—Hola, Juliette, buenos días —me saludó Nicholas, con una apariencia inocente en el rostro y asintiendo con la cabeza.
Me había quedado muy sorprendida, no me lo había esperado ¿Cómo es que sabía dónde vivíamos? ¿Richard se lo habría dicho? Entré tratando de fingir que no me había parecido una imprudencia su visita ya que yo creía que Richard y yo íbamos a almorzar juntos, incluso había traído de comer solo para nosotros.
—Buenos días, Nicholas —le respondí dando una sonrisita y avancé con mis cosas hacia las escaleras.
Vi de reojo que Richard se levantó y me siguió, supuse que quería ayudarme y así fue, le dije que no era necesario que yo podría, subí hacia nuestra habitación y deje mi violín y las cosas personales de Richard que eran las viejas fotografías que había rescatado del bombardeo. Al bajar escuche de nueva cuenta esas risas divertidas de ambos, estaban platicando de los años que no se habían visto y también de los que habían pasado juntos.
Al llegar deje nuestro almuerzo en la mesa de la cocina y con aire casual me acerque a ellos. Richard fue el primero en atenderme.
—Siéntate con nosotros, Juliette, estamos platicando de viejos recuerdos —me tomo de la mano y me hizo espacio a lado suyo en el pequeño sofá.
Al tomar asiento y escuchar sus conversaciones me sentí desconocida, no sabía de qué se trataban sus viejos recuerdos, no sabía de qué personas hablaban y eso me hacía sentir muy excluida pero al menos veía a Richard bastante entusiasmado, era agradable verlo compartir tiempo con alguien que no fuera solo yo y más si se trataba de su familiar, pensábamos que no quedaba nadie con quien pudiera comunicarse y encontrarse con Nicholas fue como una salvación
En el tiempo que se dieron para reír aproveche para entrar en la conversación con una pregunta que pudiera sacarme de ahí rápido.
—¿Quieres una taza de té, Nicholas? —le pregunté, sin apresurarme a levantarme aunque lo quería.
Él negó con mucha amabilidad, parecía ser una persona de modales muy frecuentes, viéndolo bien no tenía gran parecido con Richard, no lo esperaba porque Richard se seguía viendo un poco mayor pero aun así había solo una pizca de cierto parecido entre ambos.
—No, muchas gracias.
—¿Estás seguro? —lo alentó Richard.
Se observaron para asegurarse si no sería mucha molestia para mí así que me levante para ir de una vez a prepararlo.
—No es molestia, en serio —aclaré, yéndome a la cocina, respirando de alivio.
De todas maneras en la cocina seguí escuchando parte de sus conversaciones, muchas como era obvio no las comprendía, hablaban de gente que eran conocidas para ambos así que tarde o temprano sin darme cuenta deje de prestarles atención. Tuve suerte de que el té tardara un poco en hacerse sobre todo porque el agua hirvió muy lento.
Llegue con la bandeja y las tres tazas de té de limón, la deje en nuestra pequeña y modesta mesita de centro. Nicholas fue el primero en tomarlo y habló para variar.
—Le platicaba a Richard que es un hermoso piano. ¿Dónde lo compraron? —señalo con la barbilla el piano que estaba detrás de él.
Richard en automático se volvió hacia mí como fue de esperarse, me acomodé sobre mi asiento y dije todo sin necesidad de dar tantos detalles porque en cierta manera no los había.
—Compramos la casa y aquel piano venía incluida, los dueños decidieron dejarlo para no viajar con el así que aquí esta.
Nicholas miraba el piano en toda la aclaración que le di, parecía fascinado o hechizado por el piano, se le notaba esa ansiedad por ir a acercarse pero se contenía bastante bien.
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En Contra De Mis Principios© [COMPLETA]
RomanceLondres, Inglaterra, 1938 La vida de la joven Juliette Boucher parece haberse complicado después de la muerte de sus padres, tal suceso la obliga a dejar toda su vida en Francia para ir a mudarse con sus tíos a Inglaterra, quienes la reciben con lo...