Positivismo

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– Adam yo... –Le dije sosteniéndolo del brazo.

– ¿Qué haces Sofia? Debemos avisarle a la policía sobre este hecho. ¿A caso no quieres que castiguen a las personas que le hicieron esto a tus padres? ¿Sofia? –Adam me mira a los ojos en señal de desagrado.

– Siento que no pasará nada.

– ¿Cómo no pasar nada? ¿A qué te refieres? –dijo alterado.

– ¿Y si la policía está con ellos? ¿Qué pasaría? ¿Y si te hacen algo a ti por mi culpa? –Dije al borde del llanto– Adam, te conozco muy poco pero siento que ya nos conocemos. Y, sería totalmente injusto que te pase algo por mi culpa. –El tono lloroso de mi voz lo calma.

– Sofia, dije que estaría contigo y aquí estoy, siento tu dolor, y, no puedo dejar que esos tipos se salgan con la suya. ¡Sofia no es justo! Ya viví esto una vez… –Su tono de voz disminuye– Y…no deseo que te sientas como me sentí.

Adam, vivió esto. Estoy con casi la certeza de que lo hizo Sebastian y Luis Volker, estoy casi segura.
¿Pero que puedo hacer?
Soy insignificante para ellos.

– Adam, no quiero y no quise hacerte sentir este dolor otra vez, no quiero que recuerdes esos momentos me siento destrozada. Y… ¿Para qué mentir? Lo estoy –Mi tono lloroso aumenta– Y te prometo –Lo miré a los ojos– No dejaré sus muertes impune.

Adam se acercó a mí y me propinó un abrazo.
Sentí su calor, y su corazón latir. Él estaba sintiendo lo que yo sentía pero de forma indirecta. Él me abrazó tan fuerte que sentí que todas las partes de mi corazón y mi alma regresaban a su lugar. Adam me abrigó con una calidez que nunca antes había sentido. Sus brazos rodeaban mi cuerpo y los míos su cintura. Todo fue mágico e indescriptible. Sentí su pecho moverse al ritmo de su respiración.
Estaba en la cocina de mi hogar, mis padres han sido asesinados por personas que nunca debieron entrar en mi vida, Adam me abraza con fuerza y con amor, es demasiado para mí.

El abrazo de unos segundos se volvió eterno para mí, cerré los ojos y sentí mi corazón latir, pero no de miedo, sino de alivio.

– Gracias Adam –dije con mi rostro en su pecho.

– No puedo dejarte sola en las situaciones que estás viviendo –él susurró en mi cabello.

– Sabes que no estás obligado a quedarte, y aún sigues aquí.

– He vivido momentos así, y lo que más necesité fue un abrazo y palabras de aliento. –me dió un tierno beso en en la frente. Que trato de no olvidar. No sé por que pero fue hermoso.

Subí mi cabeza para apoyarla en su hombro y oler su perfume.

– No sé como pagarte esto. –dije con los labios entre su hombro derecho.

Adam suspira.

– No tienes por que hacerlo –lo dijo tan cerca a mi cuello que sentí su aliento y sonreí.

Sonreí a pesar de lo que estaba pasando. ¿Por qué lo hice? No me sentía feliz. Quizás fue la presencia de Adam o quizás fue su aliento sobre mi cuello. Malditas cosquillas.

– Sofia...

– ¿Si? –pregunté somnolienta.

– Me encanta tu olor.

Interiorice el último respiro de su perfume para dar por terminado el abrazo.

– Adam dámelo.

Adam sin más pone el celular en mi mano.

115

2 horas después.

Nos encontrábamos sentados al pie de una pequeña colina cerca de mi casa. Él estaba sentado a mi derecha y no hace mucho brindamos nuestra declaración. Resulta que estos "temas" son retenidos por el gobierno. Hay tantos casos, pruebas, testigos y declaraciones que recolectar que esto demoraría. Pero, según el policía «Encontraremos al culpable».

Y Me Desnudé Donde viven las historias. Descúbrelo ahora