En Contra De Mis Principios© [COMPLETA]

Capítulo 27. Promesa.

La segunda guerra mundial se había desatado un dos de septiembre de este mismo año, los periódicos de todo el país así como de cada estación de radio lo dieron a conocer, Alemania había invadido Polonia quebrando el tratado de Versalles así mismo creando un disgusto y logrando atraer como enemigos a Francia e Inglaterra. Cuando nos enteramos creímos que se acabaría el mundo para nosotros sobre todo yo que no podía dejar de pensar en que efectos podría causar en todos nosotros, Richard trato de tranquilizarme como siempre y termino lográndolo porque siempre encontraba la forma perfecta para convencerme de que nada podría pasar, nuestra familia estaría bien porque él se aseguraría de ello.

Hoy celebraríamos el cumpleaños de Richard, trece de septiembre, le habíamos organizado una pequeña fiesta en nuestro departamento, Victoria y yo habíamos hecho un pastel de vainilla francesa que era el que tanto le gustaba, compramos vino tinto y preparamos estofado de carne con pasta. Cuando llego alrededor de las nueve de la noche nos sentamos en la mesa para comer, habíamos encendido la radio para poner algo de ambiente aunque en su mayoría las estaciones no dejaban de hablar de la guerra intentamos olvidarnos de eso estando en celebración.

—Yo no le tengo miedo a esos nazis ni a nadie más —admitió Victoria con una especie de efecto secundario gracias al vino tino, habíamos acabo de cenar y ya llevaba siete copas de vino, sus parpados estaban entrecerrados y sus ojos vagaban por donde sea menos en nuestras caras. —Nadie debe de temerles, creen que pueden sembrarnos miedo, que vengan aquí y me hagan lo que quieran, no saben con quien se meten.

Richard y yo reímos discretamente a toda las tonterías que decía, era más divertido verla hacer gestos que a lo que intentaba hacernos entender.

—No hay porque tomarle importancia a esto —añadió Richard con voz pacifica, queriendo razonar con ella —Hasta ahora no se han metido con civiles pero si intentan cobrar sus cuentas con nosotros es donde ahí debemos dar la cara por todos.

Victoria reprimió un eructo que las mejillas se le inflaron como un globo, su cabeza se mecía de un lado a otro y hacía un esfuerzo para mantenerla recta cuando hablo otra vez.

—Sí, eso es cierto pero no seré la única que los enfrente, tú lucharas conmigo ¿No? Ya has estado en el ejército.

Richard rió con disimulo.

—Entrenamientos militares para ser más específico.

—Bueno es casi lo mismo —alzó las manos y luego las dejo caer con estruendo sobre la mesa —Les daremos una lección a esos engreídos, este país es mucho mejor que el suyo, eso les va a quedar muy en claro.

Victoria quiso acercarse la botella de vino y yo con discreción la hice a un lado suyo para que no volviera a servirse en la copa.

—¿No cree que ya bebió demasiado, señora Girard?

Frunció el entrecejo y meneo la cabeza muy fuerte que varios cabellos se le escaparon de su peinado, su cabeza estaba cada vez más suelta, no se podía mantener firme y eso me angustiaba.

—No querida, apenas voy en la segunda, además estoy en una fiesta y debemos pasarla bien.

Richard y yo compartimos miradas en complicidad, ya no íbamos a dejar que siguiera tomando, además ya era algo tarde, las once y media y como ella tenía que ir mañana a la tienda seguramente despertaría con un malestar muy terrible por su borrachera.

Vimos que cabeceaba así que tarde o temprano caería en un sueño profundo si no era sobre la mesa tal vez en el suelo, le pedí a Richard que la llevara a su casa antes de que terminara peor.

—Señora Girard, es hora de ir a su casa, ya debe estar muy cansada. —le dijo él con tono apacible, levantándose poco a poco.

—Pero la estamos pasando muy bien, además no me he despedido de Freddie ¿Dónde está el? —empezó a buscarlo como si no supiera que estaba en su cuna.