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Sábado: 5:03am
Valencia, agosto 29 (Antonio Sánchez).- Un fallecido y veinte heridos fue el saldo que dejó un accidente de tránsito que se registró en el kilómetro 127 de la Autopista Regional del Centro (ARC).
Sobre el hecho se conoció que aproximadamente a las 12:30am de la madrugada de este sábado el señor Raúl Hernández (48), chofer de la ruta Valencia-Caracas, perdió el control del autobús que manejaba e impactó con otro vehículo de transporte público. Aunque la causa no está esclarecida todavía, se presume que el incidente pudo deberse a fallas técnicas del vehículo.
Al momento de finalización de esta edición no se conocían todavía los nombres de las víctimas.
Nota: Ningún albino se vio involucrado en el suceso.
Domingo: 5:03am
Me había levantado.
Me había bañado.
Me había reído de mí mismo.
Y había salido del apartamento.
La rutina de siempre. Las expectativas de siempre.
Si mi vida de por sí era aburrida, pues los domingos era SÚPER aburrida.
No obstante este domingo sucedió algo diferente: después de que anduve caminando como un zombi por las calles, y después de que los pocos transeúntes que estaban despiertos me tomaran fotos, me preguntaran si estaba bien, me dijeran que me amaban y todo eso, un autobús se detuvo enfrente de mí, bloqueándome el paso. Luego un chico alto se bajó empujado por una chica de suéter rojo.
Ambos discutieron en voz baja.
Ella me señaló.
Él negó con la cabeza.
Ella me señaló otra vez.
—Estoy bien —me adelanté a decir cuando el chico se me empezó a acercar, y sin embargo él dijo:
—Áaron. Buenos días. ¿Cómo estás?
—Bien —repetí. Los ogros se nos acercaron.
—Me alegra. ¿Vas a hacer ejercicio en el parque? —señaló el Peñalver, un enorme y colorido parque natural que teníamos al frente.
—No.
—Ah, pensé que sí.
Nos contemplamos unos segundos sin decir nada.
—Verás, Áaron, no son mis intenciones molestarte —miró a los ogros—, lo que sucede es que mis amigos y yo nos vamos de paseo para celebrar que por fin somos bachilleres y bueno, cuando pasábamos por aquí te vimos tan solo que pensamos, pues, ¿por qué no invitarte? Quiero decir, aunque no seas parte del grupo puedes venir con nosotros, si quieres. Nosotros estaríamos encantados. De verdad. Además, hay suficiente espacio —señaló el enorme autobús rojo que estaba detrás de él.
—¿Cómo te llamas?
—Fernando.
—Gracias por tu oferta Fernando, eres muy amable, pero ya tengo planes —mentí.
—¿Tienes planes? ¿En serio?
Su desconfianza me ofendió.
—Sí. Tengo que... tengo que hacer cosas importantes.
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Trillisas
RomanceNada salió como esperaba... pero, después de todo, ¿Qué es la adolescencia si no un repentino cambio de planes?