Capítulo 17. Definitivamente, me cago en todo lo que se menea
¿Hola? ¿Y esto? Demon me acaba de enseñar el mensaje que le envió Owem. ¿Este tío qué se cree que es? ¿El dueño de todo? Bueno, es el narcotraficante más importante de toda la ciudad, técnicamente creo que se lo puede permitir todo. Pero aún así, no tiene derecho.
- No te enfades, Dani - me intenta controlar Demon, mientras me abraza por detrás y me da besitos en el cuello - Tranquila, no te hará nada mientras estemos juntos. Somos fuertes.
- Le quiero arrancar la cabeza al machango ese. Me tiene hasta los cojones - dijo de vuelta y malhumorada, mientras me vuelvo hacia él, le rodeo el cuello con mis brazos y escondo mi cara en un huequecito que quedó entre medias, todavía con su móvil en mis manos.
- Tranquilizate, no hará nada. Hemos estado juntos estos tres meses y no nos ha hecho nada. Y no nos hará nada si seguimos así.
- Pero aún así. ¿Y si encuentra a mi familia? ¿O a la de Anahí? ¿Y si les hace daño? No me perdonaría por nada del mundo que le pasara algo a mi hermanito pequeño ni a los hermanos mayores de Anahí, sabiendo que también se pondría en peligro. Les quiero demasiado.
Demon no contesta y se limita a abrazarme más fuerte y a acariciarme el pelo.
Al separarnos, le devuelvo el móvil y nos reunimos con los chicos otra vez. Estábamos en el Red's.
Sorprendentemente, el Red's era cafetería de día y discoteca de noche. Incluso, ofrecían otros servicios por la noche (ya saben a lo que me refiero y precisamente tanto chicos como chicas lo ofrecen en unas sesenta, setenta habitaciones) y, sinceramente, no quiero ni tengo ganas de probarlos.
Dann, el barman y dueño del local según me enteré hoy, nos recibió encantado y nos dio una mesa en la terraza con muy buenas vistas.
"La mejor mesa para los mejores" había dicho.
- Oigan, ¿se enteraron de que en dos semanas es el concierto especial por Navidad? - salta Vero - Es benéfico. Ya han confirmado la asistencia de varios artistas.
- ¿No te dije yo que no dijeras nada? - recrimina Charlie - Todavía no les hemos dicho nada.
- Lo siento, lo siento. Pensé que lo habíais hecho. Como siempre estáis hablando.
- ¿Dicho el qué, chicos? - inquiere Anahí, extrañada al igual que yo.
- Os lo íbamos a decir como regalo de Navidad - empieza Charlie con un suspiro.
- Es un concierto que se va a hacer para recaudar fondos para los hospitales y los refugiados. Van a ir Ed Sheeran, The Vamps, Maroon V, Cameron Dallas, One Direction,... En resumen, todas las que te puedas imaginar. Incluso David Garret, Lindsay Stirling, Pentatonix y Diversity van a ir - le interrumpe Angie, hablando muy rápido de la emoción.
- Espérate, ¿Chris y Annie no había dicho algo de una gala benéfica? - recuerdo yo, uniendo cabos.
- ¿Y Dominik, Chris y Annie no habían hablado contigo para añadir el violín en la coreografía? - añade Anahí, señalándome y compartiendo conmigo una mirada cómplice.
- Y, al ser famosas también por el boxeo y eso, también estáis invitadas como boxeadoras con posibilidad de un solo acompañante cada una. Nosotros también estamos invitados - nos revelan los hermanos, hablando los dos a la vez.
Pegamos un chillido y se las arrancamos de las manos. Anahí y yo nos hemos forjado fama de buenas boxeadoras al ir ganando todos y cada uno de los combates en los que hemos participado. Además, estábamos en las finales de tres competiciones: dos distintas en solitario y otra en parejas.
- ¡Eh! No nos dejen sordos - se queja Demon mientras su hermano y él se rascan un oído.
Las dos estábamos sentadas sobre sus regazos.
- ¿Y? Se fastidian por no habérnoslo dicho antes - le recrimino, le saco la lengua y me acomodo bien en sus piernas, haciendo que se le clave bien la silla.
- Pero que la actuación es la noche antes de Nochebuena y os lo íbamos a decir poco antes de esa fecha - se intenta defender Charlie.
- No es excusa. Aún así nos hubiésemos enterado por la universidad. Os jodeis los dos - sentencia Anahí, haciendo lo mismo que yo.
Lace, Angie y Vero no pararon de reírse. Somos unas niñas chicas.
Pedimos la cuenta y nos fuimos.
Al volver a la residencia, Demon y Charlie nos acompañan.
- Dani, acuérdate que tu final de boxeo es mañana - me recuerda Anahí.
Mierda. No me acordaba.
- Es verdad.
- ¿Contra quién peleas? - me pregunta Demon, curioso.
- Contra... Levallois. Francés, creo - contesto, dudosa.
Demon abrió los ojos.
- Levallois es uno de los mejores boxeadores que jamás he visto. Es muy, pero que muy fuerte.
- He peleado con hombres gigantes, no creo que sea mucho problema.
- El problema es que Levallois no es un simple gigante; es el rey de los gigantes. Es un hombre de dos metros de alto por metro y medio de ancho de espalda, por lo menos y sin exagerar. He peleado contra él unas cuantas veces y hasta a mí me ha costado ganarle, teniendo en cuenta que me consideran uno de los mejores boxeadores desde hace unos cuantos añitos.
Después de eso, seguimos caminando en silencio hasta la resi. Demon me cogió de las manos y presionó sus labios con los míos.
- Ten cuidado - me dice, antes de besarme como debe ser y, al separarnos, acaba - Nos vemos esta noche, ¿vale?
Las chicas y yo nos fuimos a nuestra habitación y nos pusimos a estudiar.
...
Puñetero Jeff. Si Jeff no me hubiese entretenido tanto al entrenar, ahora, no estaría corriendo tanto con el coche de Demon hasta la dirección que Jack (el nuevo chico que está trabajando para Jeff como secretario o también conocido como el novio de Jim) me había dejado.
Al final me había sacado el carné de conducir, pero no me he querido comprar ningún coche. Además, si le rompo el coche a Demon o a Angie ellos lo paga y, en cambio, si Angie se enfada o algo, siempre le puedo decir que yo le pago la reparación; con Demon..., bueno, si reclama algo, ya lo arreglaremos a nuestra manera.
Aparco delante de un gran centro y entro dentro.
- Soy Dani The Devil's Angel Gonzalez. Peleo contra Levallois - le dijo a la recepcionista.
- Aquí tienes. Tu entrenador llegó hace quince minutos. Está en los vestuarios - me contesta, dándome un pase.
Me cago en los muertos de Jeff. Me da igual lo que me diga ese viejo.
Paso a los vestuarios, enfadada.
- ¿No me pudiste haber llevado? - le pregunto al pesado que tengo como entrenador.
- Tenías el coche de Demon - responde, como si nada - Me vuelvo al ring, quiero mirar una cosa.Cambiate.
Y este tío se va. ¿Son cosas mías o cada vez se parece al gato de Alicia en el País de las Maravillas? ¿Cómo se llamaba ese gato, tú?
Me cambio y salgo al ring. Jeff siempre me obliga a "probar" el ring antes de cada combate, ya que no se me ha quitado la costumbre de ir descalza y los intentos de Jeff para que me ponga los zapatos especiales no han dado resultados. Me resultan incómodos.
Al volver del ring, Charlie, Demon, Anahí y las dos hermanas estaban en los vestuarios.
Demon fue el último que me saluda, dándome un abrazo de oso (él mide 1.85 y yo, 1.57, imagínense la diferencia y la cosa que me da cuando me abraza así, aunque he de decir que me encantan esos abrazos).
Al separarnos, me tiende un sándwich de atún y millo y un zumo de naranja, haciendo que yo sonría de lado. Sabe que con cosas como la final se me cierra el estómago y si no como algo antes de una pelea o de una actuación se me puede bajar la tensión y me puedo desmayar.
Nos sentamos y estuvimos hablando hasta que llega Jeff para avisarnos que ya empieza.
Todos se van y nos quedamos Jeff, quien no para de hablar por teléfono, y Demon , quien sigue sentado debajo mía sujetándome firmemente por la cintura.
- Tranquila, pelea como siempre - me susurra Demon al oído - Relájate. Es un contrincante más.
Entonces, Jeff me hace señas para que me acerque. Al hacerlo, me coge de los hombros.
- Tienes 18 - empieza - Eres la primera mujer y una de las personas más jóvenes en llegar a una final junto a tu querido Demon. Céntrate, relájate y pelea como tu siempre peleas y sabes hacer. Venga, salte. Ya te han llamado.
Me pongo la bata y salgo.
Pego un salto y me subo al ring. Me quito la bata.
Miro al hombre que tengo delante y me doy cuenta de que es Levallois.
Madre mía, con razón me advirtió Demon. Definitivamente, me cago en todo lo que se menea.
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El boxeador y la bailarina... ¿boxeadora?
Romance¿Él? Arrogante, sexy, caliente, mujeriego, creído, misterioso, temido, boxeador y el mismísimo diablo. ¿Ella? Sincera, divertida, alegre, buena persona, malhumorada, temida, bailarina, violinista y un ángel y diablo en la misma persona. Ambo...