AMOR CIEGO

CAPÍTULO #2

Me desperté gracias a los gritos de mi mamá, se ha levantado con muchos ánimos por lo que veo.

-Astrid vamos, levantate hija recuerda que hoy tendremos nuestro día madre e hija.- chillo de alegría. Que se le va hacer.

-Ya voy, ya voy.- le avise ya que si no lo hacia era capaz de levantarme con balde de agua helada y no quiero eso.- Estoy despierta.- grité.

Al llegar a duras penas al baño, escuché a alguien detrás de mi.

- Estoy bien mamá.
- Lose, solo quise estar segura de ello.-dijo seriamente .- no quiero que te lastimes hija.- susurro acariciando me el cabello.
- ¿No puedo estar peor no crees?.- le pregunté.-Voy a estar bien, no te preocupes. Solo tomare una ducha, luego iremos a comenzar ese día madre e hija, ¿que te parece?.- dije sonriendo e intentando cambiar el tema y no ponernos sentimentales recordando cosas que no valen la pena.

- Tienes razón. Estaré cerca por si necesitas mi ayuda. Aquí tienes todo lo necesario.- dijo haciéndome sentir una buena para nada. Pero se perfectamente que ella no lo hace con esa intención.

Cuando por fin estaba lista, baje a desayunar luego estuvimos listas para nuestro día madre e hija.

Estuvimos fuera casi todo el día o al menos así lo sentí. Cuando por fin habíamos llegado al centro comercial estuvimos un par de horas mas comprando ropa y accesorios.

Luego a mi mamá se le ocurrió una fantástica idea, dejarme sola mientras ella compraba unas últimas cosas.- ya esta tardando.- pensé. Y para colmo de todo, yo no estaba sentada esperando no. Estaba parada recargada en una pared.
Cuando ya estaba cansada de estar en esa posición, decidí caminar unos pequeños pasos para estirar un poco mis piernas, pero no pude dar siquiera tres pasos ya que había tropezado con alguien más.

- Mierda!!!.- grito alguien (quien supongo es con quien tropecé) fuertemente y a la vez cabreado.- ¿Es que acaso estas CIEGA? ó ¿acaso eres estúpida?.-soltó aquel desconocido. (El tiene razón) pensé.
- Y...yo... Yo lo siento.- dije cabizbaja.- No fue mi intención.- dije aun en la misma posición. No quería que me insultara o que siguiera diciéndome ciega.

- Se ha manchado mi chaqueta nueva, ¿que no te has dado cuenta?.- decía cada vez más cabreado.- ¿sabes lo que eso significa?.

- No... Es que... Yo... de verdad, lo siento tanto.- dije tartamudeando cada vez más nerviosa y deseando que mi madre llegara a salvarme .

- No lo sientas. Es más debería.... .- (silencio) eso paso después de sus palabras. El ya se había marchado.

- Tiene razón.- Murmuré.- Soy una estúpida que no puede hacer las cosas bien.- dije al borde del llanto.- Solo soy una simple ciega, que no puede dar siquiera dos pasos sola sin ocasionar problemas a los demás.- en ese momento y sin poder evitarlo una lágrima rodó por mi mejilla pero, ésta no duro por mucho ya que alguien se había encargado de limpiarla con su pulgar. Levante un poco más la vista pero obviamente no pude ver de quien se trataba, hasta que éste se decidió por romper el silenció.

- Lo... Lo siento.