Abrí los ojos como platos.
En ese momento todos los recuerdos de Claudia se me vinieron a la mente. Todos y cada uno de ellos, llegaron por arte de mágia a mi vida.
Y como consecuencia lo que pase también.Ni sabía que sentir en ese momento, no tenía idea. Siento lástima por Adam. ¿Lástima? ¿Adam sabrá que Claudia... es decir... ¿¿Claudia??
— ¿Sofia? ¿Sofia? —Adam me levanta de un trance— ¿Estas bien? Te quedaste mirando el piso por cinco minutos.
—Eh.. si si, si estoy bien -estuve somnolienta— ¿Qué vas a preparar?
— Eh... bien.. prepararé algo rápido, me siento algo cansado, no.. pero primero —miró su reloj— me tengo que cambiar, son las 11 AM.
Sonreí.
— Si está bien —quise pararme pero recordé mi pie ensangrentado ¿Debería usar medias?— ¡Auch! —Adam me miró— Discúlpame, soy una chica que entró a tu casa de la nada, a tal vez buscar ¿Ayuda? Estoy segura de que te debes preguntar de donde provengo y que me sucedió, te ruego y te imploro que me perdones -dije con lágrimas en los ojos- perdóname.
Sonrió.
— No te preocupes —divisó algo debajo del sofá, se agachó y recogió lo que sería una foto, la miró y sonrió diciendo: "Ella es mi razón de ser" miré sorprendida. Hizo un movimiento con la mano y me mostró la foto.
Vi a una hermosa mujer delgada, de cabello castaño y sedoso, se veía tan feliz. Se veía feliz.
— ¿Quién es ella?
Me miró muy sorprendido.
— ¿Que no la conoces? Es Claudia, estaba viendo su retrato cuando se me resbaló de las manos, tú llegaste y pasó lo inesperado.
Shock.
¿Cómo va a ser ella? La última vez que vi a Claudia estaba pálida, casi esquelética, de cabello negro, una persona desgastada. Una flor marchita.
— Entiendo.
— Está bien —dijo con voz un poco rota, me sonrió y dio media vuelta.
Narra Lucy
Entré a la habitación y vi un montón de chicas desnudas y semi desnudas.
Una de ellas me miró, quiso decirme algo pero no pudo. Tan sólo su mirada me transmitió miedo y pensé que debería salir como sea.
¿Qué- Qué les están haciendo? Dejenlas... déjenme.
Cada vez me adentraba más y más y mi corazón latía demasiado, y me sentía tan, tan impotente. Mi familia... me necesita, Mateo me necesita. Mateo es mi hermano menor, un niño de apenas 4 años, sólo 4 años es mi razón de ser. Somos huérfanos de madre, mi papá desapareció un día con la criada cuando yo cumplí 5 años. A mi madre, una persona humilde, hermosa pelirroja como yo. Falleció el día en que dio a luz a Mateo. Mi abuela Fernanda, desde entonces, cuidó de nosotros, pero ella es una señora de 67 años. Si a mi abuela le pasa algo, yo tendré que cuidar de Mateo. Mi Mateo.
— ¡Despierta! —él que me agarra la mano exclama— limpiate las lágrimas y párate —¿Lágrimas?— ya casi te toca —¿Me toca?
Toco mis mejillas, exactamente lágrimas.
Luego recuerdo lo que el señor me dijo. ¿Me toca? Veo a una chica delante mío, se ve igual que yo, no, peor.
Veo un letrero en la puerta.Esterilización.
La adrenalina invade mi corazón.
— Es te.. ri.. —respiro demasiado rápido, casi ahogándome— ¿Qué... Déjenme, Déjenme... —Intento hablar pero no puedo.
Vi al tipo que cuida el portón, estaba distraído. Luego volteé mi cabeza para ver al tipo que me sostenía el brazo, también estaba distraído.
Bien... y lo que sigue no lo recuerdo muy bien.
Volteé rápidamente y saqué mi mano con una fuerza que no era mía. Salí corriendo despavorida, el tipo que me agarró corría para atraparme. Alguien cuidaba la puerta, no sé quien pero estaba distraído así que me doble como serpiente para salir.
¿Salir?
Si, lo logré. Salí del lugar. Mejor dicho, de la habitación.
Corrí con todas mis fuerzas, hubo un pasadizo con escaleras, las baje a una increíble velocidad. Medio mundo estaba detrás mío. Estaba cerca de dos pasadizos con un montón de puertas. Elegí el de la izquierda, iba a seguir corriendo, pero me tropecé con un fierro y caí.
— ¡Mierda! —traté de susurrar.
¡¿Qué hago?! ¡¿Qué hago?!
Me levanté y seguí.
Volteé ya casi terminaban de bajar las escaleras.
Se escucharon gritos:
— ¡¿Dónde está?!
— ¡Maldita perra no te escaparas!
— ¡Te doy cinco segundos para volver y haremos como si no te hubieras escapado!
— ¡Y si no regresas... —se escuchó un disparo.
Mierda. Mierda. Mi tobillo ya no aguanta.
Me sentí vencida, ellos me atraparán.
O tal vez no...
— ¡Pss! ¡Lucy!
— ¿Qué?
Escuché susurros y no les tome importancia.
Caminé en silencio hasta llegar a una parte sin salida. Un callejón sin salida, como mi vida.
Carajo.
Ya los pasos están cada vez mas cerca.
Intenté abrir la puerta que estuvo a mi derecha pero no funcionó, luego la de la izquierda pero fue inútil.
¡Carajo! ¡Ábrete!
Cada vez están más y más cerca.
¡Ábrete! ¡Por favor Dios que se abra!
Y se abrió.
Esa habitación era una oficina. Con un gran escritorio, librero, archivos, casilleros, etc.
Me escondí detrás del librero. Escuchando el sonido de las puertas abrirse. Escuchando como me buscaban escandalosamente.
Escuché abrirse la habitación que estaba al lado de la mía, luego la del frente.
Suspire. Mi vida está en riesgo, mi corazón, mi cabeza, mis venas. La adrenalina me juega en contra, mis sentimientos están por encima de todo. Mis recuerdos.
Me cubro la cabeza en señal de "seguridad".
Giran la manija lentamente.
Mi respiración aumenta.
Se abre la puerta. Entra a la sala.
Adiós.
Camina silenciosamente. Mira detrás del librero, luego por los casilleros. Y, finalmente, el escritorio.
— Te encontré.
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DISCULPEN POR DEMORAR TANTO EN PUBLICAR :'(
ME SIENTO TAAAAN CULPABLEE :'(
NO TENGO INTERNET, Y NO TANTA INSPIRACIÓN :'(
UNO HACE LO QUE PUEDE XD
Saludos *-* ♡♡
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Y Me Desnudé
Teen FictionNo soy una escritora y el escribir esto no me convierte en una. Todo tiene un comienzo, quizás el mio fue demasiado pronto. Tenía diecisiete cuando lo conocí, era apuesto, de ojos verdes y cabello marrón. Solo tenía dos años más que yo. Y yo... ¿y...