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Sábado: 5:45am
Somos lo que comemos.
Caracas, agosto 29 (Antonio Sánchez).- No hay frase más odiada en la actualidad que la popular "somos lo que comemos", la cual se ha convertido en el mantra y al mismo tiempo en el terror de todos los que nos hemos aventurado en alguna dieta para perder algunos kilitos de más. Pero lo que nunca nos hemos detenido a pensar es si esa peculiar frase se pudiera aplicar en otros ámbitos que vayan mucho más allá de la salud y la estética.
Resulta que estaba pensando en nuestro queridísimo "Humilbino" y se me ocurrió la idea de escribir algo interesante acerca de él y sus hermanos para, de cierta forma, hacer las paces. Es bien sabido por todos que si existe algo que el "Humilbino" odia en este mundo eso tengo que ser yo, y el shampoo, desde luego. Fue así como se me ocurrió la brillante idea de asociar la frase "somos lo que comemos" con él; o, mejor dicho, con nosotros, con Venezuela.
Mirémoslo de esta forma: si aceptáramos que fuese posible el nacimiento de unos trillizos albinos (sí, yo sé, suena loco, pero solo imaginémoslo) en ese acaso tendríamos que preguntarnos dónde nacerían ¿Nacerían en China, el país más poblado del mundo? ¿Nacerían en Puerto Rico, el país de los albinos? ¿O nacerían en Venezuela, el país que ha comido arepas (blancas) y queso llanero (blanco) por generación tras generación?
¡Sí! Si ocurriese una coincidencia de esa magnitud tiene que ser aquí, en Venezuela. ¿En qué otro lugar del mundo el alimento tradicional siempre ha sido blanco? ¡Nosotros nos hemos estado preparando por siglos para la digna llegada de los "Humilbinos" a punta de arepas y queso! Y este hecho, el tener el privilegio de dar a luz a tres hermanos idénticos y al mismo tiempo albinos, considerados una maravilla del mundo y un patrimonio nacional, ratifica que en este país "somos lo que comemos".
Lo que encontré más interesante de esta revelación es que los trillizos albinos no solo comen arepa con queso todos los días (incluso en el almuerzo), sino que guardan un singular parecido con el queso llanero, el cual, a pesar de que todos somos conscientes de su insalubre proceso de elaboración, nos encanta. ¿Acaso los susodichos no fueron recientemente catalogados como los adolescentes más sexys del año, aun a sabiendas de sus irregulares y poco ortodoxos hábitos higiénicos?
Domingo: 5:45am
—¡DESAYUNO! —gritó Fernando desde los asientos delanteros. Acto seguido empezó una de las preparaciones de comida más peculiares que había visto en mi vida: en la primera hilera de puestos dos chicas sacaban panes de una bolsa y se los pasaban por arriba a unos compañeros de la hilera de atrás, donde a su vez los rajaban por la mitad con un cuchillo y luego los lanzaban para atrás, donde le metían una rodaja de jamón y, por último, en el asiento trasero, una de queso amarillo. Después los iban pasando de hilera en hilera aplicando el mismo método hasta que llegaran a los últimos puestos. Todo eso acompañado de un coro de voces que gritaban "desayuno".
Benito y yo agarramos un pan cada uno. El proceso culinario continuó hasta que todos los pasajeros tuvieron el desayuno en sus manos. Una chica alta y de piernas esbeltas se puso de pie en una de las primeras hileras con un pan agarrado como si fuese un micrófono y nos habló con un tono nasal:
—¡Sí, sí, probando, unos, dos, tres, probando, uno, dos, tres! —la chica golpeaba la punta del pan con la palma de la mano cada vez que soltaba una palabra—. ¡Su atención por favor! ¡Su atención por favor! ¡Les recordamos a todos los pasajeros que está terminantemente prohibido jugar con la comida, repito, está terminantemente prohibido jugar con la comida! ¡Las azafatas estarán atentas a sus necesidades y con gusto los atenderán, pero al mismo tiempo estarán alertas ante cualquier incumplimiento a nuestras normativas! ¡Sin más que decir, les deseamos a todos un feliz viaje! Attention please! Attention please! We'd like to remind all passengers that is strictly forbidden playing with food, I repeat, is strictly forbidden playing with food! The... coño, no sé cómo se dice azafata. Bueno... the beautiful women will be attentive to your needs and gladly attend you, but also they will be alert to any breach of our policies! Without any further ado, we wish all a safe journey!
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Trillisas
Lãng mạnNada salió como esperaba... pero, después de todo, ¿Qué es la adolescencia si no un repentino cambio de planes?