La Vida Con Molly. ||Justin Bieber||

Capítulo 9: Guardado en mi memoria.

"Entre la playa, ella y yo, hay un secreto de amor que no lo puedo olvidar, ni de mi mente sacar" -Entre La Playa ella y yo, Big Y., Vato.

Iba tarareando una canción que estaban pasando en la radio, mientras conducía al aeropuerto en el que Justin se encuentra.

Al cabo de unos minutos llegé a la entrada principal, y como era de esperarse, a fuera del aeropuerto había un montón de gente con cámaras, y desde mi auto podía escuchar los gritos eufóricos de las fans.

Molly: estoy afuera, ¿te demoras o qué?

A los pocos segundos Justin contesta.

Justin: ya voy saliendo, nena.

Al llegarme el mensaje veo cuando, por las puertas de cristal, sale Justin. Él no llevaba nada, solo su persona.

Al salir los gritos se hicieron más fuertes y las luces de las cámaras más seguidas y segadoras.

¿Cómo lo soporta?

Al salir comienza a buscar el auto con la mirada, y me da un no sé qué en el alma cuando me sonríe al encontrar el auto.

Pero mi ceño se frunce cuando, a lo lejos, veo que al tomarse fotos con algunas de las fans más cercanas, Justin no sonríe y no muestra ninguna expresión. Él lucia cansado, demacrado y aburrido.

Sé que él hace su mejor esfuerzo, pero fracasa, ya que ninguna de las chicas a su alrededor puede hacer que sonría, y una hago una mueca cuando él, disimuladamente, no acepta los abrazos de ninguna de las chicas.

Justin se despide con una media sonrisa, y camina a la dirección en la que está estacionado mi auto; y solo así vuelvo a sonreír al verlo otra vez. Y entonces me doy cuenta de lo mucho que lo extrañé.

-Hola, nena -saluda Justin cuando se sube al auto, y se inclina para darme un beso en la mejilla.

Aún cuando se aleja, mi mejilla sigue picando por el fantasma de sus labios en mi piel. Y su olor queda impregnado en mi nariz: perfume caro y agua fresca; y, distraidamente, me pregunté si se dio una ducha rápida.

-¿Cómo has estado? -pregunté mientras comienzo a conducir lejos del lugar, y algunas cámaras aun apuntan hacía nosotros, y parece que a él no le importa, ya que no hace ningún comentario.

Pero Justin no responde, solo se queda mirando a través de la ventana, y eso me da a entender que él no quiere hablar, y lo entiendo.

-A ver, ya escupelo. ¿Qué te pasa? -pregunté, porque era imposible no hacerlo. Además, odio el silencio.

Justin trata de sonreír, pero el gesto no le llega a los ojos.

-Solo estoy cansado, estaré bien -dice.

Lo miro por un segundo, y sonrío.

-Vamos, hombre. ¡Puedes hacerlo mejor! -Justin me mira con ceño fruncido-. Ahora vuelve a intentarlo y esta vez di la verdad.

Él comienza a reírse, y aún sin responderme, comienza a manosear la consola de la radio.

-Oye, no manosees mi auto, atrevido -golpee su mano alejandola.

-No seas paranoica -se ríe, ahora mucho más animado-. Quería poner algo de música, ademá quiero distraerme, ¿conoces un lugar al que quieras ir?

-Sí. De hecho, sí -sonreí emocionada-. Espero que hayas traido un traje de baño porque vas a estar mojado todo el día -aleje mi mano del volante y me bajo el dobladillo de pantalón para enseñarle parte de mi traje de baño color negro. Él comienza a reírse, y pienso en lo que dije y noté que no sonó como yo quería.