No soy una escritora y el escribir esto no me convierte en una.
Todo tiene un comienzo, quizás el mio fue demasiado pronto.
Tenía diecisiete cuando lo conocí, era apuesto, de ojos verdes y cabello marrón. Solo tenía dos años más que yo. Y yo... ¿y...
Él estaba dispuesto a cambiar mi destino, y que todo lo que haya sucedido sea olvidado.
Adam se acercó mucho más a mí, yo temblaba sin saber que hacer. Luego sonrió y me besó.
Me besó de la manera en la que nadie más lo haría. Él movía sus labios al compás de nuestros corazones, yo sentía nuestras almas cruzarse e intercambiar sentimientos. Mi corazón sentía que todo lo malo se iba, que todo el dolor desaparecía; y que ese dolor, se convertía en amor.
Mis sentimientos rondaban por mi mente hasta llegar lentamente a mi estómago, se movían a una velocidad única y a la vez suave. Sentía amor, siento amor. Un amor que me consume lentamente.
Él seguía besándome y yo en lo que pensaba era en nuestro futuro, en su ayuda, en... nuestra casa. En todo.
Sentía sus labios cálidos. Y sentí en mi corazón un nerviosismo, acerqué mi mano hacía la suya. Yo temblaba y él también.
Ahí estábamos nosotros, ilusos. No conocíamos el poder que desencadenaría ese beso.
Sólo diré que fue perfecto. Un momento perfecto.
Él terminó de besarme, me miró y yo inconscientemente sonreí.
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- Te quiero mucho. -dijo Adam abrazándome.- Te quiero tanto Sofia, nunca te alejes de mí. -decía mientras respiraba en mi cuello.
- No lo haré Adam, estaré aquí para ti. Te quiero demasiado Adam, me importas demasiado. -Aún seguía sintiendo su nerviosismo y sus latidos en mi cuerpo. Él se reincorporó poco a poco y me dió un beso en la mejilla.
- Nunca creí encontrar a alguien como tú Sofia, eres perfecta para mí.-dijo sonriéndome, yo sólo sentía las ganas de besarlo de nuevo- Eres muy especial.
- Yo tampoco creí encontrarte, me enamoré de ti, lo hice de una manera... -suspiré- Adam.
- Dime -dijo esto apartando un cabello de mi rostro.
- Te quiero demasiado. -dije mirándolo a los ojos.
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