Cuando finalmente me aleje para verle a la cara no me esperé ver reflejado en sus ojos un maravilloso y enorme fulgor que cubrió también su exaltado rostro. Cuando nos sostuvimos nuestras miradas yo aún respiraba con dificultad, mi aliento todavía se desbordaba de entre mis labios, podía sentirme el cuerpo tan liviano y exhausto pero no me molesto, me había gustado mucho haberme entregado a un beso tan apasionado, porque así era como debía sentirse alguien que era bien correspondido.
El fuego que todavía estaba recorriéndome las venas se disparó en chispas eléctricas cuando me acaricio los pómulos. Cerré los ojos lentamente al dejarme gozar por el tacto de su piel sobre la mía.
—Juliette —murmuró, respirando con delicadeza. Podía escucharle aspirar y luego exhalar con un cuidado casi silencioso.
Lo sentí acercarse otra vez a mis labios pero entonces mientras tenía los ojos cerrados una holeada de recuerdos inesperados me invadieron de forma abrupta y salvaje. Podía escuchar en mi cabeza la voz de mi tía advirtiéndonos sobre las tentaciones más peligrosas, la forma en la que podíamos arruinar nuestra vida por un simple capricho de lujuria y luego a mí, dándole mi palabra, a ella, a mi tío y a mis padres.
Me retiré de forma inesperada, alejando sus manos de mí y moviendo la cabeza tratando de alejarme de toda esa culpabilidad que llevaba consigo esos recuerdos que me atormentaba.
—No puedo hacer esto. No puedo...—seguía esforzándome en volver a recuperar mi estabilidad.
Richard se acercó pero yo volví a retroceder, su mirada se refugió en la sombra del sufrimiento, sus cejas se crisparon, arruinándole el semblante, lo lleno de un miedo que formo parte de mí también.
—No digas eso por favor —me suplicó, con la expresión muy ensombrecida, era una agonía imperdonable estar causándole tanta tristeza —Es que acaso... ¿No quieres estar aquí, conmigo?
Me sentí atrapada, ahogada, no sabía cómo lograr salir, ni siquiera me decidía si en realidad quería o no quedarme, al principio me había decidido a romper todas la reglas posibles pero al parecer me contradecía a mi misma, ya había dado un gravísimo paso al haberlo besado, ya había permitido demasiado.
—No es que quiera irme, lo que acabamos de hacer...—hice una pausa —No debió pasar.
No hubo tiempo de reaccionar cuando dio grandes pasos hacia a mí para encararme, cuando me tuvo frente a él no fue necesario mirar más de la cuenta para saber que estaba en desacuerdo, sus labios se apretaron queriendo aparentar una expresión menos disgustada.
—¿Por qué te empeñas a encerrar tus sentimientos? No quieras engañarme, yo sé que lo querías, no puedes negármelo.
—No intento ocultar nada —refuté, clavándole la mirada en contradicción. —Mi situación ya es bastante complicada, más bien la de ambos.
—¿Y crees que eso es un obstáculo?
—¿¡Que sí lo creo!? —abrí mis ojos de par en par, no podía creer que no lo quisiera entender —¡Lo es! Tú estás comprometido, yo tengo una relación, maldita sea, ¿Cómo es posible que no sientas algún resentimiento?
Escuche como sus dientes rechinaban en insistencia.
—¿Es que no lo comprendes? Ya me cansé de fingir, ya me cansé de reprimirme, estoy harto de esto. Yo no soy feliz.
Me había quedado quieta, observándolo sin decir nada, nos miramos uno al otro intentando leernos el pensamiento, sobre todo yo, porque ahora más que nunca quería saber que era lo que tenía en mente.
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En Contra De Mis Principios© [COMPLETA]
RomanceLondres, Inglaterra, 1938 La vida de la joven Juliette Boucher parece haberse complicado después de la muerte de sus padres, tal suceso la obliga a dejar toda su vida en Francia para ir a mudarse con sus tíos a Inglaterra, quienes la reciben con lo...