Capitulo 19

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Mientras la noche dejaba paso a la mañana y Lauren dormía, mis pensamientos volvieron a Austin , sin quererlo.

Tomé muy en serio a la abuela Jauregui cuando había dicho: Vamos por ti. Ella y sus amigos, videntes, sin duda, querían terminar con mi reencarnación.Entonces necesitaba encontrar alguna manera de defenderme contra ellos y pronto. Pero tenía la extraña sensación de que no podría hacerlo hasta que no supiera algo más acerca de mi naturaleza fantasmal.Necesitaba saber cómo los fantasmas podían interactuar con el mundo vivo. Necesitaba saber acerca de mis pesadillas y de mi posible muerte.Y necesitaba saber si Austin había atrapado a mi padre en el infierno con el resto de las desesperadas y susurrantes almas.

La matriarca Jauregui me negó esa información ayer, dejándome sólo con un recurso restante. Por mucho que odiara admitirlo y por mucho que fuera el cuidado que hubiera que tener para estar alrededor de él, Austin probablemente tuviera las respuestas para alguna de mis más desesperadas preguntas. Algo que tendría que obtener antes que la anciana y sus amigos hicieran la tarea imposible.

Cuanto más pensaba sobre ello, más se solventaban mis resoluciones.Cerca del amanecer me acerqué al oído de Lauren .

—¿Lolo? —susurré.—Mm. Mirando su cara pacífica, decidí arriesgarme un poco más con el trato.

—Lolo , dulzura, tengo que hacer algo hoy.—¿Mm?—Tengo que encontrar algunas cosas más. No estoy segura de cuánto tomará esta... diligencia pero pienso que es importante. ¿No podemos pelear contra los otros videntes si no sabemos tanto como podamos...cierto?

—No... —moduló—. De todas formas y a pesar de su asentimiento,estaba claramente dormida.

—Me alegra saber que estás a bordo —susurré sonriendo—. ¿Puedes encontrarte conmigo esta noche, cerca de la oscuridad?

—Mm-hmm...

Sonreí más ampliamente cuando arrugó su frente. El gesto la hacía lucir como si se tomara aquella promesa de una forma más seria,incluso durmiendo. La observé por un largo momento más y luego me acerqué más. Presioné mis labios contra su frente, justo encima de su ceja, El calor del pequeño beso viajó a través de mis labios,convirtiéndolos en dos carbones calientes. Cerré los ojos por un instante, disfrutando de la sensación y luego me empujé a mi misma fuera de la cama. Crucé la habitación y deteniéndome en la puerta que Lauren había dejado medianamente abierta, la miré una vez más.

—Te veo pronto —susurré—. Me mordí el labio, y a un momento de abandonarla, agregué—: Creo... que quizás podría... ya sabes... te amo, de todos modos.—Demasiado —susurró Lauren nuevamente atontada—. Amor.Ella estaba dormida y las palabras no significaban nada. Lo sabía. Pero saber aquello no me impidió ahogar un grito de alegría cuando salí de la habitación. Intenté con mucho ahínco no saltar los escalones y caer en la cocina.

Sólo cuando llegué a la puerta trasera, se hundió mi estado de ánimo.

En realidad "hundirse" es una palabra demasiado delicada como para que sirva, "desplomarse", quizás encajaba mejor en la descripción de la situación.

Porque, inclinada sobre una revista en la cocina y mirando páginas de forma casual, estaba la abuela .

Cuando entré en la cocina, la cabeza de la Jauregui mayor se mantuvo gacha, el sol brillante del amanecer, caía sobre su blanca cabellera. Parecía como que si no me hubiera oído aproximarme, tenía la esperanza de que si iba en puntillas y caminaba muy suavemente hasta el hall, quizás pudiera pasar desapercibida. No me sorprendió, de todos modos,cuando la voz de ella cortó aquel silencio.

Más allá de la vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora