Capítulo 30. ¿Qué había pasado?

6.3K 280 22
                                    

Capítulo 30. ¿Qué había pasado?

- Mierda - maldijo por lo bajo a la vez que me peleaba con la cremallera de mi vestido.

- Déjame que te ayude, desesperada - me tranquiliza Demon, mientras que me ayuda a abrocharme la cremallera.

Hoy, a 31 de diciembre, Helena y Fred abrirán su nuevo restaurante y todos iremos a la presentación.

Además, necesitábamos divertirnos un rato, y más después de lo que pasó cuando hicimos ese pequeño retiro. Las dos chicas de Juilliard eran subordinadas de Owem y tenían la misión de "secuestrarnos", ya que no lo planearon muy bien y no tuvieron en cuenta que les presentaríamos tanta guerra.

A parte, mi hermano hackeó los chips y le hizo una pequeña jugada al narcotraficante.

Yo me vestí con un vestido de cuello alto (primer vestido a la izquierda en multimedia), Vero con uno burdeos (primer vestido a la derecha en multimedia), pero Anahí optó por un mono de uno o dos tonos más oscuros que el vestido de Vero (segundo a mano izquierda en multimedia) y los chicos se pusieron un esmoquin, cada uno de un tono distinto y muy parecidos entre ellos (segundo a mano derecha en multimedia).

Llevaba cerca de treinta minutos intentando cerrarme yo sola la cremallera sin éxito, hasta que Demon me ayudó.

Pusimos rumbo al restaurante unos quince minutos antes de que empezara el evento.

Al llegar, tan solo faltaban unos minutos para que comenzara todo, pero, aún así, había llegado bastante gente y los camareros ya se estaban volviendo un poco locos con la llegada de tantas personas.

Muchas saludaban a alguno de los hermanos Crawford, o a los tres a la vez, y a la mayoría nos la presentaron a Anahí, Alex, César, Samu y yo.

Pasamos a la cena, la cual estuvo completa entre algunos invitados de los dueños y las reservas que habían confirmado su asistencia a la primera noche de apertura del local.

El chef es genial, me encantaron todos los platos que sirvieron, incluida la pastela marroquí de pollo, la cual me resultó curiosa por cómo la presentaron y por probar algo nuevo.

En la sobremesa se me acercó un director español, el señor Ortega, quien ha dirigido varias importantes orquestas y que, precisamente, es amigo de mi director de orquesta, con quien, hablando en un café hace unos días, me habían mencionado a mi habilidad con el violín y a mí.

Al señor Ortega le sorprendió bastante que me hubiese ganado el favor de mi director y este le había mostrado el audio de mi prueba de acceso, haciendo que también viese mi potencial, como decían ellos, y se despidió de mí con un "Hasta el próximo concierto".

...

- I can treat you better... Better tan he can - tarareo mientras recogía la sala -
And any girl like you deserves a gentleman.
- A gentleman like me - tararea, en un susurro, Demon a mi oído, a la vez que me abraza por detrás, cogiéndome por sorpresa y dándome un susto de muerte.

- Demon - musito, entrecerrando mis ojos y devolviéndole, como puedo, el abrazo.

- No te preocupes por nada - susurra contra mi cuello.

- Uy, hay que ver con los dos tortolitos. Me van a hacer potar arco iris entre ustedes y Charlie y Anahí - se queja Vero mientras entraba a la sala, seguida por Alec.

- ¡Oye, que tú también tienes novio! - se queja nuestro amigo, tironeándola de la mano que tenía cogida de la chica.

- Estoy con mi cuñado, hermana, por mucho que te fastidies. ¿Qué tal estás, Alec? - saluda Demon al recién llegado, el cual en seguida sonríe y le devuelve el saludo con la misma familiaridad con la que le saluda mi chico.

Después de tanto tiempo, Alec ya formaba parte, de alguna forma, en la familia, al igual que Anahí y yo.

Vero le saca la lengua a Demon y me da un abrazo (se ha pasado todo el santo día con la familia de Alec y justo se vino a eso de las diez de la noche), estampándome un beso y una fuerte nalgada, originando que su hermano mayor bufe y abra la boca para protestar.

- ¡Que es mi novia, Verónica! ¡No me la trates con tanta confianza! Esas nalgadas solo se las puedo dar yo - suelta.

- Oye, que tu le acabas de dar a mi novio un abrazo que cualquiera piensa cualquier cosa de eso y yo no he abierto la boca, así que cállate y no te quejes tú tampoco. Además, que antes de ser tu novia, es mi hermana, así que te jodes. Y no queremos saber tu vida sexual, hermano, jamás te he preguntado - le replica mi amiga, chocando palmas conmigo y haciéndome reír, totalmente roja.

- ¿Otra vez discutiendo? - pregunta Anahí, quien de seguro escuchó todo junto a Charlie (estaba abrazando por detrás a Anahí hasta ese momento) y de cuyas bocas sobresalían un par de sonrisas, a la vez que entraban en la estancia.

- Es tu cuñado, que es un posesivo con nuestra hermana - le explica Vero a Anahí, señalando a Demon con un dedo y arrancándome unas risas tanto a Alec y a mí.

- Y tú una exagerada - responde Demon, mirando mal a su hermana.

- Déjame, que el niño de mis ojos se acaba de ir - simulando un llanto.

Se refería a mi hermanito. Dos días después de Año Nuevo se me había ido junto a mis padres y la familia de Anahí, aunque no me extrañaría que también hubiese una pequeña alución a cierto chico de ojos claros y sonrisa linda que conoció en la inauguración del restaurante de sus padres.

Doy un tremendo bostezo mientras los chicos se tumbaban en los sillones de la sala, para después mirarlos a los cinco jóvenes que están delante mía.

- ¿Qué prefieren, ensayar baile o boxear en el gimnasio? - inquiero, mirando a mi familia política.

- Boxear - responder, de manera unánime y todos a la vez.

Así que nos fuimos al gimnasio y empezamos a entrenar, pero a los pocos minutos nos llama Jeff.

- Chicos, ¿están entrenando? - nos pregunta el hombre, ya en altavoz.

- Sí, íbamos a empezar. ¿Qué querías, arcaico? - bufa Vero, sin humor.

- Voy para allá. Y también te quiero, sin cabeza - cuelga Jeff, de mala leche. Apenas diez minutos exactos después aparece el hombre y continua - Ahora recuerdo por qué odio a mi cuñada.

Nos pusimos a entrenar bajo sus órdenes, con las continuas quejas provenientes de Jeff, quien nos echaba la bronca porque, según él, estábamos más gordos.

"Paz... momentánea, chicos, disfrutad de lo que os queda de vacaciones. No tendréis nada de qué preocuparos", estaba escrito en un papelito en los vestuarios, con unas manchas de sangre, encima del lavamanos, el cual nos encontramos nada más ir a cambiarnos.

Yo había reconocido la letra de Dominik, pero no entendía el por qué del mensaje. ¿Qué había pasado?

*En otro punto de la ciudad*

*Narra Dominik*

- Espero que cumplas tu parte, hermano - bufa Owem, mientras masticaba un bocado de su cena y me miraba de soslayo.

- Tranquilo, sabes que siempre la cumplo - le contesto, dirigiéndole una mirada a mi gemelo.

Cómo le estoy odiando en estos momentos.





Capítulo dedicado a MyLoveMickeyMouse . Espero que os guste, y siento no haber estado activa. ;)

Besos, la autora.

El boxeador y la bailarina... ¿boxeadora?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora