Las horas pasaron sin darme cuenta que todo había quedado en un silencio sepulcral, no había sonido de grillos, ni el viento soplar, solo podía percibir el olor fresco de la madrugada que se colaba por mi ventana así mismo la luz de la luna que iluminaba casi a la perfección toda mi habitación. Me quedé mirando el techo unos minutos más imaginándolo a él, no pude quitarme de mis pensamientos su rostro, su voz, sus labios, cada vez que cerraba los ojos y pronunciaba su nombre demasiado bajo que apenas era audible yo me emocionaba, se me erizaban los vellos de los brazos, la sangre a través de mi cuerpo corría a una velocidad acelerada, acaricie mis labios pronunciándolo una y otra vez pero luego desperté de mi fantasía.
No, yo no puedo imaginar nada de esto, no es correcto, no.
Me incorpore y me froté la cara las veces necesarias para aclarar mi mente perturbada, suspiré y traté esta vez de no hacer nada más que dormir, me levante de la cama para ir al baño y refrescarme , abrí la puerta de mi habitación y me encontré con el pasillo en total oscuridad, no me preocupe ya que solo iría al baño pero el sonido de lo que parecía ser una puerta abriéndose fue lo que me distrajo , escuche el rechinido de la puerta que llevaba hacia el jardín, pensé lo peor. ¿Alguien estaba entrando o alguien estaba saliendo? Mi corazón esta vez palpito en pánico total, no sabía si despertar a mis tíos o ir yo misma a comprobarlo, tenia el presentimiento de que no iba a ser agradable ir a ver yo misma así que avance de puntitas hacia la recamara de mis tíos y cuando me acercaba pude notar que la puerta de la habitación de Stella no estaba del todo cerrada, parecía entreabierta como si alguien hubiera salido, con la mano la empuje y comprobé que ella no estaba ahí, la luz de la luna me proyectaba con total claridad su cama deshecha.
Me apreté los dientes con fuerza, ella se había ido, no pudo haber sido nadie más, me precipité hacia las escaleras y baje en pasos silenciosos y cuidadosos para no ser descubierta por nadie ni por ella. Camine por la cocina hasta llegar a la puerta, estaba cerrada pero sabía que si giraba la perilla se abriría, así fue, evite que el rechinido fuera ruidoso y me escabullí entre el espacio pequeño de la puerta entreabierta.
La busque entre la penumbra total de jardín, todo estaba silencioso ni siquiera podía percibir pasos de alguien o el murmuro de su voz, no sabía dónde estaba, avancé descalza hacia unos arbustos que estaban más retirados de la casa donde recordé viejos momentos cuando los usábamos para jugar a las escondidas, me acerque cada vez más despacio hasta que de nuevo lo escuche. Sus gemidos, los reconocí porque aún me era imposible olvidar como sonaban, se escucharon con un volumen débil pero luego se volvieron más audibles y constantes, eran feroces y muy inquietantes,
Me quede inmóvil y con la respiración acelerada, tenía que comprobarlo, de mala manera tuve que avanzar solo dos pasos para mirar por encima de los arbustos pero la oscuridad era un obstáculo para saberlo con certeza, de todas formas capté a dos siluetas sobre la hierba que se mecían y se dejaban envolver por la frescura de la noche, los jadeos de Stella eran insoportables cada vez más insistentes y yo me cubrí la cara para solo huir de la escena una vez más.
(...)
Seguí echándome el chorro de agua fría sobre la cara, el agua corría desde mi frente hasta mi mandíbula y mi cuello, me estremecía del frío y no solo de ello, estaba asqueada y lo único que lograba sacarme de la cabeza lo que acababa de ver era controlarlo con agua sobre mis ojos, apretaba fuertemente mis parpados hasta que estos me dolían. Cuando acabe me miré al espejo, tenía ojeras debajo de los ojos, mi piel estaba algo marchita y mis ojos reflejaban cansancio y una tristeza reciente que tenía total explicación, maldita sea la hora en que la seguí y maldita se la hora en la que yo acepté guardar esta perversidad.
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En Contra De Mis Principios© [COMPLETA]
RomansaLondres, Inglaterra, 1938 La vida de la joven Juliette Boucher parece haberse complicado después de la muerte de sus padres, tal suceso la obliga a dejar toda su vida en Francia para ir a mudarse con sus tíos a Inglaterra, quienes la reciben con lo...