Esa misma mañana, Olga y yo fuimos a comprar el periódico antes de llegar al hospital y así no tener la necesidad de esperar demasiado, fue una suerte bendita que otro día más el nombre de Richard ni el hermano de Olga estuvieran en la lista, nuestra esperanza crecía, las posibilidades eran a nuestro favor y así esperábamos que fuera por el tiempo que esta guerra maldita fuera a durar.
Llegamos al hospital, ella se encargó de varias tareas apenas recién se acercó al área de pacientes, yo fui a reportarme y a esperar órdenes de alguna enfermera de piso que necesitará mi ayuda, comencé casi de inmediato a atender a algunos pacientes, limpie heridas y di de comer a quienes todavía se les dificultaba moverse, cuando iba a servirles más comida tomaba la oportunidad para buscar la cama donde estaba Félix, extrañamente vi que la línea de las camas juntas tenían cortinas que las cubrían, incluida la de él, me pareció muy sospechoso ya que el día de ayer nada de eso estaba. No lo fui a visitar en toda la mañana hasta que vi mi oportunidad de huir un momento para ver cómo había amanecido después del dolor que tenía en el cuerpo y la cabeza.
Me acerque a su cama y al momento de recorrer la cortina para descubrirlo...no estaba, todo estaba limpio, acomodado, los restos de su presencia se habían borrado en su totalidad. ¿Dónde estaba? Miré a mi alrededor buscándolo por si lo habían cambiado de cama, recorrí filas completas en busca suya pero no estaba. Volví a su cama y me acerque a una enfermera de piso que atendía a un hombre justo a lado de la cama de Félix.
—Disculpe ¿Dónde está Félix Ryman? Estaba aquí ayer mismo, ¿Acaso lo cambiaron?
La enfermera se quedó boquiabierta, le había sorprendido que no hubiera sabido lo que ocurrió con él.
—Lo siento tanto pero el murió ayer en la madrugada, sufrió un derrame cerebral y esta mañana se le informo a la familia del fallecimiento.
Se me encogió el corazón, mis latidos se extinguieron por un momento, sentí mi cuerpo de piedra al no reaccionar a nada de lo que quería hacer, quería moverme, hacerme sentir algo pero no hubo respuesta a nada, fue un lapso de tiempo corto lo que seguramente estuve sin reacción pero yo más que nada supe que había sido todo un tiempo agonizante lo que la realidad estaba causándome.
Mis manos se hicieron nudos a mis costados, fue sorpresa, indignación e impotencia lo que ahora sentía que me rasguñaban las entrañas, con unas afiladas garras punzantes que no detenían destrucción a su paso.
—¿Murió? —le pregunté con la voz siendo un hilo apenas audible.
Ella se disculpó asintiendo con la cabeza y bajando la mirada un poco para seguir atendiendo a su paciente. Un puñetazo en las costillas fue lo que soporté los minutos que se volvieron molestos y tediosos, haciéndose pequeños y apretándome hasta querer convertirme en polvo. No, pobre Félix, ¿Por qué? Era tan joven, tenía una vida increíble por delante y cielos santo ayer había hablado con él ¿Cómo es posible que ahora había muerto? Que injusta era muchas veces la muerte, deja a quien menos lo merece y se lleva a quien más tiene que aportar, yo esperaba su pronta recuperación para verlo salir de aquí con bien y dando paso a una vida nueva y ahora ya no habría vida nueva, no sabía si él lo presentía pero fue extrema casualidad que me lo encontrara ayer mismo e hiciéramos las pases, dejando nuestras diferencias y prejuicios a un lado para estar en calma con nosotros mismos.
Al menos tendría la resignación de que se había ido en calma conmigo, en paz, sabiendo mi verdad en todos los sentidos. Me fui corriendo al baño para terminar desahogar mis penas y mi dolor, sentía tanta tristeza porque lo iba a extrañar y más ahora que la vida me lo había regresado para darme la oportunidad de buscar su perdón, lo quise mucho, eso era una verdad que siempre vivió dentro de mí, me entristecí también por no haber sido suficientemente buena con él, ni agradecer su ayuda el tiempo que dio la cara por mí. No mereció haber muerto así ni tampoco haber pasado por tanta desdicha. Oh Félix...hubiera hecho lo que fuera por él, quería regresar algo de la bondad que me brindó, no pude hacer nada para salvarlo y odié una vez más a la vida por no darme oportunidad de despedirme ni de prepararme para estas pérdidas que nunca acababan
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En Contra De Mis Principios© [COMPLETA]
RomanceLondres, Inglaterra, 1938 La vida de la joven Juliette Boucher parece haberse complicado después de la muerte de sus padres, tal suceso la obliga a dejar toda su vida en Francia para ir a mudarse con sus tíos a Inglaterra, quienes la reciben con lo...