Capítulo 15. Ousadia

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Capítulo 15. Ousadia
- ¿Nos estás diciendo que él es el gemelo de Owem? - inquiere, sorprendido, Demon, recibiendo mi asentimiento, a la vez que él mire, todavía perplejo, a Dominik - Pues sí que son gemelos.
Esta vez somos Anahí y yo las sorprendidas.
- ¿Lo habéis visto? - preguntamos, esta vez, Anahí y yo a la vez.
- Tres veces, solamente, creo - contesta Charlie, dubitativo - Una fue en una final muy importante, otra nos llevaron a su despacho...
- Y la otra fue en la pelea donde nos vimos por primera vez, Dani - completa Demon, dirigiéndose a mí - Se me hizo algo raro verlo allí. Cuando nos lo cruzamos al salir, conseguimos espantarlo y, al ir a la discoteca, nos encontramos con unos matones suyos. Le dimos una buena.
Nos quedamos en silencio. Estábamos sentados como el otro día, pero, esta vez, Dominik estaba apoyado en la misma pared que nosotras.
Cuando entramos, le preguntamos a Ashley (sí, nuestra queridísima secretaria del gimnasio) si Jeff estaba por allí y, para nuestra sorpresa, la respuesta fue negativa, así que decidimos ir directamente a los vestuarios y avisarle más tarde.
- Miren, chicos, sé que soy el gemelo de Owem - comienza mi profesor - Pero no estoy metido en sus negocios. Jamás me han gustado. Y jamás me gustarán.
Se para en seco y mira a los lados para mirarme directamente. Por gestos, me dice que mire, se gira y se levanta las mangas hasta poco más arriba de los codos. Tenía cicatrices en ambos.
- Mi hermano tiene tatuajes donde yo tengo cicatrices - me comenta, moviendo tan solo los labios - Fíjate bien en ellos si me notas raro o distinto.
Demon, que estaba un poco raro, se levanta y va a la puerta del vestuarios.
- Shht - sisea Demon, consiguiendo nuestra atención.
Retira la cortina y repite la misma acción que con nosotros. La persona que estaba por detrás de la cortina le debió de mirar sorprendido, porque Demon aprovechó retrocedió, cogió carrerilla y le hizo una entrada.
Quien estaba oyendo a escondidas era Ashley, quien ahora se revolvía en el suelo, cubriéndose el torso, zona la cual sobreentiendo que fue la que golpeó el boxeador.
Este, mira mal a los que se habían quedado mirando y carga a la joven dentro.
La "tira" sobre el banco donde estábamos nosotras dos sentadas.
- Así que tú eras una de las informantes - dice, con un enfado de mil demonios.
- No me hagas daño, te lo pido - suplica Ashley, dolorida todavía.
- ¿Quién más hay? ¿Hay alguien más como tú? - inquiere Charlie.
- Y te advierto que como no nos digas la verdad te la llevas - continúa Demon.
- Estense quietos, mis chicos - exclama Anahí, a sus espaldas, junto a mí.
- Déjennos a nosotras - les dijo, cogiéndolos por sus orejas y arrastrándolos afuera.
Dominik salió de la habitación por su propio pie.
- Tened cuidado. Confío en vosotras. Recordad esto: ella es la chica de mi hermano. A mí me da igual, pero él se enfadará bastante si la chica sale con alguna herida - nos advierte una vez fuera.
- ¿Qué has hecho, chica? - le pregunta Anahí, mientras se acuclilla a su altura y lanzándole una mirada suspicaz.
- Nada - contesta.
- No somos los hermanos. Pero te recomiendo que nos lo digas - le dijo, acercándome a ellas.
...
Salimos Anahí y yo de los vestuarios seguidas de Ashley.
Demon y Charlie estaban subidos al ring haciendo un combate de entrenamiento y Jeff y Dominik estaban debajo, hablando, con los brazos cruzados y observado a los chicos.
Llegamos a su altura y estos dos últimos son quienes nos ven primero.
- Fuera - dice Jeff nada más empezar - No te quiero volver a ver por aquí, Romanov.
Ashley se engrifa y sale a paso firmes sin mediar palabra.
- Ha estado informando de todo a Owem - informa Anahí - Desde que empezó aquí hasta hoy día.
- No había movimiento que se le escapase. Cualquier cosa que hiciéramos lo decía - finalizo yo.
- Poneos a entrenar. Se os va a hacer tarde - nos pide Jeff, después de asentir.
Estuvimos una hora entrenando, con Charlie y Demon picándonos como siempre y, esta vez, Dominik riéndose de nosotros y de la situación.
Dominik, Anahí y yo volvimos sobre las diez de la noche a la residencia.
- Son de lo que no hay - nos dice Dominik, de camino a la resi.
- ¿Entrenaron? - pregunta Angie, cuando entramos a la habitación.
En historia nos marcaron unos ejercicios, así que nos sentamos las dos en nuestras camas y los hicimos.
Al poco, entra Vero con historia en la mano para que la ayudemos. Fuimos a cenar y dormimos las cinco juntas en nuestra habitación.
- Chica, Angie, he oído que te llevas muy bien con Alec últimamente - salta Vero.
- ¿Con Alec? ¿Por? - pregunta Angie, más roja a cada segundo que pasa.
- ¡Sí! ¡Es verdad! ¡Está enamorada! - exclama Lace, saltando como una niña pequeña.
- Sí, me llevo muy bien con él y somos buenos amigos, pero nada más - contesta, intentando, sin mucho éxito, su rojez.
- Aunque te gustaría que hubiese algo más, ¿no? - anticipa Anahí, mirándola divertida.
- Anahí - le reprime.
Me río como nunca.
- Alec es muy lindo, más tierno que el pan aunque por su altura no se note - reconozco - Pero yo que tú lo pillaba bien. Chicos así casi nunca se ven.
- Al igual que los chicos Crawford - dice Lace con voz de soñadora.
- ¡Eh! ¡Que son nuestros! - rebatimos Anahí y yo a la vez.
- Claro que son vuestros - reconoce Vero - Los tenéis casi de rodillas por vosotras.
Nosotras negamos. No creo que Demon esté enamorado de mí, o no tanto como dice su hermana pequeña.
Llegamos a nuestra habitación y nos dormimos. Estábamos muy cansadas.
Yo me dormí abrazada al oso de peluche que me regaló Demon. Me encantaba. Le había llamado Ousadia (osadía en brasileño), porque osadía era lo que teníamos que tener en la vida para disfrutarla y el brasileño debido a que el país me encantaba y que siempre he querido ir.
Tan solo espero que tenga unos días normal. Y que no salgan más topos de momento, porque como sigamos así...

El boxeador y la bailarina... ¿boxeadora?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora