Capitulo 7. Espero que salga bien.

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Capítulo 7. Espero que salga bien.

Ya contra. ¿Cómo es que ha pasado tan rápido estos días, tío? Parecía fue hace nada cuando nos encontramos con los chicos en el centro comercial, pero ya era lunes y en nada teníamos que ir a clases. Sonó "Wake me up" de Avicii por los altavoces de la habitación a las seis y media (sí, teníamos altavoces en las habitaciones y, sí, nos despertaban con esos malditos cacharros del infierno, ¿cómo es que eran tan desalmados como para poner esa increíble canción a estas horas de la mañana?). Me levanté, dormida, de mi cama en medio de la canción, me restriego un ojo y miro a mis amigas, quienes estaban o dormidas o quejándose y pidiendo seguir dormir.

Cojo mi almohada y se la lanzo a la cara a Anahí. Ella me mira y yo enarco una ceja. Se tapa la cara y suelta un gruñido, para luego levantarse. Miro hacia las hermanas y Angie estaba roncando y Lace se revolvía en la cama, probablemente media despierta.

Acaba la canción y ninguna de las dos se levanta, así que les pego un grito y Lace se levantó apenas unos minutos después, pero su hermana todavía seguía clavada en la cama.

- Como no te levantes, te va a caer una buena. - le dice esta vez Anahí, mientras iba al baño a por el peine, recibiendo una especie de quejido en respuesta. En ese momento, las tres ya estábamos acabando de prepararnos.

Me estaba acabando de atar las sandalias cuando Lace me da un golpecito en el brazo para que le preste atención. Alzo la vista y me hace un gesto como para que observe algo.

- ¡Como no te levantes, te vas a quedar sin tus tortitas con Nutella, hermanita! - grita entonces.

En un minuto teníamos a la chica delante de nosotras totalmente preparada. En ese momento, Anahí sale del baño y se para en seco, sorprendida al ver a la joven ahí parada.

- Sí que te lo has tomado en serio. - es lo único que sale de su boca.

Llegamos al comedor justo a las siete, a la hora que se nos permitía entrar a la sala, donde teníamos como una media hora para desayunar, para luego irnos a nuestras habitaciones, coger nuestras cosas y empezar las clases a las ocho.

Comimos y nos fuimos a nuestra habitación.

- Yo tengo lengua americana. - dice Lace, mirando su horario y coguiendo su mochila.

- Yo historia contemporánea. - añado yo, imitando sus acciones, justo después de ella.

- Y yo. - comenta Anahí, haciendo lo mismo que nosotras.

- Yo voy con vosotras. - dice Angie. - Estáis un piso por debajo de la clase que me toca.

Salimos las cuatro y vamos a la zona central, donde se encontraban las clases y el despacho de la directora.

Vamos caminando y se nos van uniendo algunos amigos que están con nosotras en primero, pero poco a poco unos cuantos se van separando de nosotros porque les tocaban otras clases, aunque nos tocó a la mayoría en la misma clase.

Al llegar a nuestra planta, Angie sube a la suya y Lace hace lo propio al llegar a la puerta de la de historia contemporánea.

Anahí y yo nos sentamos juntas en penúltima fila. Nada más hacerlo, suena el timbre y a los pocos minutos aparece el profesor. Era un viejo canoso gordinflón gafotas. Parecía el típico abuelo con el que inevitablemente, quieras o no, no te puedes llevar mal porque es superbueno y que siempre te da dinero por Navidad.

- Uy, preparen las almohadas, señores. - salta Alec, por lo que todos estallan en carcajadas.

El profesor mira mal a mi amigo, haciendo que Alec se "esconda" detrás del libro y por lo que se ríe el hombre, colocando ambas manos en su barriga.

El boxeador y la bailarina... ¿boxeadora?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora