AMOR CIEGO

CAPÍTULO # 44

        FINAL
PRIMERA PARTE

La impotencia gobernaba en mí, el ver a la persona que te trajo al mundo, quien te crió, quien siempre estuvo ahí para ti, en estas condiciones era simplemente desgarrador.
No podía moverme de mi lugar ni dejar de contemplar tal escena.

Mi madre se encontraba tirada en el piso de la cocina y todo a su al rededor era un desastre.

No quería perderla. No puede irse al igual que él y dejarme aquí sola.

–N.. No, no, no tu no, por favor.–comencé a sollozar.

–Astrid, Astrid, controlate ella esta bien solo esta inconsciente.–se acerco a mi y me dio una pequeña sacudida para que reaccionara.–vamos.–se alejo y tomo a mi madre en brazos (no sabia que Damon fuera tan fuerte), la deposito en el sofá y se giro a verme.

–¿E..esta b..bien?.–pregunte temblorosa.

–Si. ¿dónde esta el alcohol?.–se puso de pie.

Corrí hacia el baño y revise el botiquín, segundos después me encontraba frente a Damon con el alcohol y algodón en mano.
Mojo un pequeño trozo de algodón, lo mojo y lo coloco debajo de la nariz de mi madre.

–Astrid.–susurro un minuto después.

–Mamá ¿como te sientes?.–la ayude a sentarse.

–¿Recuerda que fue lo que sucedió?.–preguntó Damon.

–Yo.. S.. s.. si, fue Matthew.–dijo en un susurro.

Mis ojos se abrieron como platos.
Ese maldito fue capaz de dañar a mi madre, eso no se lo perdonaré.

Di un par de pasos hacia atrás para después comenzar a caminar algo rápido hacia la puerta. Quería salir en busca de Matthew y si no fuera por Damon (que rodeo mi cuerpo con sus brazos) lo hubiera conseguido.

–Sueltame Damon. Lo voy a matar. No Sueltame.–me removí para que me soltara.

–Astrid, no ganaras nada con eso, no permitiré que te pongas en peligro.–me sujeto aun más fuerte y me giro hacia él.

–Le ha hecho daño a mi mamá, Damon ¡¿es qué no lo entiendes?!.–le grite.

–¡¡¿Y tú no entiendes que no quiero perderte?!!.–grito aun mas fuerte.–Por favor. –suplico.

Deje de poner resistencia y lo abrace con fuerza mientras lloraba entre sus acogedores brazos.

–¿Por qué nos hace esto?.–solloce.

–Es un maniático. Debemos denunciarlo antes de que planee hacer otra cosa.–dijo acariciando mi cabello.

–Sí, solo así no dejara tranquilos.–me separe poco a poco de su lado y camine hacia mi madre quien nos observaba con ternura.

La abrace fuerte contra mi.

–Creí que te perdería a ti también.–me hizo verla a los ojos y me regalo una sonrisa.

–Le prometí a tu padre que nunca permitiría que nada le sucediese a nuestra pequeña. Así que tendrás que soportarme por una temporada más.–le sonreí y volví a abrazarla.

        .....Dos meses después.....

–¡Astrid!.–gritaron

–Mm, un minuto más por favor.–Murmuré aun que  no lograran escucharme.

–¡¡ASTRID!!! ¡LA COCINA SE QUEMA!!.–gritaron ahora cerca.

–¡¡¿QUÉ?!!.–me levante de golpe.