Cap. 24 NUESTROS DESTINOS

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Lo primero: perdón, perdón por haber tardado tanto en subir capítulo de esta historia. Pero tengo una razón muy importante. Contando con este capítulo, quedan dos más y el epílogo. Y como quería que el final fuese inolvidable… pues le he estado dando muchas vueltas para ver cómo lo terminaba y que no quedara muy ¡¡puff!!.

Cuando leais el presente capítulo lo entenderéis. Yo aún me estoy haciendo de cruces al ver en el berenjenal en el que me he metido al llevar la trama por donde lo he hecho. Pero.. que le voy a hacer. Me gusta mucho el tema que en él trato (soy fanática de ello, por decirlo de alguna forma) y ya puesta, pues nada.

Espero que os guste y que me perdonéis la tardanza. En los próximos días subiré los dos siguientes capítulos y luego, cuando lo haya pulido bien, el epílogo.

Un besote muy grande.

DRACO P.V.O

¿Cabría sentir mayor felicidad? No. Creo que no. Por fin, después de tantos años de sufrimiento, puedo permitirme el lujo de ser feliz. Realmente feliz. Aunque sea por un breve espacio de tiempo. ¿Qué por qué soy tan pesimista? Estamos en guerra. Una mucho peor que la vivida hace seis años. Nos enfrentamos a un poder mucho mayor que el que ostentaba Riddle. Y yo he aprendido a ver las cosas como son realmente. Estos pequeños atisbos de paz son efímeros. He vivido demasiadas cosas malas durante toda mi vida como para pasar por alto las señales de un desastre inminente.

Permanezco oculto por las sombras del salón donde todos celebran mi boda con Hermione. En sus ojos aún se ve la tristeza por la pérdida de un amigo como Wood, pero también se aprecia la alegría por la felicidad de dos amigos. Las voces despreocupadas, las risas esporádicas, los murmullos… suenan como música que calma mi atormentada alma. Y allí está ella, charlando con Aytire. La mujer más hermosa y buena que ha pisado ambos mundos. Hermione Granger. Perdón. Hermione Malfoy. Mi esposa. Suena bien. Es una palabra que jamás me cansaré de repetir. Se la ve radiante, con una sonrisa de oreja a oreja. Por lo que me contaron Blaise y Theo, hizo todo lo imposible por que el Ministro apareciese hoy para realizar la ceremonia. Sin su tenacidad, ahora mismo me estaría enfrentando a la varita de Nott y a la maldición asesina.

-Para ser un recién casado se te ve muy serio, Malfoy –Potter brotó de la nada a mi derecha. Le obsequié con mi mirada más malévola. Funcionó. Siempre funciona- Joder. Cuando me miras así me das verdadero pavor. ¿Sabes que puedes resultar intimidante cuando te lo propones?

-Y sin proponérmelo, Potter –sonreí. Descubrir que el niño-que-sobrevivió era una persona bastante agradable me sorprendió. Pero su facilidad para meterse en líos era muy similar a la mía.- ¿Te diviertes?

-Más o menos. Pero algo va a pasar.

-¿Tus dotes de Adivinación despertaron de repente? –bromee. De todos era conocida la afición de Trelawey por predecir la muerte de Potter cada inicio de curso.

-No. Pero hay algo en el ambiente que me avisa de ello. –Potter me miró, serio a rabiar- Hay algo que nadie sabe. Desde que derroté a Voldemort he ido desarrollando una capacidad rara para sentir cosas que nadie más siente. Dependiendo de la situación puedo presentir cambios en la magia, en su fluctuación… sé que suena a locura, pero es así. Y llevo varias horas notándolo. Algo gordo va a pasar muy pronto.

-Ah, eso. No te preocupes. Theo también posee esa habilidad, aunque él la ha perfeccionado todos estos años. –Le palmee en el hombro- No tengas miedo. No te estás convirtiendo en un bicho raro. Bueno, no más de lo que ya lo eres…

-Imbecil… -Potter me devolvió el golpe.

-Sí que va a pasar algo. Muy pronto. Ven, tengo que mostrarte algo.

LA ORDEN DE NATHAIR (La Órden de la Serpiente)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora