Capítulo 21. La Carta de Stella

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Llevábamos una semana en una rutina muy diferente, era nueva porque ahora yo ya no permanecía en casa, esta primera semana la pase en la tienda de Victoria donde ella fue guiándome con una paciencia envidiable, permaneció conmigo hasta que yo fuera capaz de comprender y de hacer las cosas más simples como las difíciles.

Era una agradable tarde otoñal que levantaba el ambiente con cálidos subtonos naranjas y amarillos gracias a las hojas que caían de los árboles que lucían cada vez más despoblados. A mitad de un trabajo de costura me recordé que en un día de estos mi prima Stella ya debió haberse casado, hoy se cumplían tres meses desde que había anunciado su compromiso y yo le había prometido asistir, al parecer no lo cumplí, no había asistido al día más importante de la que yo consideraba mi hermana.

Intente que no fuera una distracción a mi trabajo pero con dificultad lo logré, mis manos empezaron a comportarse muy torpes cuando quería meter el hilo a la aguja, tanta era mi frustración que termine por dejar a un lado todo y empezar con otra cosa. Victoria ya había dejado a un cliente y en eso se volvió al rincón donde yo estaba.

—¿Estás bien, Juliette?

—No se preocupe por mi, señora Girard, a veces me pongo a pensar en cosas muy tontas.

Mi respuesta no la convenció en absoluto, se quedó mirándome a mí y a mi todavía torpeza, la preocupo era obvio así que insistió.

—Escucha, no conozco mucho de ti pero si te sirve estoy dispuesta a tratar de entender el problema, puede que mis años sean de ayuda para ti.

Me quede mirando hacia la nada, quizá si se lo confesaba a alguien podía restarle importancia, escuchar la recomendación de Victoria podría ayudarme a relajarme y a hacerlo menos doloroso para mí.

—Lo que sucede es que mi prima, la que consideraba mi hermana se pudo haber casado estos días...y yo no asistí a su boda.

Victoria parpadeo para aclarar lo que estaba escuchando.

—¿No asististe? ¿Puedo saber porque?

Ella no sabía nada de lo que había pasado, no tenía idea, a pesar de que Victoria se había vuelto una persona que estimaba demasiado yo todavía no había abierto con ella la realidad de las cosas, no sabía mi historia y eso podía ser injusto.

Le mostré una sonrisa avergonzada.

—Es una larga historia y estoy dispuesta a contársela si tiene tiempo.

Abrió sus brazos en signo de disposición.

—Lo hay, el trabajo se detiene para que puedas contarme, adelante.

Empecé por la verdad, como es que conocí a Richard, lo del trabajo que realizaba en mi vieja casa, le hable de mis tíos y sus intentos de hacernos unas mujeres de bien a Stella y a mí, las cosas que pasaron entre ella y yo, los secretos, las cosas que nos hicimos, de Félix y mi sueño, excluí lo de Heather porque pensé que era lo más correcto y al final le dije lo que paso en la biblioteca con Richard y yo, mi huida con él, así como la despedida que le di al único miembro de mi familia, Stella.

Victoria se quedó anonadada cuando termine de contarlo todo, observé como elegía las palabras para definir todas las situaciones por la cual había pasado.

—Todo es tan...—estaba incrédula —Complicado, si que es una tristeza que terminaras por huir y dejar a tu familia. ¿Es que acaso no has intentado buscarla?

Mi rostro se cubrió de melancolía cuando pensé en las veces que pude intentar volver a hablar con ella, lo peor es que yo ya no podía regresar a casa, no existía manera que fuera efectiva para saber que había pasado con ella , con mis tíos y Félix, ellos no sabían de mi y ni yo de ellos.

En Contra De Mis Principios© [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora