Diana ya se había recuperado, y ya manejaba sus alas gracias a las clases de su madre. Su padre no estaba últimamente ya que estaba con sus asuntos.
Pero... Algo malo ocurrió. Su padre regresó muy alterado y les contó lo que ocurría.
–Algo terrible va a pasar. Una guerra se acerca.
–¿Y el Creador? ¿No va a hacer nada? –Preguntó su hija con preocupación.
–El Creador ha sido derrotado.
–No puede ser... –dijo Narnia.
-Los demonios vendrán a matar a todos los ángeles. Han sido enviados por Satanás. Tengo que irme
–¡No lo hagas, papá! No quiero que te hagan daño –dijo Diana sollozando mientras le agarraba la mano.
–¿Qué haremos nosotras? –Dijo su mujer.
-Os pido que os quedéis aquí. Protege a Diana, te lo suplico, Narnia.
–Papá... –Le abrazó su padre.
–Diana, cuida de tu madre y usa a Revage. Te ayudará. Si ocurre algo, huye. Tienes que vivir. Volveré –le dijo en el oído.
Narnia se acercó a su pareja y le abrazó junto a su hija.
–Regresaré a por vosotras. Os lo prometo.
–¿Lo prometes con el dedo meñique? –dijo Diana.
–No puedo asegurarlo, Diana. Tengo que luchar como comandante que soy. Si yo muero, tú serás la que tendrá mi puesto, junto con Yandak.
–¿Yandak?
–Sí, y estará conmigo. He de irme –se dirigió a la puerta.
–Vuelve, papá –murmuró la joven cuando se marchó.Los demonios habían conseguido entrar en el cielo, y comenzaron a saquear casas y a matar a todo ángel que estuviera allí. Los dos comandantes prepararon un gran ejército de guerreros. Dieron la orden para empezar a luchar y todos ellos fueron a luchar contra los demonios. Yandak y Anwin intentaban proteger a los suyos y derrotar a sus enemigos. Había demasiados.
–¡Yandak!
–¿Qué ocurre? –Preguntó mientras se protegía.
–¿Donde está tu hijo?
–La verdad es que no lo sé. Puede que esté en las puertas de la sala del Creador.
–Un momento...
Vieron que los demonios avanzaban a un lugar conocido.
-¡Van hacia Diana y Narnia! ¡Debo protegerlas! –Se fue corriendo a toda prisa.
–¡Espera! ¡Son demasiados para tí!
–¡No te preocupes por mí! ¡Busca a tu hijo!
–Está bien –asintió.
Anwin mataba algún demonio que se cruzaba en su camino. Tenía que llegar allí. Proteger a su familia, que estaba en peligro. Diana ni Narnia podrían con tantos. Estaba justo en la puerta cuando algo le atravesó el estómago.~~~
Diana y su madre estaban en silencio, esperando la llegada de Anwin. De repente, oyeron que algo forzaba la puerta. Consiguió romper la puerta y entró. Era un demonio. Diana cogió su arma e intentó luchar contra el enemigo, pero el miedo le inmovilizó. Su madre se intentó resguarecerse, pero el demonio la hirió.
–¡Diana! ¡Escóndete! ¡Huye! –Exclamó derrotada en el suelo.
Ella se puso fuera de peligro debajo de la mesa. Escuchó un grito de su madre y algo que salpicaba. No podía ser posible.
–Mamá... No... –Dijo entre sollozos.
El asesino retiró la mesa con una sola mano, y se fue acercó poco a poco.
–Puede que seas tú ese ángel del que el jefe.
Ella desenfundó su espada y se la clavó en el pecho. La arrancó del muerto, sin evitar llorar. Había matado a un demonio, quién había asesinado a su madre.
Salió de la casa y vio algo terrible. Su padre había sido apuñalado en sus ojos, a unos escasos metros.
–Diana...
–¡Papá! –corrió hasta él y se agachó para tenerle entre sus brazos.
–Lo siento... No he podido cumplir la promesa... Yo... Lo intenté... Demuestra lo buena comandante que eres, mi pequeña... Haz que la leyenda se cumpla y sálvanos del caos, Diana... –No te vayas... Por favor... –Derramó unas lágrimas.
–Mi trabajo ha terminado, hija mía... Sé fuerte y nunca te rindas. Yo sé que tú puedes con todo... –Le acarició su rostro y dejó de respirar. Había muerto de una herida muy grave. Ella abrazó al cadáver y se levantó.
–Adiós, papá. Seré una buena comandante, te lo prometo con el dedo meñique... Esto no será en vano, padre... –Abrió sus alas y marchó volando. Quería saber si Azazel estaba bien. Por un momento, olvidó lo que le había hecho.
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Fallen Angel©(#0.5)
FantasíaHace muchísimos años, dos dioses que vivían en el universo vacío, decidieron crear nuevos mundos. Uno de ellos se llamaba Satanás, que creó los infiernos y unos seres llamados demonios. El otro, el Creador, construyó otro lugar llamado cielo, y en s...