Capítulo 8. Un Acercamiento

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Baje con suma cautela las escaleras tratando de evitar a toda costa que alguien me viera bajar con mi violín, lo que menos quería era toparme con alguien y me preguntara a donde es que me dirigía, si, había mentido, le había dicho a Félix que iría a su ensayo de orquesta pero en realidad solo lo había usado como excusa para salir y cumplir con otro compromiso, el que tenía con Richard. ¿Es que acaso era algo malo lo que estaba haciendo? Estaba engañando a dos personas, a mi tía y a Félix, si ella se enteraba de esto...

Era cierto, si Félix preguntaba por mi ausencia seguramente mi tía se desconcentraría, dios mio, necesitaba arreglar esta situación antes de que volviese un caos. Fui con sigilo hacia la sala como siempre meditando mis pasos para no hacer escándalo y descolgué el teléfono, marque rápidamente el número de Félix y no esperé en que me contestara ni medio minuto.

Cuando respondió su voz grave pero tranquila me recibió, me dolía estar haciéndole esto pero no había forma, no sabía que hacer, no quería decepcionar a Richard pero tampoco a mi misma dejando ir estas oportunidades tan importantes.

—¿Hola? —preguntó desde la otra línea.

Tartamudee un poco, no sabía cómo empezar, no sabía cómo decírselo sin parecer una desgraciada, una mala persona, él estaba haciéndome un gran favor y yo lo estaba desechando todo.

—¿Félix? Soy Juliette, me da una pena enorme tener que decirte esto pero no creo posible ir al ensayo, disculpa que te marque a última hora, de verdad.

—Oh...yo —trataba de encontrar las palabras correctas para interpretar su sentimiento de decepción y es que estaba en todo su derecho de reclamar, fue una importunes que yo marcara ya muy tarde —No te preocupes por ello, Juliette, yo comprendo ¿Es que acaso te sentiste mal?

Él siempre tan al pendiente, me dolía de verdad tener que hacerle esto pero no había otra salida para mí.

—Si —mentí para mi parecer con un tono poco convincente.—Me duele un poco la cabeza y mi tía me recomendó estar recostada para que no fuera a empeorar, me pidió también que la disculparas, se siente muy avergonzada.

—No se disculpen —pidió con unas risitas nerviosas.—Yo entiendo perfecto no hay nada por lo cual disculparse, si no es hoy tal vez otro día, siempre y cuando tu te sientas mejor.

Sonreí.

—Gracias por entender Félix, yo te haré saber cómo me siento en unas horas y una última cosa, no le menciones esto a mi tía, se siente muy culpable.

—Entiendo, no hay problema. Nos hablamos luego y recuperate pronto.

—Muchas gracias, nos hablamos luego. Adiós.

—Adiós.

Colgué y pareció ser la señal perfecta para que la voz de mi tía se escuchara a mis espaldas, fue la señal perfecta para hacerme comprender que en esta casa no se iban a poder mantener los secretos por mucho tiempo, mucho menos si ella estaba rondando por cada rincón. Jadee, podía sentir esa sensación gélida en mi cuerpo a causa de ser casi descubierta por quien más temía se enterase de mi plan.

—¿Quién era? —preguntó con duda.

Me volví hacia ella con una compostura recta, no quería que me viera sucumbir por mis nervios lo que menos quería era que pudiera leerme a la perfección y detectar fácilmente mi mentira.

—Félix, lo llame para asegurarle que estaba lista y que llegaría en diez minutos.

Hizo una mueca de desaprobación que le desfiguró la mitad del rostro.

En Contra De Mis Principios© [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora