Comenzaba a amanecer sobre el castillo. Llevaban más de un mes de total tranquilidad. Ni un ataque, ni una amenaza, nada. Podrían sentirse tranquilos, confiados, pero no. Todos ellos arrastraban tras de sí la amarga experiencia de una guerra terrible. Una guerra en la que todos fueron víctimas y verdugos. Una guerra que deshizo alianzas y creó lazos de hermandad impensables. Así pensaba el hombre joven que contemplaba el reflejo del sol sobre las aguas que rodeaban su hogar. Él, de entre todos, era quién realmente conocía el significado de aquella relativa paz. Su enemigo, aquella mujer fría e inteligente a la que la mayor parte de los habitantes de la isla adoraban, nunca daba un paso en falso. Y tras cinco largos años, habían aprendido las reglas de aquel macabro juego de ajedrez en el que seres vivos, conscientes y con sentimientos, eran los peones. Él mismo se consideraba una mera ficha. Había dejado de lado los sentimientos. Se había convertido en lo que más odiaba: su padre. Analizaba con frialdad todos y cada uno de sus actos. Repasaba de manera casi compulsiva todos sus pasos, todos los pasos a seguir en cada una de las misiones que emprendían. Y si se encontraban con posibles bajas, lo consideraba meros daños colaterales. Al principio sus compañeros se habían escandalizado por ello. Pero ahora, todos compartían su forma de ver aquella guerra. Era luchar y matar, o ser eliminado.
-Por fin te encuentro. La próxima vez que quieras deleitarte con el amanecer, déjame aunque sea un trozo de pergamino para avisar. Este puñetero castillo es enorme.
-Veo que te has levantado de buen humor, Zabini. -Se dió la vuelta para mirar fíjamente a su amigo. El chico sonrió socarronamente. Era de las pocas personas que no se ponían nerviosas ante su mirada gélida.
-Venga, Draco. Guarda tu mirada de ogro para los campesinos -le dió una palmada en el hombro.- Tengo una sorpresa para tí. Acompáñame.
Bajaron de las almenas en silencio. Blaise Zabini podía ser considerado un mago frívolo por su extraño sentido del humor y su incapacidad innata de tomarse las cosas en serio, por muy graves que fueran. Pero era un gran mago, un gran guerrero y un amigo excepcional.
-¿Dónde has dejado a Luna? -Draco preguntó por preguntar. En realidad no le importaba mucho. La rubia le ponía nervioso, siempre mirándolo fijamente sin decir ni una sola palabra.
-Con Nott. Han encontrado una planta que promete ser algo bueno en las pociones que Longbotton está desarrollando. Ya sabes, para evitar...
-Me parece bien. Odio que esa mala pécora tenga ese poder en su voz.
-Bueno, casi hemos conseguido inmunizarnos -Zabini volvió a sonreir- A pesar de estar tan buena -Draco le fulminó con la mirada- No me mires así que es cierto. Lo que te decía, puede estar muy buena, pero hay algo en ella que te repele. ¿No crees?
-Sí. -Draco entró en el salón de banquetes. No había nadie allí- ¿Dónde está mi sorpresa?
Zabini le entregó un sobre muy abultado y se marchó. Draco rompió el lacre del sobre y sacó varias hojas de pergamino. Tuvo que sentarse cuando vió la letra. ¿Cómo demonios había conseguido llegar esa carta allí? La desplegó y leyó casi con avidez.
" A todos mis queridos amigos:
Aún no he perdido la esperanza de tener noticias vuestras. Todos piensan que habéis fracasado y que estais muertos. Pero yo sé que no es así. Tengo fé en que todos estais bien. Ya son cinco años sin noticias vuestras. Susan cree que el bucle temporal que os mantiene prisioneros allí afecta al vuelo de las lechuzas. Yo creo que no es así. Morgana debe de tener un método para interceptar todas nuestras cartas. Por eso nunca he escrito nada comprometedor, por si acaso. Pero ahora es distinto. Me he pasado los últimos tres años desarrollando un tipo de encantamiento muy complejo para esquivar cualquier tipo de magia arcaica. Por muy poderosa que esa mala bruja sea, tenemos casi mil años de evolución mágica a nuestro favor. (Ahora mismo, mientras escribo esto, no puedo evitar sonreir)
Si esta carta llega a vosotros, sólo tenéis que escribir en el dorso del pergamino y pensar fuertemente en mí. La carta llegará inmediatamente aquí, a Dublín, donde los pocos que aún no hemos perdido la esperanza seguimos luchando por ayudaros.
Porque, mis queridos amigos, a pesar de la tristeza que supone admitirlo, nos han dejado de lado. La Orden ya no existe. No como la conocimos en los últimos días de la Guerra. Han perdido la fe y la esperanza y se han dado por vencidos. Incluso Harry desistió hace tres años. Ya ha dado por perdida a Ginny. Pero no quiero entristeceros, pues imagino que lo que necesitais son buenas noticias.
Poneros en contacto conmigo. No tengais miedo. Esta carta no puede caer en malas manos. Si lo hubiese hecho, se habría consumido en llamas inmediatamente. ¿Y cómo estoy tan segura? Porque el hechizo lleva un patrón de reconocimiento de ADN. Nos costó muchísimo, pero encontramos muestras de todos vosotros. Así que... Morgana... ¡QUE TE DEN!.
El siguiente mensaje sólo podrá ser leido por Draco Malfoy. Asi que si no eres él, llévale este pergamino directamente. Si eres tú, quiero que lo leas con mucha atención:
Aún no sé lo que siento por tí. Me sigue doliendo lo que me hiciste el último año en Hogwarts. Aunque perdoné a Ginny (no podía dejarla sacrificarse sintiendo una culpa que no era enteramente suya) en lo referene a tí no lo tengo tan claro. Además, aún recuerdo los buenos momentos que pasé junto a Theo, y para serte totalmente sincera, le tengo algo más que cariño. Espero que no te lo tomes a mal, y que no tomes represalias en su contra (Y no sonrias de esa manera tan tuya que te conozco.) Te digo esto porque ya no me quiero hacer ilusiones contigo. Sé que hasta que no cumplas la promesa que le hiciste a Ginny en tí no habrá cabida para nada más. Y paso de sufrir de manera tonta. Si cuando esta locura acabe (porque sé que va a acabar algún día) aún te queda algo de lo que sentiste por mí, quiero que me lo digas. Y ya veremos.
Y ahora para todos vosotros, amigos, un abrazo enorme de todos los amigos que aquí teneis.
Hermione Jane Granger y la nueva Órden.
PD: Si tenemos respuesta vuestra, intentaremos llegar hasta vosotros. "
Draco dejó la carta sobre la gran mesa. Aquello le había dejado un tanto descolocado. Se sentía feliz al saber que no se habían olvidado de ellos. Orgulloso porque habían encontrado el medio de burlar a Morgana para poder comunicarse con ellos (que las lechuzas eran interceptadas lo sabían desde su primer mes allí). Y dolido, muy dolido, por la confesión de Granger. Decidió no pensar más en eso. Se asomó al sombrío pasillo y gritó:-¡TENEIS MENOS DE CINCO MINUTOS PARA APARECER POR EL COMEDOR! HAY NOVEDADES
Sonrió al pensar en las caras de sus amigos al ver la carta de Granger.
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LA ORDEN DE NATHAIR (La Órden de la Serpiente)
Fanficdespués del regreso de la Hechicera Oscura Morgana le Fey y la pérdida de Ginny, Draco y sus compañeros son los únicos que presentan batalla ante los desmanes y abusos de Morgana. Mientras, fuera del bucle temporal que los mantiene atrapados en una...