Capítulo 27. ¿Cómo es que ha sido posible?

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Capítulo 27. ¿Cómo es que ha sido posible?

Nos quedamos viendo la televisión toda la mañana, pero, a eso de las doce, doce y algo, nos fuimos a comer fuera con los chicos del grupo de baile y con algunos de la orquesta.

Estuvimos dando una vuelta a pie por la ciudad.

- Debemos volver a casa - salta Demon a la quinta vuelta por Central Park, a la vez que miraba la hora en su reloj de muñeca.

- ¿Y eso? ¿Pasó algo? - pregunta Anahí, extrañada.

- Debemos preparar la maleta. Nos vamos de retiro navideño al campo - anuncia Charlie. - Ya tenemos la cabaña alquilada; debemos llegar como máximo esta noche.

Así que nos fuimos a preparar las maletas tras preguntarle/echarle un poco la bronca a Demon por qué no nos dijo nada.

Nos tuvimos que ir todos sin Jonathan, ya que no volvió de los recados que nos dijo que tenía que hacer y nos comentó que ya iría mañana o en la noche.

Usamos los coches de Demon y el mío, conduciéndolos mi padre y Demon respectivamente. Salimos a eso de las siete y algo hacia las cabañas que los chicos reservaron.

Cantamos, reímos, contamos historias y dormimos durante el trayecto. Hasta tuve que sustituir a Demon al volante porque hasta a él le estaba entrando sueño.

Con suerte, llegamos a las ocho de la noche, así que desperté a todos (todos se quedaron dormidos a un kilómetro antes de llegar y yo era la única despierta), bajamos las maletas y las subimos a la cabaña. La verdad es que es bonita.

- Chicos, nosotros arriba y ustedes abajo, ¿vale? - nos dice Fred, mientras tiraba de su maleta hacia las escaleras que iban a la planta alta.

- Pero comparten los balcones con nosotros - le alcanza a decir Charlie, a la vez que todos nuestros padres desaparecían en la planta de arriba.

- Vamos, las habitaciones deben de estar por aquí - nos anima Demon a nuestra izquierda, adentrándose en la casa.

Nada más entrar estaba el salón-comedor y la cocina junto a un pequeño recibidor. Caminamos hasta donde estaba Demon, pasando por una diminuta puerta, o eso parecía junto a la gran estatura de Demon  y descubrimos una amplia habitación.

Abrimos las maletas, nos repartimos los armarios y colocamos la ropa, cada uno en su parte.

Luego, Anahí, Vero y yo pasamos al baño privado que tenía la habitación para dejar las cosas de nuestros neceseres y nos quedamos mirándonos, hasta que Anahí estalla en carcajadas a los pocos instantes.

- ¿Te... acuerdas... cu-cuando llegaste.... empapada... to-totalmente de salsa-as... por... culpa... de Demon? - me pregunta, entrecortadamente por culpa de ya su ataque de risa.

Me acuerdo. Aquella noche quedé a cenar con Demon, cuyos planes eran llevarme a un restaurante caro, pero acabamos comiendo en un McDonald's.

Terminé siendo restregada  por tres de mis amigas en el baño de nuestro cuarto de la residencia porque estaba llena de todo tipo de salsas.

Me empecé a reír a causa de ese recuerdo y Vero nos mira atónita.

- ¿Acabaste llena de salsas por culpa de Demon? - inquiere, con una voz un poco chillona.

- Sí, de mostaza, kétchup, mayonesa,... Ufff - contesto, borracha de risa.

- ¡Demon!

- ¿Qué pasó, hermanita? - interroga Demon a su hermana, un poco asustado por el chillido de esta misma y asustándose más al ver el estado nuestro (Anahí y yo estábamos tiradas en el suelo, riéndonos como un par de locas) mientras entraba en el baño.

- ¿Qué le hiciste a tu novia?

- Yo-yo, na-ada-a.

- Se refiere a lo del McDonald's. Lo de las salsas - aclaro yo, con el pisquito de aire que conseguí recuperar, antes de caer otra vez al mundo de la risa, donde Anahí ya había llegado a  un estado, en el cual, su risa ya no tenía sonido debido a que no tenía aire ni siquiera para eso.

- Ah, eso. Pero, Vero, ¿tú viste cómo me dejó ella? - replica mi novio, poniendo una mano sobre su pecho, haciéndose el ofendido y el sorprendido.

- ¿Perdona? - saltamos Anahí y yo, sorprendidas, y continúa Anahí para replicarle - Eso es porque tú no le ayudaste a quitarse todas las salsas que tenía en su piel. Parecía que le habías teñido la piel a base de sobres de salsa.

- Y porque no has tenido que quitarte la cantidad de salsas que tenía en el pelo. ¡Era indigente! - concluyo yo.

- Pero aún así me quieres igualmente, ¿a qué sí? - inquiere, con cara de inocente, a la vez que me coge en volandas, haciendo que ruede los ojos.

- Aún así te quiero igualmente - le respondo, mientras me besaba en los labios y me susurraba un "Yo también te quiero" entre medias.

- ¿Sabes que tienes un novio muy presumido, no? - me pregunta, con una ceja enarcada, Anahí, cuando yo ya pisaba el suelo.

- Sí, lo sé - afirmo, mientras asentía con la cabeza y mi amiga soltaba una carcajada.

- Pues, cállate, Anahí, que el tuyo no se queda atrás - le repone Vero, señalándola.

- ¿Qué pasó con este sex-symbol de aquí, cuya novia es la mejor del mundo? - exclama entonces Charlie, desde la puerta del baño, haciéndonos estallar en risas los cuatro.

Acabamos de instalarnos y nos pusimos todos a ver la televisión en el salón, donde se nos acopló mi hermano al rato (y quedándose dormido como a los veinte minutos).

Pasado un tiempo, todos nuestros móviles sonaron a la vez. Todos los presentes (los hermanos Crawford, César, Alex, Anahí y yo, ya que mi hermano seguía dormido con la cabeza apoyada en mi regazo) los miramos a la vez.

"Lo siento, chicos, pero he dejado Juilliard y todo ese mundo. A partir de ahora, me dedicaré a otro, y junto a alguien que 'os cae muy bien'. Joni" todo lo que había escrito en el mensaje. 

Luego, yo había recibido otro mensaje, al igual que Anahí, Demon y Charlie, como había constatado después de leer el mensaje. 

"Así acabarán ustedes si no hacen lo que ese canario y yo les pedimos. Owem." ponía el pie de foto, en la cual parecía haber un chico degollado y mutilado. El chico de ayer degollado y mutilado, mejor dicho.

Anahí, Demon, Charlie y yo nos miramos. Mierda. EL otro topo era uno de nuestros mejores amigo y no nos dimos cuenta. ¿Cómo es que ha sido posible?


Capítulo dedicado a @Theuniverseismylife. Gracias por leerme, hermosa.


Por cierto, les tengo una propuesta, ¿y si dedico capítulos a quienes siguen más la novela? Dejan vuestros hermosos pensamientos en los comentarios. Estaré mirando.

Besos, la escritora


El boxeador y la bailarina... ¿boxeadora?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora