Capítulo 5. Derrota

1K 83 9
                                    

Ha pasado una larga semana cumplida desde que se empezaron los trabajos de construcción en la casa, desde entonces he notado que mi tío ha estado más emocionado que de costumbre y a mi tía Grace debatiéndose entre creer aun que es buena idea o una mala y terrible decisión, al final ella obtendrá lo que quiere, su queridisimo invernadero para poder hacer lo que siempre ha querido.

Esa noche todos nos encontrábamos en el comedor, mi tío Frank estaba casi discutiendo con Stella, ella dio a la luz el tema acerca del poco contacto que tiene con hombres de su edad y que debería considerar dejar de ser tan cauteloso y paranoico pero como siempre mis tíos nunca podían hacerse cambiar de idea.

Stella se estaba cohibiendo parte de su carácter explosivo apretándose fuertemente los labios y recorriendo la habitación con los ojos sin prestar mucha atención a lo que le decía su padre.

—Yo solo quiero lo mejor para ti ¿Crees que no lo tengo en mente? Estás muy equivocada si eso crees, inclusive creo que encontré algo para ti —al oír la mención de aquello Stella volvió la cabeza con la expresión completamente renovada, ahora sus ojos brillaban con una curiosidad desquiciada. —Te lo traeré si eso es lo que quieres.

Stella miró a mi tía buscando la afirmación de que era cierto, ella asintió con aire risueño, sus hoyuelos se hicieron notar al igual que su rubor.

—¿Cuando? —le preguntó con insistencia, su cuerpo temblaba de la emoción, era algo que siempre me gustaba ver en ella, felicidad —¿Vendrá aquí, cuando?

—Tengo planeada una pequeña fiesta para los trabajadores, quiero que se sientan cómodos, tenia planeada hacerla desde un principio pero el trabajo es trabajo, el sábado de la próxima semana, todavía hay que planearla bien.

Casi podía jurar que saltaba sobre su silla, estaba impaciente y nada iba a poder calmar aquella ansiedad, ella era obstinada así que naturalmente iba a tener que hacerse todo de la manera que quería.

—Pues hoy es domingo, ¿Que tal el sábado? —sugirió ella como si no hubiera otro día más perfecto que ese mismo —Sería un buen día.

Mi tío reflexiono con una ceja alzada como revisando la posibilidad que le daba su hija, la verdad a mi no me parecía mala idea, tenia cierta seguridad de que podía ser divertido, mi tío se acarició la barbilla y al final aceptó levantando ambas cejas con satisfacción.

—Claro, no es mala idea. Será el sábado.

Stella rió con una fuerza elocuente, yo estaba feliz por ella, quería de verdad que lo que tenían planeando mis tíos para ella fuera de utilidad porque después de todo ese alborto que tenía con aquel trabajador lo que menos deseaba era que cayera en esa tentación infernal que la llevaría al completo desastre.

—Al fin, ya no tendrás que esperar más tiempo —le dije a mi prima con un tono de alivio, ya me estaba empezando a exasperar que siempre se quejara de lo mismo. —No tendrás que quejarte más.

Me miró con cara de pocos amigos y casi logra pellizcarme el brazo pero lo evite con bastante habilidad.

—Tu tío también tiene pensado a alguien para ti, Juliette —me informo mi tía, me quedé inmóvil.

Me giré hacia a ella con una expresión congelada, me lleve la mano al pecho instantáneamente cuando sentí que se me oprimía del pánico, parpadee con tanta rapidez que dejo de servirme de distracción para aclarar las ideas de mi cabeza.

—¿Que dices tía? —le clave la mirada con la insistencia suficiente para que me dijera que era una broma cruel, si es que lo era, esperaba que lo fuera.

Hubo un silencio corto que me congelo el cuerpo entero, la mirada que mi tía me daba en ese instante la hacía verla decidida, no parecía que intentaba jugarme una broma de mal gusto y entonces me aterré, ella no era así.

En Contra De Mis Principios© [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora