Sinapsis: ¿Qué quieres decir?

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No sé si estás feliz o insatisfecha. No quiero que terminemos. ¿Por dónde empiezo? -What do you mean.


-Mira este maldito desastre, Justin -ladré-. ¿A esto te referías cuando dijiste que mantendrías todo bajo control?

Justin tenía la cabeza entre las manos, su flequillo, y cabello, estaban desordenados y fuera de las manos.

-Nena, ya lo sé -sus ojos color miel estaban lejos de brillar, y si no estuviera tan furiosa lo abrazaría. Se ve tan indefenso... tan perdido-. No sé cómo todo se salió de control. Voy a arreglarlo.

Y por una fracción de segundo le creí, pero el flash que proviene de afuera de mi casa, me hizo dar cuenta que eso era una mentira.

-Voy a controlarlo, lo juro.

-Justin, esto está lejos de poder ser controlado -reí sin humor-. No puedo salir de casa, no puedo ir a la Universidad, no puedo salir con mis amigos. Mamá está alterada, sabes cómo es ella y cómo la pone todo esto.

-Molly, lo sé, y creeme que me siento como la mierda por esto.

Su voz es culpable, y sé que Justin no quería nada de esto, sé que él solo quería un poco de espacio. Sé que él hizo, y haría, hasta lo imposible por mantenerme a salvo... por mantenernos a salvo.

-Prometiste cuidarme -susurre-. Prometiste que ibas a controlar toda esta mierda, Justin. Prometiste no lastimarme -mi voz se quebró al mirarlo a sus ojos color miel. Pero, sin darme cuenta, una silenciosa lágrima cae sobre mi mejilla y rápidamente la quito lejos-. Pero esto es mi culpa. Nunca debí creer que esto sería fácil. Dios. Eres Justin Bieber, obvio que iba a ser imposible -exclame exasperada-. Eres Justin, una persona, no un héroe. Puedes sonreír y tratar de actuar como uno, pero no lo eres. Éste es tu show, no el mío.

-Un día fui tu héroe, Mol... un día también fue tu show -alza su mirada, y sus ojos color miel ahora sí brillaban con intensidad.

-Sí, así fue. Pero ya no lo es -aparto la mirada-. Ya nos quedamos sin tiempo.

-¿Qué quieres decir? -rápidamente él trata de buscar mi mirada, pero la evito.

-Ya lo sabes. Llama a uno de tus amigos, o lo que sea que sea esa gente que te persigue como una maldita sombra. Diles que vayan por ti por la parte trasera de mi casa, llamaré a la policía para que vengan a controlar a esta gente, y aquí no pasó nada -digo cortante. Suelto el aire que no sabía que estaba conteniendo, y aunque parece que he soltado el aliento por alivio, estoy muy lejos de sentir eso.

-¿No vamos a hablar de esto como siempre tratamos de hacer? -la voz quebradiza que tiene hace que lo mire, y juro por Dios, que casi me derrumbo ahí mismo. Pero ésta vez tengo que ser fuerte por los dos. Este es su mundo, no el mío. Tengo que escoger él o yo, y ahora elijo el de él.

Negué con la cabeza.

-No hay de qué hablar, Justin -sin darme cuenta sus fuertes brazos envuelven mi cuerpo, y sin poder evitarlo también envuelvo mis brazos alrededor de su cintura y entierro mi cabeza en su pecho. Y por una fracción de segundos, el mundo desapareció, la voces y los flash desaparecieron también, y el peligro y dolor también se fueron junto con todo lo demás. Pero de nuevo la luz proveniente de afuera me hizo caer en la realidad.

-¿Lo dejarás todo?, ¿sin pelear? -pregunta aún con su barbilla apoyada arriba de mi cabeza.

-No hay nada que pelear, Justin -digo con voz quebrada y me separo de él y siento cómo en mis ojos se acumulan las lágrimas y un vacío se forma en la boca de mi estómago-. No puedo pelear por algo que no es mío. Justin, nunca fuiste mío, fuiste de ellos -señalo detrás de mí, donde está una ventana tapada por las cortinas, para que la prensa, fotógrafos y paparazzis no nos vean.

Justin no dice nada, y tal vez es eso lo que más me dolió, que él sabía que no era mío; que no lo es y no lo será.

Veo como se aleja de mí, dejando mi cuerpo en frío total; dejándolo lejos de él.

Cuando conocí a Justin sabía quién era él, y al principió era divertido estar juntos; la aventura de dos mundos diferentes tratando de acoplarse, y por un tiempos, en las largas noches envuelta entre sus brazos, nos reíamos de lo que hacíamos. Creamos una aventura posible para nuestras vidas imposibles. Engañándonos a nosotros mismo, creyendo que todo era posible. Porque así era Justin, te hacía creer que lo imposible era posible.

Veo cómo sostiene su teléfono entre sus manos mientras se muerde el labio; haciendo ese acto, que más de una vez me hizo temblar. Con esa boca que más de una vez me hizo soñar, incluso estando despierta.

-¿Qué esperas? -miro su teléfono para que él sepa a qué me refiero.

-No puedo llamar a nadie, no... -no termina la frase, pero yo sé lo que quiere decir.

-... no quieres que nadie te vea aquí.

-No es eso. -esquiva mi mirada.

-Nunca miras a los ojos cuando mientes.

-Molly, tienes que entender que esto no es fácil. Tienes que sab...

Lo interrumpo levantando la mano.

-Cállate. No hables. Llamaré a Derek, lo siento, pero tienes que salir de mi casa -digo.

-Nunca me perdonarás, ¿verdad? -su voz ronca me hace temblar, haciéndome recordar cuantas veces amé que usará esa voz mientras nos fundíamos el uno con el otro. Tratando de controlar el frío que recorre en mi cuerpo, me abrazo a mí misma.

-No hay nada qué perdonar -y sin decir nada más me encamino a buscar mi teléfono.

Llamar a Derek era como utilizar la opción que nadie quiere pero necesita. Después de rogarle a Derek que viniera a mi casa a las 2.33 AM, llame a la policía, no pidieron muchos detalles, lo cual agradecí. Justin y yo no volvimos a cruzar palabras, ni una mirada. Él se encontraba perdido en su propio mundo, y aunque parezca extraño, yo quería estar dentro de su mundo, no el que lo rodea, sino el que usa para organizar sus ideas. La tensión entre nosotros era grande, solo un par de veces desde que nos conocimos habíamos tenido una atmósfera así.

Derek vino unos minutos después, llevándose a Justin con él; y no crean, por un momento quise irme también con él. Es difícil dejar ir a la persona que amas. Algunas veces las personas dicen que eso es de valientes, pero es gracioso que las personas que han dicho eso son las mismas que nunca han perdido a alguien que les importe de verdad. Esas personas que nunca lucharon de verdad, y que sólo usan esa frase para justificarse.

Justin se fue, no dijo una palabra. Se fue y no se despidió. Se fue llevándose con él una gran parte de mí, para no decir que todo.

Se fue sin dejarme con la esperanza de que saldríamos de esta. Sin dejarme con la esperanza que lo imposible se volvería posible y, quiźas, fue eso lo que más me dolió.

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UHHHHH, que intenso es esto del amor.

¿Tienen preguntas? ¿qué esperan de está nueva novela?

He preparado un vídeo para todos. Espero que lo disfrutéis.

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La Vida Con Molly.  ||Justin Bieber||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora