Epilogo I

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―Dejaría de preguntarte si dejases de ser una estúpida imbécil.

―Yo no tendría que ser una estúpida si tú dejases de ser un

bicho raro.

Suspiré profundamente, apoyé la espalda contra la pared y extendí la mano enfrente de mí para comprobar que mis uñas seguían estando limpias. Había oído esa discusión tantas veces en las últimas dos semanas que podía haberla tenido yo sola, debatiendo cada ridículo lado por mí misma. Aun así, Lauren y Taylor parecían querer tenerla al menos una vez más. Mientras yo merodeaba en lo alto de las escaleras, más que lista para terminar este sinsentido e irme, Lauren se puso frente a la habitación de Taylor con la mano agarrando fuertemente el marco de la puerta.

―Mira ―gruñó―, considerando todo lo que Camila hizo por ti, estás

siendo... grosera.

Taylor simplemente le dirigió a su hermana una sonrisa fría y cruzó los brazos sobre el pecho.

―Por lo que a mí respecta, Lolo , nadie más que tú hizo algo por mí, y

no voy a mostrarte lo agradecida que estoy fingiendo que una persona imaginaria existe.

―¡Oh, por el amor de...! ―Lauren apartó su mano del marco y levantó las dos manos al aire―. Camila no es imaginaria. Tú la viste, la noche

que te salvó. Hablaste con ella, Taylor. Y ahora puedes verla, igual que yo.

Lauren me señaló. Los ojos de Taylor siguieron la dirección en la que señalaba con el brazo, hacia mi cara. Sólo tuve un breve segundo para sonreírle antes de que apartase la vista.

―No, ahí no hay nadie ―dijo casi cantando. Ella volvió a gruñir y puse los ojos en blanco.

―Lauren, esto es inútil. Igual que lo fue anoche, y hace tres noches y

todas las anteriores. ―No es inútil, porque Taylor va a venir con nosotros esta noche

―No sé cuántas veces voy a tener que decírtelo ―dijo Taylor con los dientes apretados―. No voy a pasar el viernes por la noche contigo y

Casper, la novia fantasma.

Lauren abrió la boca, posiblemente para volver a gritar, pero la interrumpí.

―Mira, Lauren, está claro que ella no va a ceder esta noche, así que, por favor, ¿podemos irnos?

―Sí, Lau, escucha a tu amiga imaginaria y salgan de aquí ―soltó ella.

Lauren empezó a jactarse inmediatamente, riendo y estampando su mano contra el marco de la puerta en un gesto de triunfo.

―¡Já! ―gritó―. ¡Lo sabía! ¡Puedes oírla, mentirosa!

Taylor abrió la boca como si fuese una trucha. Me dirigió una mirada por un segundo y entonces sacudió la cabeza con violencia, como si ese movimiento fuese a hacer que me desvaneciese ante ella una vez más. Se agarró al margen de la puerta y, frunciendo el ceño una última vez, la cerró en la cara de Lauren.

Incluso después del portazo, ella siguió riendo. Se giró para exhibir ante mí una gran sonrisa.

―¿Ves? Te dije que cedería.

―Cariño ―dije volviendo a poner los ojos en blanco―, no sabes nada que

no supieses hace cinco minutos. Además, ahora es una completa

"vidente", le guste o no. Y estoy bastante segura de que no va a empezar a hacer camisetas que recen "Salvemos a Camila del exorcismo" cuando

la tregua con tu abuela acabe. Incluso aunque ella me dejase volver a la casa.

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⏰ Última actualización: May 25, 2016 ⏰

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