La adrenalina recorría mis venas y las de él.
Nos miramos al mismo tiempo tal vez pensamos que mi papá lo iba a matar y yo iba a estar castigada una eternidad.— ¡sube! ¡sube! —Dije con voz ahogada.
— A dond..
— ¡Que subas! —exclamé.
Él subió lo mas rápido que pudo, yo parecía un zombi agarré la ropa de Sebastian como pude.
Estaba empapada, pensé en que había logrado salvarme de esa situación tan difícil.
Solo hacía falta subir y encontrarme con Sebastian en mi cuarto.
Escuche la manija moverse, no distinguí solo escuche voces. Sentí un miedo repentino, un miedo que quizás solo se siente cuando escuchas la señal que te impide seguir adelante, que destruye tus planes.
Trate de subir como pude, pero me resbale por el agua que había dejado Sebastian al entrar.No puede ser que me esté pasando algo así.
Pensé con angustia y temor.
Tal vez el solo hecho de que mis padres me encuentren ahí, tirada y con ropa mojada de un chico que ni conozco, que ni conocen y que ahora esta en mi cuarto.
Caí cerca de la mesa que esta camino a las escaleras, me dolían las piernas.Ahora pienso que no hubiera pasado nada, si tan solo le hubiera negado quedarse esa noche. Yo y mi estupidez.
— ¿Sofia? ¿Estas aquí? —Dijo mi mamá.
Decidí esconder todo detrás de la cortina rápidamente.
— Mamá gracias por tu mal gusto con estas cortinas.
La cortina llegaba al piso siempre, las odié.
Subí con la habilidad de un ratero al entrar a una casa: Sin que nadie me escuche o viera.Caminé por el pasillo tratando de divisar a Sebastian entre las sombras.
— ¡tss! ¡tss!
— ¿Sebastian? —susurré.
— Aquí estoy —susurró.
— Sigueme.
Agarré sus manos, estaban frías. Pensé en ser la indicada para calentarlas, pensé en mi mano con la suya fundida en una. Lo pensé Sebastian. Lo pensé.
Nunca sentí el peligro tan placentero.
Pensé.
Abrí la puerta con cuidado; apareció un cuarto desordenado, con pósters de bandas de rock y metal, una ventana sin cortinas, un ropero y un escritorio con una pila de dibujos apunto de caerse. Todos puestos hábilmente para que lograran convivir en mi pequeño cuarto.
— Ten cuidado.
— No te preocupes —se sentó al pie de mi cama— disculpa por todo esto.
— No te preocupes, tú disculpa el desorden —dije con ironía— mas bien..
— ¿Dónde duermo?
¡No lo pensé! ¿Dónde dormiría el sexy chico que me gusta?
En el piso no se puede, la capacidad de mi habitación es de tres personas y ahí eramos dos, dos chicos perdidos en un mundo desconocido. Ese mundo era mi cuarto.— Creo que dormirás conmigo.
— ¿Dormiremos? –preguntó.
— ¿Tan mal estoy? —Dije con sarcasmo.
— No para nada, eres preciosa.
Esto último me ruborizó.
— Bueno, entonces...
Era perfecto hasta que algo me despertó del sueño.
— ¡Ahh! ¡Sofia! ¡¿Qué es esto?! —mi madre gritó eufórica— ¡Baja inmediatamente!
Sebastian me miró como perro asustado.
Le devolví la mirada.— Quedate aquí.
Como si pudiera moverse a otra habitación.
— Ahí voy —me eché un respiro.
¡¿Mi mamá habrá descubierto la ropa mojada de Sebastian?!
Bajé con el corazón en la mano, pensé en Sebastian y en lo que le pasaría si lo descubrieran. Creo que mi error fue preocuparme mas por él que por mí.— ¿Me llamabas, mamá?
_____________________#YmeDesnudé
¿Qué creen que pasé?
No se preocupen son capítulos cortos les prometo que los siguientes durarán más :**
No se olviden de votar *-*
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Y Me Desnudé
JugendliteraturNo soy una escritora y el escribir esto no me convierte en una. Todo tiene un comienzo, quizás el mio fue demasiado pronto. Tenía diecisiete cuando lo conocí, era apuesto, de ojos verdes y cabello marrón. Solo tenía dos años más que yo. Y yo... ¿y...