Capitulo 13

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Sonó un golpe en la ventana, nos quedamos heladas, con nuestros labios solo abiertos para poder respirar.
— ¿Quién anda ahí? —me preguntó Lauren, con los dientes apretados. Sin mover la cabeza, me esforcé por mirar a su alrededor.
—Una chica, —le susurré.
Lauren apartó su mano de la mía, dándome un suave apretón en los dedos, antes de volverse hacia la intruso. Bajó la ventana del lado del conductor, y luego se rió.
—¿Qué puedo hacer por ti, hermana mía? —le preguntó a la intrusa. —Podrías dejar de avergonzarme, por ejemplo. —Gruñó la chica. Taylor , por supuesto. Me incliné hacia la derecha para obtener una visión mejor de ella, pero sólo podía verle las estrechas caderas, con manos pequeñas apretándolas con enojo.
—Oh Dios mio, Taylor , —jadeó Lauren  con fingido horror—. Lo siento mucho. Ya sabes que la popularidad es la cosa más importante de mi vida.
—Corta el rollo Lauren, —le espetó Taylor —. Ya es bastante malo que te presentes en la escuela como una vagabunda, ¿pero ahora, tienes que pasarte la hora del almuerzo hablando contigo misma en tu coche?
—Yo estaba practicando para Debate.
Ella soltó un bufido de burla—. Ni siquiera estas en debate. Y de todas formas, no has comido el almuerzo sola desde... nunca. Así que la gente está hablando. —¿Y eso me importa por qué...?  - Las manitas de Taylor  se apartaron de sus caderas y se agarraron en un gesto de oración—. Debido a que tú hermana pequeña realmente, realmente, quiere ser Reina del baile en su último año, y ella no podrá serlo sin aprovecharse de algunas cosas.

Lauren gimió y se dejó caer en su asiento y se agachó para coger su mochila del suelo. Me esforcé, exprimiéndome a través de la estrecha abertura entre su cuerpo y el marco de la puerta, con cuidado de no rozarme con ella. Al parecer, ella no sentía la necesidad de ser tan cuidadosa conmigo, como yo lo era de estar con ella. Cuando pasé, paseó sus dedos suavemente a lo largo de mi pantorrilla. Una ola de calor instantáneo, se disparó a través de la parte posterior de mi pierna.
—¡Hey! —grité. Oí a Lauren  soltando una risita mientras cerraba la puerta detrás de mí. Empecé a reprenderla, por lo menos a medias, cuando Taylor  nos interrumpió de nuevo.
—Lo, ¿qué fue ese ruido?
Lauren se quedó inmóvil, con una mano sin soltar la manija de la puerta. Poco a poco, con cautela, me di la vuelta sobre mis talones, hasta que pude ver la cara de Taylor  por encima de la parte superior del coche. Ella la miraba seria, con el ceño fruncido, con la confusión arrastrando las comisuras de su boca.
—¿Estás hablando de mi risa? —le preguntó Lauren. —No, lo que sonaba más alto. Como la voz de una chica. Lauren  y yo nos resistimos, pero se recuperó rápidamente—. Tal vez has oído a alguien llamarte desde el jardín trasero.  Sugirió.
Ella sacudió la cabeza, formando una línea terca entre sus cejas—. No Lo , estaba justo aquí. Por el coche.
—Está bien, está bien—. Asintió Lauren , levantando las manos y con una risa nerviosa—. Pero sabes que no dan coronas de Reina a las chicas que oyen voces, ¿no?
El ceño de Taylor  se suavizó. Parecía como si la idea de parecer loca fuera más aterradora que una voz sin cuerpo. Ella negó con la cabeza de nuevo, tal vez para sacudir lejos, cualquier cosa que ella pensara que había oído—. Nunca se sabe, tal vez la psicosis será la nueva noticia caliente en dos años.
—Esperemos que así sea, por tu bien.
Taylor  volteó los ojos y señaló con el pulgar hacia la escuela—. Socialización Lo . Pronto.
Lauren  le hizo un gesto desdeñoso, pero Taylor  parecía lo suficientemente aplacada para girar y caminar de vuelta al patio de la escuela. Una vez que ella se había alejado del alcance del oído, miré a Lauren.
—¿La voz de una chica? —susurré—. ¿Crees que me habrá oído?
Las cejas de Lauren se juntaron en sus pensamientos. Después de unos segundos de ver como su hermana se alejaba, ella me miró por el rabillo del ojo.
—Tal vez. —Reflexioné, siguiendo también la figura de Taylor mientras ella caminaba hacia el jardín trasero y un grupo de chicas. Antes de sumergirse en el grupo, Taylor  lanzó una última mirada por encima del hombro a su hermana. Su expresión era de fastidio, pero se veía también desconcertada, como si ella no estuviera segura de lo que acababa de escuchar.
—Tal vez, tal vez no, —susurró Lauren , y luego se colocó la mochila sobre su hombro—. ¿Lista para la clase?
Asentí con la cabeza y luego le seguí de cerca de través del estacionamiento, mordiendo mi labio inferior. Yo no podía quitarme de la cabeza, la imagen de Taylor confundida, con la mirada contemplativa. ¿Qué era exactamente lo que significaba tener a otro ser humano espiritualmente consciente al qué enfrentarme? Amaba la conciencia de Lauren , pero realmente no necesitaba a una mini abuela Jauregui  en mis manos también, no ahora mismo.
Estaba tan pérdida en mis pensamientos, que casi me perdí el sonido de ráfagas de aire a mi lado. Apenas tuve tiempo de gritar –Lauren - antes de que algo grande y gruñendo la golpeara en la parte posterior.


Me tomó un segundo darme cuenta de que el objeto en si, era la grande  y risueña  chica de la clase de cálculo de Lauren, la que le había dicho que debería haber saltado ayer. Ahora podía ver que la chica  no había golpeado realmente a Lauren, ella simplemente la había envuelto con uno de sus grandes brazos, alrededor del cuello, y le hizo una llave de cabeza juguetona.
—     Lauren , amiga, yo sabía que eras una genio, pero maldita sea. La actuación de ayer en clase de Wolters fue épica.
Lauren se echó a reír, pero sonó más como una tos ahogada. Poniéndose un poco de color rosa, Lauren  tocó el brazo de la muchacha.
—Dinah por favor, afloja tu apretón de kung fu.
—Oh. —Con una velocidad sorprendente, la chica, Dinah , soltó a Lauren  y le dio unas palmaditas en la parte posterior—. Lo siento, amiga.
—No hay problema, —dijo Lauren  con voz ronca, atragantándose.
—Entonces, —dijo Dinah  mientras cogía la mochila que había tirado del hombro de Lauren —. ¿Todavía estas estudiando en la biblioteca para el séptimo curso?
—Si, el médico dijo que no puedo hacer entrenamientos de fuerza hasta probablemente, Navidad. Debido a la cosa del corazón, ¿sabes?
—Amiga, parece que murieras, ¿verdad?
Las palabras de Dinah  podrían haber sido ofensivas, sino fuera tan inocente. Cuando Dinah le entregó a Lauren  la mochila, en sus ojos de color marrón muy abiertos, únicamente había preocupación por su amiga. Me gustó de inmediato.
—Así es. Porque morí, —se rió Lauren y me dirigió una mirada socarrona antes de continuar—. Pero no te preocupes, voy a estar en condiciones para la temporada de Softball .
—Mejor que sea así, amiga. Necesito mi jardinera central. Si no te presentas, voy a tirarte de nuevo al río yo misma.
—Si, con una jugadora muerta y otra fuera por homicidio, realmente estará seguro lo de ganar el campeonato regional.
La voz suave y desconocida me sorprendió, y miré alrededor de la forma descomunal de Dinah , buscando el origen de ésta. Allí, de pie detrás de Dinah  estaba la otra chica que había visto en la clase de la señora Wolters. Esta segunda chica era morena casi de la altura de Dinah , y de su misma constitución, pero tenía más pelo, de color negro  y los ojos marrones. Cuando Dinah  se inclinó para darle un puñetazo en el hombro, alegre, ella se limitó a sonreír ligeramente y curvó sus hombros hacia delante, en una especie de protección. El movimiento le daba un aspecto tímido, y al instante me agrado ella también.
Lauren  se volvió hacia la muchacha, levantando una mano para que le chocara—. Many , ¿qué pasa?
Many sonrió más intensamente—. No mucho, Jauregui, ¿cómo te sientes hoy?
—Genial, mejor que nunca. —Yo no podía estar segura, pero me pareció ver una señal de la mano libre de Lauren hacia mí.
—Genial, —dijo Many, asintiendo con la cabeza.
Como si la evaluación de Many  sobre la salud de Lauren  fuera un código secreto, las chicas comenzaron a moverse colectivamente por el césped, sin ningún comentario adicional. Seguí detrás de ellas, un poco desconcertada por su intercambio.
Habíamos llegado casi a la puerta del aula de la clase de la Señora Wolters, cuando una serie de risas estallaron detrás de nosotros.
Inmediatamente, Dinah y Many patinaron, deteniéndose y dándose la vuelta. Lauren , sin embargo, suspiró profundamente antes de girar en la misma dirección.
Me volví también, y vi a un grupo de chicas  amontonadas en una masa de escotes y faldas de animadoras. En el centro estaba Taylor, rodeada de lo que parecía ser su séquito. A diferencia de sus amigas, ella parecía aburrida e irritada. Tenía la impresión de que se le había forzado ir hasta allí.
—Damas. —Dinah  les dio la bienvenida, con una subida sugestiva de las cejas. Por desgracia, el rebaño no le hizo caso y tenían su atención totalmente fijada en una cosa, y sólo una: la guapa y pálida muchacha de pie junto a mí.
—¿No te vas hoy Lau? —gritó una de las chicas desde atrás. Al unísono, la multitud comenzó a revolotear las pestañas y mover el pelo.
Lauren  inclinó la cabeza hacia un lado y sonrió. —Hoy no. He decidido honrar a todos con mi presencia.
Taylor  resopló y, fiel a su estilo, volteó los ojos. Pero la mayoría de sus amigas obviamente no compartían su burla, todas ellas rieron como si Lauren  hubiera hecho la broma más divertida que jamás hubieran escuchado. Unas pocas chicas, incluso empezaron a mover su pelo más frenéticamente, como las aves llamativas que hacían rituales de apareamiento extraños.
—Oh, tienes que estar bromeando, —me quejé en voz baja.
Ajena tanto a mi irritación como a la de Taylor , una chica se separó de la manada. Una vez libre, la chica se irguió en toda su estatura, que todavía estaba varios centímetros por debajo de la mía, y le dirigió a Lauren  una brillante sonrisa.
—Lau , —susurró ella, con la voz más ronca y profunda de lo que esperaba. Al igual que sus amigas, ella movió un mechón de su rubio cabello color miel, hacía atrás. En ella, sin embargo, el gesto parecía decididamente menos infantil y sus pálidos ojos azules tenían un brillo calculador.
—¿Está tratando Taylor de que seas mala otra vez?
—Bueno, ella está tratando. —Para mí alivio eterno, Lauren  dirigió su respuesta a Taylor  y no a su bonita amiga. La chica sin embargo, no se desanimó. Ella se escabulló hacia delante pasando por delante de sus amigas y sin mirar atrás.
—Solo quiero saber si necesitas protección de la mala y malvada Taylor . —Sus palabras goteaban insinuaciones, ayudadas en gran parte por la sugestiva forma en que ella se inclinó hacia Lauren .
Cuando ella se retorció lejos de la chica , sentí una extraña mezcla de emociones. En primer lugar, quería saltar a los brazos de Lauren  y darle una serie de besos de agradecimiento-recompensa por su aparente desinterés en ella. A continuación, me hubiera gustado hacerle frente a aquella extraña y tirar de aquel pelo tan bonito.
Negué con la cabeza, sorprendida de mi misma. ¿Quién era yo para pensar cosas tan terribles? El impulso me desconcertó y me hizo pensar de nuevo en mis miedos acerca de mi naturaleza. La naturaleza que Austin  había insistido tan fuertemente que me condenaría.
Afortunadamente, Lauren  meneó la cabeza, también en respuesta a la oferta de la muchacha—. Te lo agradezco Keana  —dijo—. Pero me quedo con mis guardaespaldas regulares.
Élla asintió con la cabeza a Dinah  y luego a Many. Las chicas, sin embargo, no se veían como si quisieran hacer de guardaespaldas. Se veían como si fueran a dejar a esa chica protegerlas, cualquier día y de cualquier forma.
Keana simplemente se encogió de hombros—. Haz lo que quieras, —dijo con una sonrisa, sin moverse ni un centímetro de Lauren .
Taylor  suspiró y puso los ojos en blanco otra vez, apenas disimulando su irritación—. Vamos, Keana.
Después de unos suspiros enamorados y unas pocas y subrepticias miradas más tarde, la multitud se alejó. Keana por supuesto, parecía la menos dispuesta de todas. Siguió mirando a las chicas, igual que Taylor , aunque podría jurar que los ojos de Taylor  se dirigían hacia donde me encontraba.
Aunque me sentí un poco tonta al hacerlo, me retorcí detrás de Dinah y fuera de la vista de Taylor  hasta que dobló la esquina.
Una vez que las chicas se marcharon, Dinah  y Many  lanzaron grandes respiraciones, que parecían haber aguantado durante la actuación de Keana.
—Amiga, Keana está caliente —La proclamación de Dinah  sonó a adoración.
Vacilante, me volví para ver si Lauren  también pretendía admitirlo, con temor y reverencia. Sin apartar su mirada de la mía, ella se encogió de hombros.
—Las he visto mejores, chicas. Mucho mejores.
Como una idiota, me reí y tuve que agarrarme a un pliegue de mi vestido para mantener mi mano ocupada y no mover mi pelo.
Me senté en el borde de la mesa de Lauren , tratando de no distraer su atención de una clase particularmente aburrida de números enteros. Muy pronto, sin embargo, la señora Wolters volvió a la clase sobre el estudio de forma gratuita.
Casi inmediatamente después de que el aula se hubiera calmado, Lauren  tiró un pedazo de papel rayado encima de la mesa, hacia mí, escrito con letra gruesa: Tengo un plan brillante. ¿Quieres oírlo?
Me reí, pero instintivamente, tapé mi boca con la mano para amortiguar el sonido. Sin mirarme, Lauren  sonrió y escribió en el margen de la hoja: Te das cuenta de que nadie más puede oírte, ¿verdad?
—No estés tan segura —susurré, imaginando la expresión de Lauren en el almuerzo.
Negué con la cabeza ante mi propia ridiculez, y más alto dije:— Está bien, ¿cuál es tu brillante plan?
Lauren desgarró otra página de su cuaderno y empezó a garabatear furiosamente. Una vez terminado, empujó el papel hacia mí y volvió a su libro de cálculo, mirándome por el rabillo del ojo mientras yo lo leía.
<<Bueno, - comenzó su nota -, mi plan como que encaja en una teoría que se me ocurrió anoche. Sabemos que moriste en el rio, y sigues dando vueltas aquí. Por lo tanto, tal vez eres de aquí. Dijiste que recordabas estos edificios, ¿no? Tal vez incluso viniste aquí antes o después de ser educada en casa. Esto es lo que pienso: mi sala de estudio está en la biblioteca, donde guardan los viejos anuarios. Podemos mirar en todos ellos, a partir del más reciente, y ver si podemos encontrar tu foto.>>
Después de leer las últimas palabras, tuve la extraña sensación de que el suelo estaba cayendo debajo de mí.
—¿No se supone que debes, no sé, estudiar en la sala de estudio? Lauren  se quedó mirándome por un momento, y luego volvió a escribir:
¿Mala idea?
Pensé en ello durante un tiempo. ¿Qué había en su sugerencia que me asustaba tanto?
Después de todo, podría dar lugar a una pizca de información sobre mi vida. Podría dar respuesta a muchas de las preguntas que me habían llenado los últimos días, sobre quién había sido, y quién podría haber llegado a ser. Algo que podría combatir a Austin , según la abuela Jauregui  me había dado a entender.
Pero ahí estaba el problema también. Porque una vez supiera esta información, una vez montara las partes perdidas de mi identidad, me convertiría en real. Me gustaría ser una persona real, con una historia real. Una historia que se había acabado.
Tal vez esa era la única razón por la que nunca había tratado de encontrar mi lápida en el cementerio. Porque, con esa información, realmente sería, no solo una intuición, sino la seguridad de que estaba muerta.
Y así sería para Lauren . Y eso era algo para lo que no estaba completamente segura de que estuviera lista.
—Lauren , —comencé, con voz suave—. ¿De verdad crees... no, sé
realmente que estoy muerta?¿Que yo no estoy viva?¿Y nunca voy a estarlo de nuevo?
Cuando miró hacia mí, toda la alegría, la confianza, abandonó su cara. Su expresión era al mismo tiempo triste y dulce. Muy despacio, asintió.
Yo seguía mirándola fijamente. Realmente no tenía idea de cómo avanzar desde ahí. Con los dientes apretados contra la suave piel de mi labio, torcí la boca hacia un lado por la frustración. A cambio, Lauren me dio una pequeña sonrisa.
No se imaginaba la esperanza que veía en esa sonrisa. En ella casi podía leer sus pensamientos: si, ella sabía que estaba muerta, pero ella todavía esperaba que esa deficiencia mía no fuera un problema. O talvez pensaba que podía encontrar algún tipo de solución para mí. Para nosotros.
El dolor se desplegó en mi pecho de nuevo. Me dijo, en los términos más básicos, en silencio, lo que yo sabía que iba a hacer ahora. Lo que yo siempre supe que iba a hacer, cuando Lauren sugirió con algo de miedo o desconocimiento.
Suspiré pesadamente—. Está bien. Vamos a ir a la biblioteca. Vamos a intentar encontrar mi foto.
Ahora era el turno de Lauren  de fruncir el ceño. ¿Estás segura? Me dijo con la boca.
Empecé a responder. No, yo no estaba segura de querer saber quién era. Así que pensé en decirle mejor toda la verdad, pero en su lugar opté por decirle solo parte de ella.
—Si estás conmigo, estoy segura de que voy a estar bien.

Más allá de la vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora