Azazel salió de aquel lugar y se encontró con un montón de demonios y ángeles luchando. ¿Y si Diana estaba entre uno de ellos? Quería pedirle perdón, y decirle lo que sentía. Pero no era el momento.
De pronto, el suelo tembló y se formó como una especie de brecha. Ángeles y demonios comenzaron a caer en ella. Entonces, encontró a Diana luchando contra uno de ellos, pero lejos de la grieta.
–¡Diana! –Gritó.
Ella mató a su enemigo y se acercó a él.
–Azazel... –Dijo apenada.
–¿Dónde están tus padres? No consigo encuentro a mi padre...
–Están... Ya no me queda a nadie, sólo te tengo a ti...
–Lo siento... Verás...
–No tengo nada que hablar contigo, Azazel. Ahora soy la nueva comandante y debo luchar por los cielos. Por mis padres.
–Yo también lucharé –dijo decepcionado por su respuesta.
Diana se dirigió a dónde estaban los demonios, muy cerca de la brecha. Empezó a pelearse y a ejecutar. Peleaba con ferocidad y rabia. Ellos habían asesinado a sus padres.
Una vez, estuvo en un aprieto y Azazel le ayudó. Pero hubo otra que él estaba demasiado cerca de la brecha y temía que cayera en ella. La grieta llevaba a la Tierra, y quién cayera, se llevaría un gran golpe.
Diana defendió a Azazel para que no cayera, pero ella tropezó y fue entrando en la grieta. Azazel intentó salvarla, pero era demasiado tarde.
–¡DIANA! –escuchó mientras caía.
Su armadura fue desintegrándose y sus alas despegándose poco a poco. Se le escapó Revage de sus manos. Lo último que vio fue una extraña luz naranja muy intensa."Este... ¿Es mi fin? ¿Dónde caeré? Seguro que fue la maldición... Por lo menos, le salvé y luché... Perdonadme si me voy..." –cerró los ojos y sufrió un gran impacto que la dejó inconsciente.
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Él la vio caer. Se había ido. Ese demonio le había engañado. Satanás apareció y ordenó que pararan la pelea.
–Ahora... ¡Os uniréis a mí! –Hizo presencia el gran jefe de los demonios.
Muchos de ellos se negaron, con intención de pelear.
–Azazel... Acércate –le llamó.
Él se puso a su lado con vergüenza.
–¿Hijo? –Reconoció la voz de su padre entre todo el mogollón.
–Padre, yo...
–¿Por qué? Tú no eres así... le preguntó mientras se colocó enfrente de él.
–Lo hice por ella –contestó.
–No sabes lo que has hecho... Este es el final...
El jefe demonio se dirigió al comandante.
–¿Yandak? ¡Vaya! Mirad a quién tenemos aquí... ¿No te esperabas que tu propio hijo se uniera a mí? No te perdonaré lo que hiciste...
–No permitiré que hagas más daño a ningún ángel más. Libera a mi hijo y márchate.
–Somos más. Os machacaremos. Ríndete, comandante. No tienes a nadie, solo una patrulla debilucha.
Yandak soltó su arma y se arrodilló.
–Delante de todos los ángeles vivos, me rindo. Pero, no seré tu subordinado. Prefiero ser un prisionero que traicionar a los míos. Me sacrificaré por los míos y por el cielo.
–Bueno... Si es lo que quieres... Arrestadlo y llevarlo a la Tierra.
Los demonios le encadenaron sus brazos y se lo llevaron de allí.
–Ahora que tenemos un prisionero... ¿Quién más quiere unirse a él?
Nadie contestó.
–Ya veo. A partir de ahora, Azazel será el comandante y él, y ustedes nos serviréis sin objeciones. Si alguien me traiciona o se niega a una orden, lo mataré sin piedad –dijo el demonio.
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Fallen Angel©(#0.5)
FantasyHace muchísimos años, dos dioses que vivían en el universo vacío, decidieron crear nuevos mundos. Uno de ellos se llamaba Satanás, que creó los infiernos y unos seres llamados demonios. El otro, el Creador, construyó otro lugar llamado cielo, y en s...