Salí corriendo hacia arriba, jadeando. No podía procesar ningún pensamiento racional. En medio del pánico, sólo podía tragar bocanadas de aire. Pronto, sin embargo, mis instintos me recordaron protegerme de cualquier amenaza cercana. Como Austin, y sus "señores". Un examen rápido de la zona no reveló ninguna señal de Austin . Sin embargo, mi corazón se hundió. Ahora estaba sentada en un campo de lápidas, cada una lanzando una sombra en la brillante luz solar. No había duda de mi localización. Estaba en el cementerio, en el que siempre me despertaba después de una pesadilla. Suspiré y cerré los ojos. Esta pesadilla, la primera desde que conocí a Lauren , había sido diferente a las otras. Esta vez, cuando luchaba contra el río, oía cosas. Voces, igual que susurros desesperados en el oscuro infierno. Excepto que en mis pesadillas las voces sonaban más estridentes. Casi frenéticas. Sacudí la cabeza. Con voces o sin ellas, este sueño tenía el mismo efecto en mí que de costumbre. Había perdido un valioso tiempo mientras me agitaba en este estúpido río. Al abrir los ojos, evalué el soleado día, para agradecer después de todo esto la oscuridad y el hielo, y rezando para que no fuera demasiado tarde para mantener mi promesa de verme con Lauren . Me empujé hasta ponerme de pie, y estiré cada tendón, aunque no lo necesitaba. —Rápido, Camila —me dije en voz alta—. Piensa rápido. Y empecé a correr, tan rápido como podía, en la dirección del colegio de Lauren . Exhalé un enorme suspiro de alivio cuando por fin llegué al aparcamiento de la secundaria Wilburton, que seguía lleno de coches. Me moví entre las filas traseras para conseguir una mejor vista del colegio. Fuera de los bajos edificios, los estudiantes se arremolinaban, esperando a que acabara la hora del almuerzo.
Volví mi atención hacia los coches, buscando. Una serie de sedanes negros llenaban el aparcamiento, pero pronto me las arreglé para detectar el más familiar. Me acerqué a él, moviéndome tan rápido como pude mientras simultáneamente le daba una ojeada a mi vestido. Una vez estaba relativamente segura de que no lucía como una persona loca que acabara de despertar en un cementerio, me quedé junto a la ventanilla del conductor del coche de Lauren y junté los brazos detrás de mí. Lauren se sentó en su coche con la cabeza apoyada en los brazos, que había puesto sobre el volante. Después de sólo unos segundos, miró hacia arriba. El sol de mediodía iluminó su rostro, por un momento, parpadeé sorprendida. Se veía fatal, por lo menos tan mal como alguien como Lauren puede verse. Su pelo era un desastre, oscuros círculos rodeaban sus ojos. Pero cuando sus ojos atraparon los míos y sonrió, no podía parar de sonreír felizmente. Espera, dijo moviendo la boca sin hablar, y luego se inclinó hacia el lado del pasajero. Oí un chasquido metálico cuando la puerta del pasajero se abrió, así que rodeé el auto por detrás y me deslicé en su interior. Lauren cerró la puerta a mi lado. Aún inclinada sobre mí, su boca peligrosamente cerca de mi oído, murmuró—: Hola, Camila . —Hola, Lauren —murmuré, manteniendo las manos firmemente plantadas en mi regazo en lugar de alrededor de su cuello, donde querían estar. Lauren se reclinó en su asiento e intentó sin éxito sofocar un bostezo. El intento me hizo sonreír y me ayudó a volver a centrarme en lo que teníamos que hablar. Teniendo en cuenta su arrugada apariencia, decidí empezar con lo obvio. —Um, ¿ Lauren? Sabes que tu blusa está del revés ¿verdad? Miró hacia su blusa gris. —Huh. Qué te parece esto. En un rápido movimiento Lauren se sacó la blusa por la cabeza y le dio la vuelta hacia el lado correcto. Ahora tenía una vista completa de su pecho y de su perfecto abdomen y, de repente, no podía recordar cómo respirar. Lo que no habría sido un problema, obviamente, excepto por el hecho de que también empezaba a ahogarme. Lauren miraba mi lucha por el rabillo del ojo, sonriendo mientras se ponía la blusa por encima de la cabeza. Intenté calmarme desesperadamente. Finalmente, me las arreglé para calmarme lo suficiente y preguntar—: Así que, ¿algo me hace pensar que deberíamos hablar primero de tu noche? Lauren se echó a reír y se frotó una mano sobre la mandíbula —Bueno, primero, entonces. —Estiró las piernas y luego me echó una extraña, mirada evaluadora—. Mi noche ha sido... interesante. —¿Cómo es eso? —Bueno, los Jauregui han tenido un largo debate sobre la salud mental de la abuela , lo que es irónico si consideras que soy la única que sabía con certeza que no estaba loca. Hice una mueca. —Lo siento. —No —dijo sonriendo severamente—. Ni siquiera se puede comparar con la intempestivamente larga charla que me echó después de convencer a todos de su cordura. —¿Te dio una charla por llegar tarde a cenar? —pregunté esperanzada, tontamente, aunque ya sabía la respuesta. La sonrisa de Lauren se volvió suave, pero su expresión dejaba claro lo que iba a decir. —No, Camila. Me dio una charla sobre ti. Contuve el aliento con fuerza. Calma, me dije. Mantén la calma. Con mi voz más despreocupada, pregunté—: ¿Ah, sí? ¿Y qué te dijo? Lauren rió con amargura. —¿Qué suelen decir las familias? "Mantente lejos de ella, trae problemas". Por supuesto, en este caso, el "problema" es algo un poco más raro que una chica que fuma o que tiene demasiados piercings en el cuerpo. Volví a hacer una mueca. —Para decirlo suavemente ¿verdad? —Me moví hacia el mango de la puerta, a pesar de que no podía usarlo—. Si simplemente me abrieras esto, puedo salir de aquí y dejar de fastidiar tu vida...
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Más allá de la vida
Fanfiction¿Puede existir el amor después de la muerte? A la deriva en las oscuras aguas de un río misterioso, la única cosa que Camila sabe con certeza es que ella está muerta. Sin ningún recuerdo de su vida pasada, o de su actual muerte, está atrapada sola e...