Se acercaba mi cumpleaños, exactamente en dos días sería la pequeña y privada celebración que haría en casa, no teníamos amigos y nuestro único conocido era Nicholas, así que solo seríamos tres personas los que estaríamos ahí. Había pasado dos semanas después de esa discusión que tuve con Richard, en estos días los dos no habíamos vuelto a hablar del tema, nos quedábamos callados cuando queríamos o intentábamos decir algo, no quise presionarlo a que me hablara, ni yo tampoco quise rogarle más , dejamos las cosas como estábamos y tenía que admitir que era mucho pero mucho peor, no podía negarlo pero al acercarme era una tensión que se me acumulaba en el cuerpo , era inquietud y desesperación, era más difícil acercarme a él sin evitar alterarme, no era bueno y no me gustaba sentirme de tal forma.
Esa mañana salí a comprar lo que necesitaba para la reunión, Richard dormía y yo volvería para antes de que despertara porque no pensaba tardarme nada. La mañana era muy fría así que fue otra razón para volver a casa antes, aceleré el paso al mercado de frutas y verduras y a llegar compré lo que necesitaba, me faltaban uvas frescas para el platillo final y en lo que las escogía jadee llena de alegría al reconocer a Nicholas quien compraba justo al lado del puesto donde estaba yo, no me reconocía todavía así que aproveche para mirarlo sin su consentimiento, no me había fijado que tenía un perfil muy llamativo, esbelto y lleno de una gracia refinada, una nariz respingada, unas largas y abundantes pestañas negras que abanicaban de arriba abajo, una mandíbula cuadrada y varonil, una mirada intensa que lograba darle sentido a lo más mínimo, era peligrosa, temerosa pero muy adictiva y potente, se disfrutaba tanto el tan doloroso placer de ser objeto de aquellos ojos.
Fue tanto el adentramiento al estudiarlo que se me cayó el nido de uvas al suelo, el ruido de varias mujeres al reprobar mis distraídos movimientos hicieron que Nicholas al final terminaría volviéndose a donde estaba, levanté todo rápido y al encontrármelo fue con la misma expresión que la mía, estaba lleno de alegría, sorpresa e incredulidad.
—Juliette, ¿Cómo estás? —me saludo con esa sonrisa ancha que revoloteaba los latidos de mi corazón.
Sonreí también y lo salude, había venido a casa hace dos semanas y encontrármelo en un lugar donde no fuera en casa y sin la misma rutina de siempre fue como hablar sin tener la obligación de darle detalles de Richard respecto a su salud.
—¿Qué haces por aquí, comprando despensa?
Reímos al unísono, no sabía nada de la reunión, lo había olvidado y es que yo la había planeado hace pocos días, iba a llamarlo para darle el aviso pero ahora que nos encontrábamos me pareció mucho mejor darle la noticia personalmente.
—En realidad estoy comprando los ingredientes para el menú de la reunión que haré para celebrar mi cumpleaños —levantó ambas cejas, boquiabierto, sonreí porque me esperaba la misma reacción —Por cierto nos gustaría que vinieras, en verdad, eres muy importante para la familia y me agradaría que estuviéramos todos, claro, si estas disponible.
Dio una sonrisa agradable, mucho muy agradable que me hacía comprender que podría estar aceptando la invitación, esperaba que lo hiciera, sus ojos se fijaron en los míos para así afianzar su respuesta.
—Me encantaría asistir, con gusto estaré ahí.
—¡Qué bien! —acepté con evidente entusiasmo, tenía que calmarme. —Es este sábado a las seis, será sencillo así que no es nada formal.
Asintió una sola vez.
—De acuerdo, estaré ahí entonces a las seis —me guiño un ojo y me sumergí en los profundos fulgores que emanaban sus pupilas verdes sobre los míos, estremeciéndome de repente. —Veo que necesitarás ayuda, traes muchas bolsas, te ayudo a llegar a casa.
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En Contra De Mis Principios© [COMPLETA]
RomanceLondres, Inglaterra, 1938 La vida de la joven Juliette Boucher parece haberse complicado después de la muerte de sus padres, tal suceso la obliga a dejar toda su vida en Francia para ir a mudarse con sus tíos a Inglaterra, quienes la reciben con lo...