cap. 18 Comprensión

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THEO P.V.O

            Cuando regresaron de liberar aquel pueblo de las garras de la Comadreja y de Morgana, fui a la habitación de Draco. Algo en su cara me preocupó nada más verlo. No era la primera vez que aquello pasaba, pero ocurría cada vez con más frecuencia. Entré sin llamar y me lo encontré sentado en el suelo, en el rincón más alejado de aquella amplia habitación, aún con las ropas de mortífago. Levantó la cabeza al oírme. Estaba muy pálido y tenía unas ojeras profundamente marcadas.

-¿Te encuentras bien, Draco?

-Tú qué crees –ni encontrándose mal se le quita la mala leche- Ha vuelto a pasar.

      De dos zancadas me situé a su  lado. Con un movimiento de mano le quité aquellos pesados ropajes y la camisa. El tatuaje se había hecho más grande. Ahora cubría su brazo hasta el codo y la espalda hasta la columna.

-Mierda.

-Eso mismo he dicho yo cuando lo he notado –intentó sonreír, pero sólo consiguió una mueca que daba verdadera grima.- ¿Cuanto crees que me queda?

-No me vengas ahora con pesimismos que no cuela –intenté sonar despreocupado, aunque lo que sintiese fuese todo lo contrario- Tienes mucha espalda y otro brazo por cubrir.

-Menos mal que no te dedicas al humor, Theo. Ibas a pasar muchísima hambre.

-Pues anda, que tú…

-En serio. Cuánto.

-Según mis cálculos, unos tres meses más antes de que sucumbas totalmente.

-Bien. Tendremos que ponernos las pilas. Quiero que el grupo de Hermione empiece con el entrenamiento severo. Desde el amanecer hasta la media noche.

-¿Quieres matarlos? –me sonrió de manera perversa.

-No, pero lo desearán.

-Tú mismo –Le ayudé a ponerse en pie- Date un baño y busca a Hermione.

-¿Para qué quiero yo a tu sabelotodo?

-Draco que nos conocemos. Tienes que contárselo. Se lo debes.

-Yo no le debo nada. Haría mejor en quedarse definitivamente contigo.

-Sabes que eso no es posible –no quise que notase la tristeza en mi voz. Porque, a pesar de lo mucho que me importa esa chica, no debo inmiscuirme más de lo que ya estoy.

-Si ella supiera toda la verdad, nos lanzaba un Avada. –Tenía mejor aspecto. No pudimos evitar una carcajada- Parece gafe, la pobre.

-Si. Lo parece. –Le di una palmadita en el hombro y salí de allí. Caminé lo más rápido que pude hasta la biblioteca. Busqué la estantería que me interesaba y cogí un libro enorme, forrado en piel humana, con las cubiertas tan desgastadas que se desintegraba con solo mirarlo. Era el libro donde estaba reflejado el ritual que expulsaría a Morgana de nuestro mundo y nos traería de vuelta a la pequeña pelirroja.

-Menudo mamotreto.

-Potter – me sorprendía al verlo allí. Potter era de esas personas que saben lo que es una biblioteca pero que si puede, ni pisa por allí.- ¿A qué debo el dudoso placer de tu visita?

-Mientras paseaba se me ha ocurrido una manera de atraer a esa maldita bruja. Y con un poquito de suerte, acabar con ella.

           Le miré, sorprendido. Era raro que él, de todos los que no eran Slytherin, hubiese tenido una idea para acabar con Morgana. Me miró fijamente, con una sonrisita de suficiencia en su rostro. Bufé, molesto.

LA ORDEN DE NATHAIR (La Órden de la Serpiente)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora