CAPÍTULO # 31

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Desperté con un dolor de cabeza de los mil demonios, no logre pegar el ojo en toda la noche debido a otro maldito sueño, o mejor dicho el mismo maldito sueño de siempre, solo que esta vez fue diferente.

Todo fue exactamente como sucedió, excepto una cosa: al momento de que el auto donde estábamos mi padre y yo se estrellara ya no me encontraba en el auto, o de alguna manera si pero yo era una tercera persona observando todo, a lo lejos logre ver una silueta a lado de mi padre era la silueta de un hombre estoy segura de ello. Está misma se acercaba a él y verificaba que estaba muerto luego me observaba a mi y pronto salia huyendo del lugar.

-Buenos días Astrid.-beso mi frente.

-Buenos días mamá.

-¿A qué hora sera el velorio de Jay?.-dijo triste.

-A medio día.-susurré

-Esta bien. Vamos a desayunar.-me tomo del brazo para ayudarme.

Después del desayuno le pedí ayuda para buscar algo de ropa que estuviera bien para el velorio, me metí a la ducha hice lo mio y al estar ya cambiada cepille mi cabello y lo deje suelto.
Baje lentamente las escaleras y logre escuchar pequeños sollozos.

-Mamá ¿eres tú?.-dije cuando ya estaba abajo.

-Si, soy yo.-susurro

-¿Te encuentras bien?

-No te preocupes, yo, solo estoy algo sentimental.

-¿Segura?

-Si, es solo que encontré el álbum familiar..... Y..... Recordé tantos momentos a lado de tu padre.-suspiro.-lo siento, aun no puedo evitar sentirme de esta manera.-soltó una risita.

-No tienes que evitarlo, debes sacar todo, mamá yo también lo extraño muchísimo y siempre esta presente en mi mente. Es algo que no se debe tratar de evitar.-sentí como se acercaba a mi y me abrazaba. En ese momento no pude evitar el llorar.

Pareciese que todos aquellos que están a mi lado tienen el terrible destino de morir y yo el de sufrir.

Pasaron las horas y el momento de tener que salir al velorio de Jayden se acerco. Damon pasaría por mi y mamá se iría en su auto.
Se escucho el timbre y lentamente me acerque.

-Hola Damon. -dijo mi mamá.

-Hola señora.-susurro.

-Lamento mucho tu perdida en verdad me agradaba Jay. -dijo sincera.

-Gracias, yo también lo hacia.-dijo serio.

-Hola.-me acerque más a la entrada.

-Hola. ¿Estas lista?.-me tomo de la mano.

-Si lo estoy.

-¿Vendrá con nosotros?.-le pregunto a mi mamá.

-Oh no cariño, yo iré en mi auto en un momento más. Pero gracias.

-Esta bien, nos vemos aya.-se despidió Damon.

Entramos al auto y ninguno de los dos dijo nada y el auto aun no era encendido. Hasta que me decidí a hablar.

-¿Damon? ¿Estas bien?.-me gire a él.

En lugar de escuchar respuesta alguna un par de brazos me envolvieron repentinamente.

-Damon ¿Qué te sucede?.-pregunte alarmada, Damon nunca se mostraba decaído.

-Solo.... Solo necesito esto...... Por favor.-dijo entre sollozos, Lo cual me provoco un nudo en la garganta y cierta ternura hacia él por que a kilómetros se notaba el amor que sentía hacia su hermano y el que ya no estuviera a su lado aunque fuera solo para tener estúpidas peleas era suficiente dolor para él.

AMOR CIEGODonde viven las historias. Descúbrelo ahora