de declinar la oferta, pero viendo la mirada de ilusión que estaba delante suyo, terminó aceptando. A nadie le haría daño, ¿no? Así que se dejó guiar, el camino se limitaba a escucharlo hablar. Le parecía gracioso la manera en que se quejaba de las misiones, ella lo hacía, pero se lo guardaba para sí misma. 

Llegaron a un restaurante bastante conocido en la aldea, más de una vez escuchó hablar de ese lugar. Allí los esperaban sus otros dos compañeros, le sorprendía enormemente que de verdad estuvieran ahí. O quizá Naruto les había insistido tanto que aceptaron con tal de no escucharlo. No lo sabía, aún no los conocía lo suficiente.

—Ya era hora que llegaran, estuve a punto de irme. —se quejaba la otra chica del equipo. Naoko no la miraba muy contenta de estar allí, por lo que pensó que se quedó solamente porque Sasuke lo hizo.

—Lo siento, Sakura-chan, pero Naoko camina demasiado rápido. Tuve que correr para alcanzarla.  

—Como sea. —ella fue la primera en entrar en tomar asiento en uno de los lugares, los tres restantes la siguieron.

A pesar de no sentirse muy a gusto, trató de disfrutar el momento. No quería que su mal sentimiento se hiciera notar para sus tres compañeros, al menos debía de valorar el esfuerzo de que estuvieran allí. Además, hacía bastante tiempo que había olvidado lo que era compartir con otras personas, quizá en otro momento no tendría esa oportunidad, debía de aprovecharla ahora que tenía la oportunidad.

Mi Alma Gemela (Sasuke Y Tú) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora